Arce: el peor enemigo de la Franja

Sé que el título de esta columna de inmediato ha provocado enojo entre algunos aficionados cegados por su fanatismo y en esos periodistas deportivos poblanos que le lavan la cara a diario al Club Puebla.

Sin embargo, me mantengo en lo dicho: ¡El Puebla no tuvo un buen arranque de torneo!

Ya sé que todos dirán que se jugó contra el campeón y que el equipo tuvo “huevos”, como siempre se dice en las redes sociales de la Franja, pero hay que decir que más que “huevos”, el Puebla tuvo suerte.

Me explico:

De entrada, en lo personal, me encantó el juego de Kevin Velasco y el regreso de Brayan Angulo. También me agradó la movilidad de Ferrareis y la exquisitez mostrada por momentos por el ahora capitán Mancuello.

Pero todo, absolutamente todo, se vino abajo gracias (otra vez) a Eduardo Arce, quien nuevamente ante Tigres mostró su novatez, falta de tablas y sobre todo cobardía desde el banquillo de la Franja.

Creo que la ventaja del Puebla era justa, pues hasta el minuto 65 la Franja era un equipo sólido que gracias a los jugadores mencionados había sometido a los campeones Tigres, que –también hay que decirlo –salieron medio entumidos.

Pero Arce parece peleado con quien hace algo diferente y le da buena cara al Puebla. Parece empeñado en que el rostro de la Franja sea de un equipo cobarde, medroso y marrullero.

Alguien necesita explicarme por qué Arce se empeña en descomponer al Puebla cada partido. ¿Por qué esa necesidad de hacer cambios absurdos cuando mejor juega la Franja, provocando que sea alcanzado en el marcador?

Perdón, pero quedó nuevamente en evidencia que a Arce le está quedando muy grande la Primera División y el Puebla, además de que el capricho de “correr” a Antony Silva fue evidenciado con el grosero error de Iván Rodríguez para el empate de Tigres.

Que se escuche fuerte hasta las oficinas de Atlixcáyotl: el peor enemigo del Puebla en estos momentos se llama Eduardo Arce.