¿Y si le invierten al Puebla?

El día domingo 3 de diciembre, mi señor padre, don Javier Díaz Bonfigli, estaría cumpliendo 84 años de edad. Seguramente habríamos tenido una comida en familia para festejarlo, al llegar a casa, nos habríamos saludado con mucho cariño, le ofrecería un tequila y me preguntaría a bote pronto:

—¿Y qué con tu Franja para hoy en la noche?

A lo que seguro le contestaría: 

—¡Va a ganar! Posteriormente, entraríamos al análisis del juego y llegaría la razón, hablaríamos de un partido complicado para el Puebla, lo que finalmente, así fue.

El Puebla ha terminado su participación en la Liguilla, en la serie de dos partidos Tigres fue muy superior y de eso no hay duda, la calidad individual y colectiva se impuso a las ganas y el corazón, la nómina pesó, la condición de tener mejor posición en la tabla y ser el campeón vigente fueron factores que le dieron merecidamente la calificación a semifinales al equipo de la Sultana del Norte.

En lo personal, creo que no hay nada que reclamar a este equipo, el Puebla de Ricardo Carbajal ha firmado una segunda parte de temporada brillante; pelearon en cuartos de final hasta donde su capacidad les permitió competir. En el partido de vuelta, se ha desfondado, Tigres ha dado una exhibición de poderío, encontró en una jugada imprudente de Diego de Buen, un penalti que Gignac convirtió en el primer gol del partido. Sin embargo, el Puebla desaprovechó unos minutos más adelante una oportunidad clara de gol, ya que Martín Barragán erró un cabezazo en plena área chica de Nahuel Guzmán.

A partir de esa falla, Tigres se apoderó del juego, la desesperación llegó al Puebla y en una falta en los linderos del área, Gignac sorprendió a Iván Rodriguez –quién pudo hacer más –y así, se llevó una clara ventaja al medio tiempo. 

Ya en la segunda parte, el partido fue de mero trámite hasta que llegó un señor golazo de “Nico” Ibáñez; la fiesta en el “Volcán” estaba completa, no había más que entender la diferencia entre unos y otros.

Las redes sociales, lejos de recriminar por la derrota, reconocieron a Carbajal y su equipo –porque es su equipo; la mayor parte de los aficionados externó que se había hecho un gran trabajo, que se rescató un proyecto fallido, y sobre todo exigió al dueño y a la directiva que se arme un proyecto serio, que lo haga candidato al título, que regresen aquellos equipos emblemáticos, como el Puebla de los ochentas y noventas.

Hace unas semanas, en la reinauguración del Parque del Arte, el gobernador de Puebla, Sergio Salomón Céspedes, pidió al presidente del club, Manuel Jiménez, que presente un proyecto ganador, que se invierta en el equipo, que la afición está esperando un título después de tanto tiempo; a lo que Jiménez asintió y sonrió.

El Puebla lleva siete torneos cortos clasificando a fase final. Lo hizo con Juan Reynoso, Nicolás Larcamón, Eduardo Arce y ahora con Ricardo Carbajal; la constante es que en todos los torneos fue con equipos de bajo presupuesto, que en su actuación potenciaron a jugadores que fueron vendidos por muy buenas cantidades de dinero en equipos importantes de la Liga MX, lo que ha sido duramente criticado, ya que bajo el pretexto del “modelo de negocio”, no se logra armar un equipo que dé ese salto de calidad que se requiere para pelear por un título.

Así, luce francamente difícil que para el próximo torneo se rompa esa inercia y lleguen inversiones inteligentes al Club; ojalá y me equivoque, ojalá y el próximo torneo se haga la tarea de traer buenos jugadores, si no de nombre, sí de rendimiento. Que se contrate con verdadera “inteligencia deportiva” y no bajo el influjo de las prisas y la mala planeación. Finalmente, ya tenemos un excelente técnico, ahora hay que darle materia prima.

¿Se atreverán dueño y directiva a invertir en el Puebla?

Con el gusto de saludarles, nos leemos la próxima semana.