¿Qué pasa con el América, Emilio?

En una noche de hace casi un mes, Emilio Azcárraga dejó de pensar en la bolsa, en las acciones y en las nuevas producciones de su televisora, aquella que, pese a la crisis de audiencia que vive el medio de comunicación tradicional que presume ser el más grande, se mantiene en el top tres de las grandes cadenas de contenido en América Latina.

Emilio estaba en su palco; acompañado de sus amigos, algunos incondicionales y otros, parte del séquito que a todo le dicen sí mientras agachan la cabeza en un acto que, más que de respeto, es de sumisión. El dueño de Televisa estaba listo para ver triunfar a sus Águilas ante unas Chivas que llegaron prácticamente muertas al partido semifinal de vuelta.

Sin embargo, sucedió que América, con su arrogancia, con su postura de equipo grande, con esa actitud que tantas veces le ha impulsado a ganar títulos y otras tantas que le ha llevado al fracaso, cayó de fea forma ante el Guadalajara.

Emilio, seguramente, soltó, tras escuchar el silbatazo final, alguna mentada de madre o algún reclamo a su entrenador o, quizá, a sus jugadores. ¿Cómo no hacerlo? Él, quien es el que pone el dinero, vio como este de nada sirvió para derrotar a un equipo que, línea por línea, era claramente inferior.

Terminado el juego, Emilio se despidió de la gente que se hallaba en su palco y, posteriormente, salió de su estadio, uno que pronto será escenario de su tercer Mundial.

Esa noche, a pesar de que pocos lo presagiaran, iniciaría una época aciaga para el equipo que entrena en Coapa. La razón: tras la eliminación, vino la renuncia del “Tano” Ortiz y a esta le siguió la negativa de entrenadores para tomar el mando de la banca del equipo con más estrellas en el futbol mexicano.

Casi un mes después de esa noche donde Emilio salió molesto del palco de su estadio, América se ahoga en un mar de incertidumbre. Y es que las Águilas todavía no anuncian quién será su nuevo entrenador, mismo que, de entrada, podemos anticipar que no será alguien de renombre porque el pasado inmediato nos ha indicado que hay varios que no quieren formar parte de un proyecto que no parece navegar a un puerto en concreto.

La temporada que recién concluyó, las Águilas se quedaron sin el campeonato y, como se ven las cosas a la distancia, pasará más de un torneo para que este equipo al que su arrogancia no le quita su grandeza, pueda aspirar a campeonar.

¿Qué le pasa al América? ¿Por qué pocos quieren dirigir al equipo con más títulos en México? Eso es algo que solamente conoce Emilio.