Ricardo Carbajal: ¿y si le dan la oportunidad?

Desde hace unas semanas vengo observando entrevistas a diferentes entrenadores o directores técnicos que han dejado escuela en el fútbol mundial; Sir Alex Ferguson, Johan Cruyff, Carlo Ancelotti, Marcelo Bielsa, José Mourinho y “Pep” Guardiola, cada uno con diferente personalidad pero con un común denominador: privilegian el orden y son líderes que buscan líderes dentro del campo.

Lo señalo porque en el pasado reciente, eso fue lo que le faltó a Eduardo Arce; el defenestrado ex director técnico del Puebla, improvisó y experimentó con formaciones y cambios en las posiciones de varios jugadores, mismas que fueron generando inconformidades y por ende, poco a poco, fueron llegando los malos resultados; cortó radicalmente la relación con los jugadores de experiencia, buscó de todas la maneras posibles, hasta lograrlo, la salida de Antony Silva y Emanuel Gularte, jugadores que le aportaban un grado de seguridad en la parte defensiva del equipo, la misma salida de Federico Mancuello ya con la temporada en curso, agudizó los rumores de la mala relación con los jugadores, el rompimiento del vestidor y finalmente, pasó lo que todos ya conocemos: la estrepitosa salida de Arce.

Debo aclarar que no pretendo comparar a Eduardo Arce con estos iluminados del fútbol, sería una estupidez de mi parte el hacerlo, simplemente señalo la falta de liderazgo, inteligencia y humildad que Arce mostró para dirigir un equipo profesional.

La fortuita llegada de Ricardo Carbajal y Luis Noriega al frente del equipo fue una bocanada de aire fresco ante una situación que en ese momento lucía francamente desoladora; el fallido intento por contratar a Gerardo Espinoza, la pérdida de tres puntos ante Xolos de Tijuana y el ánimo por los suelos, parecían una misión más que imposible de revertir para esta dupla y sin embargo, sucedió todo lo contrario. Tomaron al equipo sin ningún compromiso y eso para ellos fue un hándicap a su favor, no tenían nada que perder y muchísimo por ganar.

Así, tratando de evitar un ridículo más, por mera casualidad, la directiva acertó en la contratación de Carbajal, mismo que recibió un equipo desvalijado y desmotivado, al que se le han presentado lesiones (Waller y Robles) y aún con todo eso, los números que tiene son más que buenos, una derrota en el campo y dos empates (uno de ellos de último minuto ante Querétaro) recordando que existe la posibilidad de recuperar los puntos apelados ante el TAS.

Ante esta situación, el próximo viernes, después de la fecha FIFA, se presenta un partido que puede ser un parteaguas en la incipiente carrera de Carbajal y el destino inmediato del Puebla, ya que de conseguir una victoria ante un rival como el Guadalajara, la posición en la tabla lo coloca ya como aspirante al repechaje; y esto representa un envión anímico para rescatar una temporada que prácticamente estaba perdida.

¿El secreto de Carbajal? Simple: dejó de improvisar, les dio su lugar a los jugadores, recuperó el orden y rescato el nivel de Diego De Buen, Guillermo Martínez, Pablo González e Iván Rodríguez entre otros; así, se volvió práctico, se comportó mesurado y por ende comenzaron a llegar los resultados.

Si la directiva del Club Puebla tiene un poco de sentido común, hoy debería de apostar por la continuidad de Carbajal, evaluar sus resultados bajo las condiciones que se presentaron, trabajar en un proyecto serio para la siguiente campaña y a partir de ahí, tomar decisiones con las renovaciones y refuerzos. Vale la pena resaltar que en una condición similar surgió una gran figura del equipo: el señor Manuel Lapuente.

Lamentablemente, la falta de sentido común es de lo que más adolece esta directiva. Habrá que esperar el cierre del torneo y las declaraciones sobre lo que se tenga planeado. Ahí sí, no quisiera apostar a la congruencia. El tiempo y los resultados hablarán.

Muchas gracias a todos por sus buenos comentarios hacia mi primera columna.

Con el gusto de saludarles, nos leemos la próxima semana.