Una Franja ciega, sordomuda
Los jugadores han sido todo, menos profesionales, pero tampoco se puede dejar de lado la manera en la que Arce, desde la banca, ya fastidia a sus dirigidos, comenzando por un Diego de Buen que sigue sin entender a lo que quiere “jugar” Arce.
Sin muchas esperanzas, el pasado viernes me dispuse a ver el juego entre el Puebla y San Luis, soñando con que las cosas fueran diferentes en esta ocasión; algo que, obviamente, no fue así.
Mientras transcurría el juego, unos vecinos tenían un mejor plan que quien escribe esta columna. El plan incluía unos tragos, tacos árabes y buena música.
En la bocina de los vecinos comenzó a sonar Shakira y no pudo faltar la melodía de Ciega, sordomuda, que parecía enlazarse de manera perfecta con el juego del Puebla mientras el “Atleti” versión mexicana le daba un baile.
La letra de esta canción parecía escrita para la directiva del Puebla, que pese al terrible funcionamiento del equipo, los malos resultados y el desinterés de la afición, sigue empeñada en mantener a Eduardo Arce en el banquillo.
Y es que sí, la directiva de la Franja está “bruta, ciega, sordomuda, torpe, traste y testaruda”. Para esto, no hay solución más que esperar un desenlace terrible para un Puebla que no juega a nada.
Desesperante resulta la obsesión de Ricardo Zayas y compañía con mantener a Eduardo Arce, que nuevamente dio vistos de distanciamiento con el plantel del Puebla, pues entre líneas culpó a los jugadores por lo visto en los últimos juegos.
Y no es que no sea así, pues los jugadores han sido todo, menos profesionales, pero tampoco se puede dejar de lado la manera en la que Arce, desde la banca, ya fastidia a sus dirigidos, comenzando por un Diego de Buen que sigue sin entender a lo que quiere “jugar” Arce.
Aunque no es recomendable dejar a un equipo sin técnico en jornada doble, en estos momentos hasta un interinato sería adecuado para un Puebla que sufre por su directiva “ciega, sordomuda”.
Y es que esta Franja ya se ve “ojerosa, flaca, fea desgreñada, torpe, tonta, lenta, necia, desquiciada. Completamente descontrolada”.
