En peligro de extinción

Hace unos meses mi teléfono, estentóreo, me anunció una llamada, misma que se originaba desde Argentina. No conocía el número, no lo tenía registrado y, para ser sincero, tras un breve ejercicio de memoria, no recordé tener relación con alguien de ese país; uno que, por supuesto, se encuentra en la lista de los lugares que quiero conocer.

Acepté la llamada y pronto escuché: “¿Cómo va todo, Omar?”; el acento, claro está, lo reconocí, mas no al dueño de este. Tras un saludo fugaz, me dijo su nombre y ahí sí supe quién era el emisor; se trataba de un periodista que conocí cuando Racing vino a Puebla para jugar la fase eliminatoria de la Copa Libertadores de América.

Después de las primeras palabras de cortesía, ese periodista en busca de información fue directo:

—¿Sabes si Mancuello está bien con Puebla?

—Sí, tiene contrato y será un jugador importante durante el torneo.

—Directivos de Independiente han dicho que lo quieren en el Club.

—¡Claro! Es un buen jugador, pero… ¿acaso no Independiente tiene problemas económicos? ¿Cómo podría pagar a Puebla por Mancuello?

—¿Crees que aceptarían un préstamo? Acá dicen que Mancuello quiere venir porque, no sé si lo sepas, Independiente es uno de los grandes de Argentina.

—Una cosa es querer y, otra muy diferente, poder. Él se va a quedar en Puebla.

—Pero Independiente es mucho más que Puebla, afirmó con arrogancia y con ese marcado acento argentino.

—Lo que sé de ese equipo es que tiene mucha historia, pero también tantos problemas que puede desaparecer, finalicé.

Nos despedimos con la promesa de retomar la conversación si es que, cosa improbable, sucedía algo con Mancuello e Independiente.

Hoy, varios meses después de esta llamada, sé que Independiente tiene tantos problemas como años de historia.

El Rojo tiene un problema tan severo que prácticamente está en riesgo de desaparecer; y si su adiós se consuma, en una llamarada se extinguirá un equipo que sobrepasa el centenario de vida, uno que ha ganado todo en Argentina y también fuera de ella con trofeos como la Copa Libertadores de América, Copa Interamericana y Copa Intercontinental, entre otras tantas.

Hoy que ese club tan laureado ha tenido que recurrir a una colecta para tomar oxigeno financiero y sobrevivir. No me queda más que pensar que, probablemente, esto que sucede con el Rojo les sucederá a otros porque, claramente, el futbol se ha vuelto carísimo.

En la actualidad, con los fichajes millonarios que se manejan en todo el mundo y con la intención de competir a partir de poderío económico, todo aquel club que no cuente con el respaldo de grandes empresas a las que no importa mucho despilfarrar lo que tienen en exceso, desaparecerá y, con ello, una afición, de pronto, se quedará sin un conjunto al cual apoyar.

¿Cuál será el próximo equipo en quebrar y estar en riesgo de desaparecer? Por lo pronto, Independiente de Avellaneda agoniza.