En el horizonte poblano todavía está la Franja
Hay más de un caso para ejemplificar que los clubes, poco antes de venderse, suelen manifestar ideas como la expuesta ayer. Sin embargo, lo que sé es que a este Puebla todavía le queda tiempo de vida.

Puedes creer o no creer lo que te voy a contar en esta columna. Puedes dudar de lo que voy a exponer y, a decir verdad, bien harías. En la actualidad hay tantos que escriben y dicen cosas que son, por decir lo menos, erróneas. Parece que soltar “bombas” informativas —que no son tales— se ha convertido en la materia prima con la que varios medios de comunicación lucran a partir de visualizaciones y clicks.
La tarde del miércoles y toda la mañana del jueves, como seguramente ya sabes, en diarios de circulación nacional y algunos portales que no tienen agenda propia, es decir, que no investigan, sino que se dedican a replicar lo que otros postean y a “revolcar” la nota, se insistió en que pronto Veracruz tendría futbol de Primera División gracias a la “supuesta” mudanza de la franquicia que hoy conocemos como Club Puebla.
Entre las supuestas “razones” de este cambio de sede —unas más inverosímiles que otras— se encuentran aquellas que indican que las pésimas entradas de la Franja en este torneo y los anteriores, en suma con el inminente regreso del futbol profesional al puerto, dieron como resultado la decisión del citado cambio de plaza. Esto es impreciso, por no decir falso.
Debe decirse que un estadio lleno —por obviedad— siempre generará más que un estadio a medias o semivacío, sin embargo, los ingresos por taquillas son mínimos e insuficientes para solventar las elevadas nóminas que se manejan en equipos de la Liga MX, incluido el Puebla, pese a que el conjunto de esta ciudad tiene uno de los planteles con menor gasto de operación.
Así que por taquilla e interés no es el supuesto cambio de sede.
Debe decirse también que Veracruz es una plaza histórica, pero, al igual que Puebla, una plaza que, mayoritariamente, ha tenido equipos malos y otros muy, muy malos.
No hace falta más que revisar algunos antecedentes para saber con precisión cuántos descensos pelearon, juntos o separados, camoteros y escualos.
La información que poseo —que puedes creer o no creer— indica que no será sino hasta después de 2026 cuando se presente la venta de alguna franquicia o un cambio de sede. No antes de ese año, pero sí después de él.
Además, lo que varios harían bien en considerar, se tiene que señalar que los verdaderos dueños del Puebla no van a encontrar en un futuro inmediato mejores condiciones que las que hoy tienen en la ciudad.
Para finalizar, debo subrayar que, a ti, apreciable lector, tampoco te sugiero que creas cada enunciado de lo que leíste ayer en el comunicado que emitió la Franja.
Hay más de un caso para ejemplificar que los clubes, poco antes de venderse, suelen manifestar ideas como la expuesta ayer. Sin embargo, lo que sé es que a este Puebla todavía le queda tiempo de vida.
¿Cuánto? Irresponsable sería asegurarlo.