Fan ID no será suficiente para garantizar ingreso a EEUU en 2026

La semana pasada, en este mismo espacio, escribí sobre la posibilidad de que la Copa del Mundo de 2026, cuya sede está repartida de forma inequitativa entre Estados Unidos, Canadá y México, pudiera no llevarse a cabo o bien, efectuarse con cambios significativos debido a la compleja situación diplomática que involucra a los tres países de la parte norte del continente americano y, sobre todo, por la postura conflictiva del presidente de la nación que se ostenta como la más poderosa del mundo.

Para dar continuidad a esta información, en esta ocasión abordaré las dificultades migratorias que podrían tener todas aquellas personas que, carentes de una visa estadounidense, tendrían negado el acceso al país que albergará sesenta partidos de la Copa del Mundo de la FIFA.

Debo iniciar haciendo mención de que, cuando un país es sede mundialista, éste brinda facilidades para que viajeros de todo el mundo ingresen a su territorio con la exención de visa, siempre que el turista posea un Fan ID, el cual es un documento digital o impreso que se muestra en la oficina de migración y que, exclusivamente durante el periodo de la justa de la FIFA —desde unas semanas antes de la inauguración y hasta el día de la clausura—cumple con las funciones de visado y, en adición con el pasaporte, dan acceso a la nación.

Sin embargo, en el caso de la Copa del Mundo de 2026, esta medida podría no aplicarse de manera uniforme, específicamente en Estados Unidos, debido a las tensiones migratorias y diplomáticas que han marcado la relación entre este país, México y Canadá en las semanas recientes.

Los constantes cambios en la política migratoria estadounidense, las restricciones impuestas a ciertos países y la creciente presión interna para reforzar los controles fronterizos podrían hacer que el Fan ID no sea suficiente para garantizar la entrada de aficionados internacionales. A pesar de que la FIFA promueve la libre circulación de los hinchas durante el torneo, la postura del gobierno estadounidense podría poner trabas adicionales al acceso de visitantes, afectando directamente la experiencia de miles de fanáticos.

México y Canadá, por su parte, han manifestado preocupaciones respecto a las políticas restrictivas de su vecino del norte y sur, respectivamente. A ello se suman los recientes desencuentros diplomáticos, que incluyen disputas comerciales, diferencias en materia de seguridad y posturas encontradas sobre la migración. Este ambiente tenso podría traducirse en mayores exigencias para quienes deseen ingresar a Estados Unidos, sin importar que cuenten con un Fan ID.

Por lo tanto, quienes tengan planeado asistir a los partidos programados en suelo estadounidense deberán considerar con anticipación los posibles obstáculos migratorios. Es probable que, en este escenario, poseer una visa estadounidense siga siendo un requisito ineludible, limitando el acceso a un sector considerable de aficionados, especialmente aquellos provenientes de países que históricamente han enfrentado dificultades para obtener dicho documento.

Si bien la Copa del Mundo es un evento que busca unir a las naciones a través del futbol —y obtener mucho dinero a partir de ello—, la realidad política y migratoria de los países anfitriones puede convertirse en un impedimento para el libre tránsito de los aficionados. A menos que haya un cambio en la postura estadounidense o un acuerdo especial entre los tres países organizadores —lo que de momento no se ve ni cerca de lograrse— la edición de 2026 podría convertirse en una de las más complicadas en términos de movilidad internacional para los asistentes.

Aunque el Fan ID ha funcionado como un pase migratorio en ediciones anteriores del torneo, la situación en Norteamérica permite pensar que esto podría no ser suficiente para 2026. La incertidumbre en torno a este tema se suma a los desafíos que ya enfrenta la organización del torneo y deja en el aire una pregunta crucial: ¿podrán todos los aficionados disfrutar del evento sin obstáculos políticos o burocráticos? 

El tiempo y las decisiones gubernamentales lo dirán.