Mentiras

Han pasado más de 24 horas y sigo sin poder digerir lo que sucedió con el Club Puebla en los Cuartos de Final. Le doy vueltas, trato de buscar un pequeño resquicio para justificarlos por algo pero no encuentro las palabras. Quisiera decir puras cosas buenas de ustedes pero me quedo mudo y las letras no fluyen.

Estos cuatro torneos nos han ilusionado a los aficionados poblanos, nos han regalado noches memorables, momentos de buen futbol, pasajes de una lucidez maravillosa, de una identidad que jamás pensaríamos que volviera. Claramente nos quedamos con ganas de mucho más, debo confesar. Quiero pensar que una tarde de estas sí lo lograremos.

Me vendieron una identidad Puebla que al final fue puro humo. Dijeron amar esta camiseta, juraron defender a muerte al ‘Pueblota’ y todo fue mentira. Amagaron con superlideratos, con dominio al rival, con posturas atrevidas y todo fue mentira. Casi nos hemos tatuado el famoso ‘Laburo’, pero al final todo ha sido mentira.

Hoy el aficionado poblano es como aquella chica ilusionada que ha sido cortejada por el popular en el antro. En el primer contacto visual todo es atracción, luego viene la plática, el baile pegaditos, uno que otro beso, la enamora y al calor de las copas, el chavo comienza a evitarla y decide ignorarla. Tú, Puebla, nos cortejaste, nos enamoraste y ante el compromiso nos mentiste, cambiaste el discurso y la postura. Todo fue mentira.

No venimos de puristas a exigir disculpas, quiénes somos nosotros. Sé que disfrutarán de sus vacaciones, que muchos regresarán y que otros no y bien merecido que se lo tienen. A unos de ustedes les vale sorbete lo que suceda con la Franja y a otros, posiblemente les remuerda un poco la goleada. Y bueno, otros ya piensan en su próximo equipo cuando ese mismo te ha cascado 11 goles.

He leído disculpas. He escuchado del técnico que se sienten avergonzados por la imagen que dieron ante América. Hoy son palabras vacías, si lo hubieran sentido no se hace el papelón. Todo es mentira.

Quienes decidan volver, tengan por seguro que estaremos ahí, en el Cuauhtémoc con la playera y la bandera de la Franja. Solo por el escudo, por los colores, no por ustedes. La herida es tan profunda que no se olvidará pronto. El aficionado les abucheará y les exigirá. Estamos molestos, frustrados y decepcionados.

No esperen menos y esto no es mentira.