San Salvador: trascender en la historia de los Juegos Centroamericanos

¡Ya estamos en San Salvador! Y nos hemos encontrado con una sede apresurada. Apresurada por arrancar bien y por dar al mundo la impresión que desean: la de un país que supera retos y que cumple sus compromisos.

Es importante señalar que a estos Juegos, San Salvador llegó como emergente. La pandemia del COVID 19 hizo de las suyas también en los Centroamericanos, como lo hizo en todo el mundo.

Originalmente, debieron realizarse el año pasado en Panamá, pero las circunstancias sociales y económicas impuestas por el cierre de la actividad mundial, provocaron la renuncia a organizarlos. Ante la necesidad, El Salvador y Mayagüez levantaron la mano, con la petición que se pospusieran un año (es decir, hasta 2023).

En poco más de 18 meses, San Salvador trabajó a marchas forzadas para poder cumplir con su palabra; porque además, Mayagüez también declinó la coorganización. República Dominicana entró al apoyo como subsede. Yamil Bukele, titular del Comité Organizador, fue claro en todos sus mensajes al compartir que era “momento de trascender”. Y claro, cumplir.

Los tiempos han sido muy cortos, la presión está encima.

A unas horas de la inauguración, se trabaja a marchas forzadas para poder terminar, no una sino varias instalaciones que albergarán, por ejemplo, el fútbol de playa, el básquetbol e incluso, el de tenis de mesa (que ya se juega). El estadio “Mágico” González, sede de la ceremonia, no está terminado, trabajan para tenerlo listo; incluso, soportando torrenciales lluvias.

Será así como inicien, de manera formal, unos Juegos sacudidos por la pandemia; la cual pareciera nunca terminar.

¡A jugar pues! Y que sean unos Juegos trascendentes, porque es momento de hacerlo.