México, el eterno rival a vencer en Centroamericanos

México es el rival a vencer en Juegos Centroamericanos en absolutamente todos los escenarios y para ganarle, a veces, se vale de todo.

No exagero. Pregúntele a cualquier deportista o cualquier profesionista. La competencia de los países de Centroamérica y el Caribe con México es cantada.

Nada tiene que ver con la amabilidad de los pueblos y el trato entre seres humanos. Ahí, hay hermandad. Sin embargo, a la hora de la competencia, brotan las nacionalidades y el objetivo es ganarle a México. Sí o sí.

No basta con lo deportivo. A veces, la presión es tal, dependiendo la sede, que los encargados de tomar las decisiones se cargan del lado de enfrente. La prueba más evidente se presenta en los deportes de apreciación: clavados, karate y claro, natación artística (el nado sincronizado, pues).

Se ha integrado un nuevo apartado en el reglamento de competencia, en el cual se tiene obligadamente que entregar, con antelación, de forma descriptiva, todos los elementos que contienen las rutinas a realizar. Mientras más alto sea el grado de dificultad, más elementos tiene y más descriptiva se vuelve. Y más penalizada.

La atención de los jueces se vuelve en un tipo de labor fiscal que, movimiento a movimiento, detecta si hay el más mínimo error (si son tres giros reportados, son tres giros).

Hasta ahí todo bien. 

El punto es cuando la revisión, vigilancia y la fiscalización se vuelve más intensa hacia una rutina en especial. Adivinó: ¡México!

Hace dos días, en la competencia por equipos, la daga justiciera cayó sobre el equipo azteca, el cual, normalmente, presenta los más altos grados de dificultad. El análisis que se realizó con más fervor fue para las chicas de Adriana Loftus, la precisa observación de la rutina previamente conocida, permitió que el rival se quedara con el oro y México, la plata.

La diferencia de rutinas fue evidente. No la evaluación. No se trata de ayudar a México, para nada. Se trata de evaluar a todos con el mismo rigor.

Y eso, perdónenme, pero no sucede.