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Fallece Yola Ramírez, máxima leyenda del tenis mexicano

A los 90 años, falleció el máximo estandarte del tenis femenil en México: la poblana Yola Ramírez.

David
David Badillo

Actualizado: 11 MAR 2025 - 3:38

Fallece Yola Ramírez, máxima leyenda del tenis mexicano
Arte: GRADA

Una semana después de haber cumplido los 90 años, falleció la mejor tenista mexicana de todos los tiempos: Yolanda del Monte Carmelo Ramírez y Partida, "Yola Ramírez”.

Originaria de Teziutlán, Puebla, donde nació el 1 de marzo de 1935, Yola Ramírez tuvo en su infancia la influencia decisiva de sus padres (Juan Ramírez Coeto e Imelda Partida Mendoza), así como la inspiración provocada por la época de oro del tenis mexicano, que comenzó a despuntar con los grandes torneos nacionales hacia finales de la década de los cuarenta.

A esa generación de tenistas que Yola seguía a través de los medios de comunicación, en muy poco tiempo se les uniría, conquistando lo que ninguna otra jugadora mexicana ha logrado en toda la historia.

La poblana ha sido la única mexicana en colocarse en el escalafón 6 del listado internacional del tenis femenil y la única que concluyó un año en el top 10 de la Federación Internacional de Tenis. Ya sea en la era amateur o posterior a la creación del ranking de la WTA en 1973, ninguna tenista de México ha estado siquiera cerca de ese lugar en la clasificación.

Sus máximas hazañas fueron en el Abierto de Francia, en la arcilla sagrada de la hoy conocida como Philippe-Chatrier, del complejo tenístico de Roland Garros. Allí fue donde Ramírez conquistó en 1958 el título en dobles, haciendo dupla con Rosa María “Pajarita” Reyes. Proeza que repetiría durante esa misma edición en el dobles mixtos, en compañía del británico Billy Knight.

Yola Ramírez fue inducida al Salón de la Fama de Wimbledon, el “Last Eight Club” y sus logros abarcan ocho medallas en Juegos Panamericanos (cuatro preseas de oro, tres de plata y una de bronce), así como 32 títulos, de los cuales 29 fueron en singles.

Todas las tenistas mexicanas de renombre que han pasado por el circuito profesional, ya bajo la denominación de la “era abierta”, no dudan en reconocer la ascendencia que doña Yola tuvo en su carrera. Figuras nacionales de la talla de Claudia Hernández, Alina Baraldi, Raquel Montemayor o Alejandra Vallejo, lo han externado públicamente.

Actualmente, Renata Zarazúa busca emular la participación de Yola a mediados del siglo pasado, siendo la única mexicana que ha podido aparecer en el cuadro principal de los torneos de Grand Slam desde la época de Ramírez. 

Una tenista aguerrida

Doña Yola era una jugadora con mucha clase, que tenía una cualidad que la hacía sobresalir del resto de las tenistas mexicanas y posteriormente, del resto de las tenistas del mundo: su combatividad.

La poblana era peleadora, cada punto, cada juego y cada set, los disputaba al máximo. Nunca escatimó nada sobre ninguna superficie. Quizá fue por ello que su carrera despuntó en los grandes torneos en el marco del dobles.

Su energía y liderazgo le imbuían un espíritu muy especial a las duplas que conformó a lo largo de su carrera, empero, como singlista alcanzó un nivel al que tampoco ha podido arribar ninguna mexicana. 

El hito irrepetible

En 1960 y 1961, Yola Ramírez alcanzó la final de Roland Garros en la categoría individual. En su primer partido por el título, cayó ante la estadounidense Darlene Hard por 6-3 y 6-4, y al año siguiente, frente a la británica Ann Haydon-Jones por parciales de 6-2 y 6-1.

En su camino hacia dichas finales, la tenista teziuteca dio cuenta en 1960 durante las primeras cuatro rondas de la francesa Franpoise Bonniard, la sudafricana Heather Segal, la alemana Edda Buding y la egipcia Betsy Abbas. A todas las despachó en dos sets.

Ya en las semifinales, Ramírez se midió ante la sudafricana Sandra Reynolds. La poblana cedió un maratónico primer set por 8-10, recordando que el viejo sistema de desempate existió hasta que la televisión intervino para agilizar lo que hoy es el “tiebreak”.

Después de ese primer set de alarido, Yola Ramírez ganó los siguientes dos por 6-3 y lograba lo que ningún mexicano había hecho antes: arribar a la final individual de un Grand Slam.

Yola Ramírez ha sido, junto a Rafael “El Pelón” Osuna en la categoría varonil, los únicos mexicanos que han disputado una final de Grand Slam en individual.

Osuna lo hizo en el Abierto de Estados Unidos de 1963, derrotando al estadounidense Frank Froehling y siendo hasta este momento, el único tenista de México campeón en singles de un Grand Slam.

En 1961, Yola Ramírez eliminó en semifinales a la alemana Edda Buding, a quien había derrotado en la tercera ronda del Roland Garros de 1960. La batalla se fue a los tres sets, pero la calidad de la poblana se impuso por 4-6, 6-4 y 3-6.

En las rondas previas, había eliminado a la francesa Francoise Durr y a dos australianas: Joan Gibson y Mari Reitano. A todas, nuevamente, en sólo dos sets.

En torno a la historia del tenis mexicano puede haber cierta discusión, pero cuando se trata de los Grand Slam, los dos nombres que sobresalen ampliamente son los de Yola Ramírez en la rama femenil y Rafael Osuna en la varonil.

El legado de Yola Ramírez es indiscutible. Se trata de la máxima leyenda en la historia del tenis mexicano en la rama femenil. Descanse en paz una poblana histórica. 

Sobre el autor

David Badillo
David Badillo

David Alberto Badillo es un periodista poblano con más de 15 años de experiencia. Conductor de deportes en Puebla TV de 2011 a 2020, narrador de Pericos de Puebla en 2015 y 2016. Fue Director de Comunicación de Borregos Puebla de 2019 a 2023. Actualmente es comentarista en Multimedios Canal 6, columnista en Milenio y reportero en GRADA.