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El Lamborjimmy que no podía andar

Al equipo nacional se le permite al entrenador “hacer” la lista, pero siempre con sus “peros”. Al equipo se le permite jugar sin ganar, porque así es el fútbol en esta zona.

Antonio
Antonio Palomino

Actualizado: 30 SEP 2023 - 10:55

El Lamborjimmy que no podía andar
Arte: GRADA

Y vuelve la Selección a la misma historia de siempre, estos mentados ciclos de reconstrucción que solamente es quitar y poner el mismo ladrillo con toda la acepción que merece. Pocos son los que realmente, con nivel de hacer un cambio real en el tricolor, han llegado y pasado sin chistar gracias a decisiones federativas. Y cuando parece que podrían generar algo más que estadísticas ganadoras en torneos que parecieran interescuadra (Concacaf Gold Cup), el equipo se apega al guión de siempre:

Decepción (más por fanatismo que por realidad), ideas de cambio, propuestas a entrenadores top, contratación de un técnico más aterrizado “porque es lo que el equipo necesita”, un par de juegos buenos, uno siguiente que trae los viejos terrores del pasado, traes a algún jugador quemado para motivar y vuelves a lo mismo de siempre hasta que llega el Mundial y vuelves al punto 1.

Las razones y causas son las mismas y ya es tedioso volver al mismo punto, si el equipo no puede y no quiere, es porque alguien más arriba tampoco quiere, mucho menos: puede. La dirección administrativa y sus cambios de carrusel son un argumento gastado y absurdo al fanático y a los mismos jugadores.

Queremos que haya cambios en la selección y no hay estructura, la que hay da pena, miedo y risa (adáptese al momento del partido).

Después de la poderosa gira de Fecha FIFA ante Australia y Uzbekistán, donde afloraron nuestros ya grandes y continuos gritos de hartazgo, viene Ghana y una poderosísima Alemania que lleva seis años a la baja. Después de la aplanadora que apabulló a brasileños en Río y levantara la Copa Mundial, todos ellos con ligeros cambios fueron cayendo a pedazos. Este titán devora almas que se plantaba en la cancha y con un juego directo y entretenido deshacía rivales, se convirtió en una versión de lujo del fracaso. Derrotados 1-4 ante los nipones se resarcieron ante Francia con un 2-1, y ahora su siguiente paso es salir del lugar de derrotas para una gira antes los “Gigantes de la Concacaf”. Estados Unidos –el 14 –y nosotros –el 17, ambos en octubre veremos de qué nivel se puede competir. Ante esta ilusión planteada ante los ojos del fanático, esperamos que no nos volvamos locos si se logran buenos resultados ante europeos y africanos.

En algún momento, varias veces, hemos opinado aquí que el plan de trabajo del Tricolor debe ser enfrentar a estos equipos, Ghana y Alemania, pero allá, de visita con todo para perder pero mucho que aprender; sin embargo la federación sigue haciéndole cuna al fracaso para, con algún argumento barato, sobrellevar los años que quieran cobrando sueldos atiborrados de absurdo vacío.

Y con la moda de la “Scaloneta”, la “Xavineta” y tantas “netas” andando en esta vía de alto tránsito idealista, llevó el “Lamborjimmy”, mas juego de palabras que realidad imponente, es más como cuando al hermanito menor le das un coche sin llantas para que juegue sin jugar.

El poderosísimo medalla de bronce con equipos locales de media tabla abandonados a su suerte, llega a la selección a poner “orden”. Lo primero que hace: resucitar muertos, poner a jugadores que lloran por un lugar (sin merecerlo) y borrar a otros que traían mucho mejor nivel que muchos más.

Tanta crítica reciben siempre los integrantes del equipo nacional que hoy día ya no ves cual de todas es más adecuada, y dicha crítica lleva una razón de mucho peso junta, ridícula, pero de mucho peso para quien lo dice.

La diferencia entre las camionetas que marcan caminos y rumbos y el austero troncomóvil que nos representa es el éxito y la exigencia que ellos sí tienen y nosotros no. Al equipo nacional se le permite al entrenador “hacer” la lista, pero siempre con sus “peros”. Al equipo se le permite jugar sin ganar, porque así es el fútbol en esta zona. Una Copa Oro sirve para amilanar las ansias histéricas del clamor popular.

Y así nos va a ir, por fortuna no hay que hacer eliminatoria, que si tuviéramos y con todos los lugares disponibles para esta zona, terminaríamos viendo a muchos hermanos latinoamericanos clasificar y nosotros sufriendo por partidos que antes se ganaban 5-0 (por lo menos).

Así, el “Lamborjimmy” es esa unidad dividida que no podía andar.

Y recuerden, la pelota siempre al 10.

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