Roberto André Levet, el joven que busca enorgullecer a la BUAP en Nueva Zelanda
En entrevista con GRADA, el joven atleta de la Máxima Casa de Estudios se proclamó campeón del Ironman México realizado en Campeche y ahora, a unos meses de la competencia internacional, busca recursos para acudir a Nueva Zelanda para finales de 2024.
Roberto André Levet, un joven de apenas 21 años, estudiante de Negocios Internacionales de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) llevó el nombre de la entidad a lo más alto en la competencia de alto rendimiento físico “Ironman”, realizado en Campeche, donde gracias a su resultado, consiguió su boleto para el campeonato mundial que se realizará en Nueva Zelanda en diciembre próximo.
El joven poblano, quien por cierto hizo su debut en Ironman, culminó su participación que consiste en natación, ciclismo y carrera a pie, en un tiempo de 5 horas 15 minutos y 16 segundos, marca suficiente para acudir a la tierra de los kiwis.
Sin embargo, detrás de todo este logro que por sí solo ya es digno de un auténtico “hombre de acero”, está la otra parte, aquella que suele ser una constante para cualquier atleta mexicano: la lucha contra la burocracia y la falta de apoyos.
En entrevista con GRADA, Roberto André Levet platicó sobre su sentir luego de haber logrado semejante marca en donde recordó lo complejo que es participar en este tipo de pruebas que ponen al límite el aspecto físico y mental.
Un sueño hecho realidad
Al preguntarle sobre sus impresiones tras lo conseguido hace unas semanas en abril, dijo que con más calma está disfrutando al máximo lo que para él fue un sueño que trabajó por muchos meses.
“Es un sueño hecho realidad porque este evento en Campeche era mi debut en 70-3, entonces realmente sabía, tenía una idea de lo que se trataba porque lo había preparado bastante bien y uno siempre apunta alto, sin perder los pies en la tierra. Siempre estaba echándole ganas y estaba concentrado en acabarlo con mi meta, pero realmente fue una grata sorpresa; no lo veía venir”.
Roberto André comentó que participar en esta clase de eventos no es cosa menor, pues el Ironman (Hombre de acero) tiene su razón de ser y requiere una gran preparación.
“Participar en un evento como este requiere ciertas cosas, yo lo hice junto a un familiar entonces lo empezamos a preparar desde finales de noviembre del año pasado, viendo objetivamente en marzo”.
En ese sentido, detalló que los triatlones son de varias distancias, donde se dividen distancias cortas y largas, es decir Medio Ironman y Ironman. Todos los eventos de esta clase se caracterizan por nadar, hacer ciclismo y correr; para la 70-3 que es nadar 1.9 kilómetros, 90 kilómetros de ciclismo y hacer medio maratón (21 kilómetros).
Trabajo mental, clave en la competencia
Al hablar sobre su experiencia en Campeche y el desafío que implica terminar una competencia de estas características, Roberto André Levet destacó que es fundamental trabajar el tema mental incluso por encima del físico.
“Ya estando en competencia, yo creo que el tema mental, definitivamente, porque si bien ya estás fuerte, te preparaste bien, tu cuerpo tiene las actitudes para rendir, pero nos “da en la torre” es el rollo mental. Ahí está la clave porque tú vas bien en tu disciplina, pero es demasiado tiempo, distancias largas, los pensamientos te invaden, la mente te puede jugar “chueco” porque te dice el calor, detente y así”.
Tras recordar lo complejo que fue conseguir su éxito en el sureste mexicano, el alumno de la BUAP mencionó que parte de su entrenamiento se enfocó justamente en esta parte y le adjudicó su valor por haber llegado a la meta.
“En mis entrenamientos trabajé fuerza, resistencia y también la parte mental porque es doblegar tu cabeza y tus pensamientos que te hacen rendir. Eso es clave para “callar la voz” y seguir hasta culminar la competición, yo me aferraba porque previo a la competencia estaba cansado, pero me motivé, me di ánimos y sí pude terminar”.
Rumbo a Nueva Zelanda
Por otro lado, al preguntarle sobre sus próximos proyectos, el joven atleta mencionó que ya comenzó su preparación de cara al campeonato internacional de Ironman que se realizará en Nueva Zelanda en diciembre.
“Luego de terminar la etapa de recuperación con un entrenamiento regenerativo ya empecé con la preparación pensando en el evento de Nueva Zelanda que se hará en diciembre que al ser un evento de categoría internacional es necesario estar lo mejor posible”.
En ese sentido, reiteró sentirse muy orgulloso por lo conseguido, pues dijo que fue más de lo planeado y advirtió que apunta en grande.
“Estoy muy feliz con mi logro, estoy muy motivado, nadie sabe más que yo todo lo que hice para conseguir este resultado. Voy a seguir esforzándome para llegar a un gran nivel porque siempre me ha gustado motivar a la gente y hacerles ver que uno puede lograr cosas en su vida”.
Falta de apoyos, verdadera prueba
En otro tema y como parte de la “mala costumbre” que viven los deportistas mexicanos, el alumno de la BUAP aseguró que tiene cierta preocupación por no contar con los recursos suficientes para ir a Nueva Zelanda y competir en diciembre.
“El Ironman es un deporte caro por las herramientas que se ocupan, estoy algo preocupado sinceramente porque no sé qué tan posible sea ir a competir porque es ir al otro lado del mundo y se deben pagar muchas cosas, los vuelos son costosos, el transporte de los artículos de competencia son elevados. Ese es mi verdadero reto”.
En ese sentido, aseguró sentirse con la sensación de incertidumbre, pues sabe las dificultades de conseguir el dinero suficiente para seguir con el sueño que tanto trabajó.
“En este momento me estoy moviendo al máximo con cada persona que pueda ayudarme a hacer realidad este sueño, hay gente que me ha brindado su apoyo para ir recolectando recursos; es un deporte caro”.
Por otro lado, reveló que lejos de tener un premio en efectivo por su logro en Campeche, tuvo que desembolsar dinero para hacer válido su logro y tener su sitio al otro lado del mundo.
“Yo en realidad no gané un peso, simplemente gané el boleto para ir al campeonato internacional. Lo que mucha gente no sabe es que luego de la premiación, se tuvo que pagar la inscripción para tener el sitio en Nueva Zelanda y eso me costó el doble de lo que fue en México; si no lo pagas, se lo dan al que suelte el pago, eso sí es injusto”.
230 mil pesos, el “número mágico”
Por otro lado, contó que tras hacer un análisis profundo y sin caer en “lujos”, para ir y competir en buenas condiciones, requiere juntar arriba de 200 mil pesos.
“Sacamos el número de lo que se necesita con la bicicleta, suplementos y cosas para estar en buen ritmo para competir, más estancia y vuelos, y el número mágico son 230 mil pesos. Y te estoy hablando de cosas austeras y cumplir con lo elemental”.
Roberto André Lavet apuntó que pese al reconocimiento recibido en redes sociales, no ha contado con el respaldo de alguien para acercarse a la meta económica que requiere para ir “al fin del mundo” en diciembre.
“Ojalá (risas), pero la verdad es que nadie se ha acercado conmigo, estoy en la BUAP, no vengo de una familia acomodada, somos foráneos. Yo amo a la universidad porque sus instalaciones me han ayudado mucho, son funcionales. Nadie se ha contactado conmigo, ni la universidad, ni alguna asociación o ya de plano algún político; yo he estado buscando recursos de donde se pueda. Confío en que los pequeños pasos me mantengan para ir allá”.
Optimismo de representar a Puebla
Finalmente, el alumno de la BUAP agradeció el apoyo de toda la gente que ha estado con él y en redes sociales que le dan ánimos de seguir compitiendo.
“Agradezco el apoyo de toda la gente, este es mi cimiento de donde me podré agarrar para seguir luchando por este sueño”, finalizó.