GRADA Entrevista

“Majo” Rodríguez, una historia de resiliencia y superación

Pese a que el automovilismo es un deporte dominado por hombres, la poblana María José Rodríguez-Gaña Ortiz charló en exclusiva para GRADA sobre su exitosa trayectoria.

Katia
Katia Fernández

Actualizado: 14 FEB 2023 - 0:04

“Majo” Rodríguez, una historia de resiliencia y superación
Arte: GRADA

María José Rodríguez-Gaña Ortiz (“Majo”), es una poblana de 24 años que, además de ser estudiante de Ingeniería Industrial para la Dirección de Negocios en la Universidad Anáhuac, es una destacada piloto profesional de autos de carreras y tractocamiones; área en la que además de romper estereotipos y barreras de género, ha roto marcas que la llevaron a ser reconocida en el Museo del Automóvil, donde expone parte de su carrera y su primer auto.

El automovilismo es un deporte amplio de muchas categorías, que incluyen tanto carreras en tierra como en pista, explica “Majo” en charla exclusiva para GRADA.

“En sí lo que nos une es la velocidad, el llevar el control en nuestras manos tras un volante y la adrenalina que nosotros sentimos”; la piloto poblana inició en el semillero del automovilismo, llegó al kartismo como un hobby, sin pensar que sería ahí donde su interés se volvería aún más fuerte, como si viniera en su sangre, pues de niña siempre estuvo inmiscuida en los autos.

A pesar de que su padre tuvo desde mucho antes una cercanía con la velocidad al correr motos y después al trabajar con la mecánica de autos, el destino de “Majo” no estaba escrito; su primer acercamiento a las pistas de carreras fue como ayudante de su papá cuando él debía probar los carros que llegaban a su taller. A partir de ahí, ambos se inmiscuyeron más en los autos turismo hasta que el piloto mexicano Higinio Cabiedes notó el interés profundo de María José en la competencia, de convertirse en piloto.

Fue hasta los 12 años cuando la poblana tuvo la oportunidad de ingresar a un proyecto denominado “Un mexicano rumbo a la Fórmula 1”, sobre el cual comenta: 

“Este proyecto estaba muy padre porque no nada más era ‘súbete al kart y dale en la pista’; tomaban en cuenta varios aspectos como las calificaciones de la escuela, relaciones públicas, tu condición física, mental y también saber un poco de mecánica y simuladores”, recuerda con nostalgia, pues cuando conoció la propuesta no tenía la edad necesaria para tomar la oportunidad y tuvo que esperar para postularse.

Ese proyecto fue el primer contacto con lo que posteriormente sería una de las pruebas más grandes que debería superar; al llegar, María José era la única niña que se encaró a muchos niños de toda la República por uno de los 25 lugares que, meses después, le informaron que se volvió suyo. “Fue la mejor noticia de mi vida, porque sabía que a partir de ese momento ya iba a iniciar todo de manera profesional”. 

“Majo” arrancó la primera vuelta de lo que se convirtió en su carrera de vida en 2012, creciendo en este proyecto arropado por la CONADE y la FEMADAC, que le brindó herramientas deportivas de alto rendimiento, clases de relaciones públicas, mecánica y acompañamiento psicológico.

Al final del año, la poblana estuvo dentro de los primeros 10 lugares, por lo que su motivación se elevó, aunque no todo fue miel sobre hojuelas, pues la realidad comenzó a alcanzar sus sueños de niña. “Sí fue un poco difícil empezar a darme cuenta que era un ambiente totalmente de hombres y yo, como niña, empecé a sentir un poco de rechazo”. Las groserías, albures y conversaciones fuera de lugar no apagaron sus ilusiones y continuó preparándose en busca de un crecimiento profesional, por lo que cursó tres niveles para dar el salto al autoturismo.

Fue el 2013, el escenario para su primer campeonato en esta categoría a lado de su padre y, además, usando el automóvil que todos pueden visitar en el museo. “Eran carreras de resistencia entre 8 y 12 fechas de diferente duración, fue un año de bombardeo de varias cosas con muy buenos resultados”. El Ford K la acompañó durante tres años en los que disputó varias categorías. “Empezamos en la categoría T6 (que es la más pequeña), después le hicimos algunas modificaciones para subirlo a la T5 donde obtuve mi segundo campeonato”, señala “Majo”.

Su profesionalización se dio cuando aún no había una regulación en algunos sistemas de competición, lo que también permitió que algunos competidores no fueran honestos al competir contra ella, pues si bien al inicio les parecía “tierna” la presencia de una niña en la pista, cuando Rodríguez comenzó a obtener buenos resultados, los hombres se veían intimidados y buscaban excusas que descalificaran el talento de la joven promesa del automovilismo, según recuerda su papá: 

“Cuando ella comenzó a crecer como piloto, sobre todo cuando empezó a tener resultados, empezaron a revisarnos el coche porque pensaban que estaba “chueco” o creían que los oficiales le ayudaban; ningún hombre está acostumbrado a que una mujer le gane y eso les dolía mucho”.

Sin importar los obstáculos, María José no se detuvo e incluso marcó la historia a su paso. “Creo que soy la única piloto (en general) que he corrido todas las categorías ST 2 Light, ST 1 Light, ST 1, ST 2, Copa 1.8 y Copa TC 2000, todas estas estaban juntas y ahora están separadas y yo ya tuve la fortuna de correr cada una de ellas, obteniendo un subcampeonato en el 2015 en la ST 1 Light, segundo lugar de Novata en la Copa TC 2000 y 4to lugar general en la misma”, recuerda.

En 2016 la puerta de los tractocamiones se apareció en el recorrido de la piloto poblana, debutando en esta categoría que, hasta la fecha, continúa dentro de sus proyectos; a su vez la oportunidad de correr en la Nascar Truck, donde se convirtió en la primera mujer en subirse al pódium con un tercer lugar. “El año pasado estuve como líder del campeonato de tractos durante tres fechas y al final se me fue de las manos el campeonato, pero este año si Dios quiere y corro, estoy dispuesta a llevarme el campeonato”, afirmó la piloto poblana.

Económicamente tampoco ha sido un proceso fácil para Rodríguez, pues a la hora de buscar patrocinadores, su género también fue obstáculo para que se le abrieran las puertas. “Decían ‘¿Cómo una mujer corriendo como hombre? No, no, no”, recuerda María José, como un punto donde tuvo que armarse de valor para generar un respeto.

Tal ha sido el impacto de su talento que en el 2020 tuvo su primer participación internacional en Virginia, conquistando uno de sus sueños; para el 2021 fue invitada a participar en la categoría GTM. “Yo creo que es la categoría más espectacular que hay ahorita en México”, mencionó. Hace un año, en el 2022, “Majo” comenzó a correr monoplazas conquistando el cuarto lugar de novata del año; competencia que seguirá conquistando este 2023 a la par de TC 2000, Fórmula 5 en el campeonato de Super Copa y busca retomar el torneo de los tractocamiones.

De unos tres años a la fecha, “Majo” ha encaminado su carrera más allá de la pista dando pláticas que motiven. “Justo es poder seguir creando historia, el poder seguir motivando a mujeres, niñas, niños y a cualquier persona a que sigan sus sueños con mi ejemplo de vida”. Los momentos que han complicado su carrera por ser mujer la llevaron a tener su lema de vida, “detrás del casco no existe género” y es lo que sigue marcando a ella y a las personas con las que convive.

El poder de la familia, el apoyo de sus seguidores y la oportunidad de motivar a más personas a realizar sus sueños, es lo que más impulsa a María José como persona y como deportista. “Muchas veces tenemos miedo al qué dirá la gente, a los estereotipos pero lo importante es tener fe y pasión”, puntualizó la piloto.

Al finalizar la entrevista, “Majo” lamentó los accidentes por exceso de velocidad, por lo que invitó a las personas que les gusta ‘pisarle’, que tienen autos modificados o que les gusta la velocidad para que acudan a la pista, ya que hay días abiertos al público para que puedan correr, cuidados por especialistas.

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