Negar al Necaxa es traicionar al niño que fui: Juan Villoro
En el aniversario 100 de los Rayos, el galardonado escritor mexicano analiza el pasado ganador del equipo, habla del inicio de su afición y profundiza sobre el presente de esta escuadra.
Estar frente a Juan Villoro, inevitablemente, te lleva a pensar en el Necaxa. Es de esos pocos personajes que, sin importar cuál sea su tema de conversación, termina cayendo en una charla futbolera. Con argumentos y conocimiento, con su estructurado discurso y voz grave, siempre mirándote a los ojos, el escritor nos habló de su segunda gran pasión detrás de las letras: el balón.
Este lunes no es un lunes cualquiera para Villoro, como para miles de personas en nuestro país, hoy, el Necaxa festeja 100 años de existencia y como dice Juan, es una escuadra en constante reconstrucción, que apela a sus mejores momentos como inspiración y para aminorar los años de ayuno en trofeos. Como Aguinaga, Lapuente y otros héroes, el escritor es mención obligada cuando se habla de los Rayos.
¿Qué es ser necaxista?
Es pertenecer a una afición bastante sufrida, pero una vez que escoges un equipo yo creo que no debes cambiar, porque cambiar tus preferencias futbolísticas implica negar tu infancia, traicionar al niño que escogió ciertos colores; por supuesto, siempre hay tránsfugas de la pasión, pero, creo que el Necaxa, a pesar de que me ha hecho sufrir, me ha dado grandes satisfacciones.
¿Cuál es ese primer recuerdo que tiene del Necaxa y su afición por este club?
Cuando yo tenía siete años, el Necaxa le ganó al Santos de Brasil, con todo y Pelé, y yo apenas me adentraba en esta otra pasión que es el futbol y los amigos que tenía en la calle que vivía eran todos necaxistas y quise identificarme con ellos; en ese momento, era un equipo que podía perder con el último lugar, pero después ganarle con autoridad al América, jugaba muy bien y se distinguía por el sacrificio de sus jugadores.
¿Cuál fue ese primer ídolo que tuvo del Necaxa?
Mi mamá es yucateca y ha habido pocos jugadores de este origen y seguramente, el primer jugador que me identificó en el Necaxa fue Agustín Peniche, que patentó una jugada con Dante Juárez, donde, en los tiros libres, engañaban a los rivales con una serie de fintas a la hora de cobrar, que casi siempre terminaban en gol para los Rayos. Fue un jugador que me encandiló en cuanto a mi afición por este equipo.
¿Qué recuerda de aquel Necaxa de Aguinaga y Lapuente?
Afortunadamente, en la década de los noventa, Necaxa se convirtió en un equipo muy competitivo, algo que no parecía estar en su ADN. Parte importante fue tener al mejor extranjero en la historia del equipo, como Álex Aguinaga, bien acompañado por Ricardo Peláez, Alberto García Aspe, bien dirigidos por Manuel Lapuente y así se convirtió en prácticamente un equipo invencible, una escuadra de época, la mejor versión que yo he visto.
¿Qué le representan los 100 años del Necaxa?
Cuando uno se aficiona a un equipo, también se aficiona a la historia, a mí al menos me encantan los datos y para mí, Necaxa es un equipo de antecedentes, de fantasmas también; me imagino en plenitud al gran Horacio Casarín, un ídolo para los Rayos, el incendio del Parque Asturias, que no viví, pero que padecemos todos los que le vamos a este equipo. También está la versión del Necaxa de los once hermanos, los duelos intensos contra el Atlante en la época dorada del equipo… Y que hoy cumplan cien años, es un milagro en el futbol moderno, es un equipo que ha estado fuera de Primera División dos veces. Como aficionado, me ha puesto constantemente a prueba.
¿Cómo vislumbra el panorama inmediato para el equipo?
Lo he ido a ver pocas veces en Aguascalientes, esa es la realidad, es un amor lejano, que fue muy fuerte en el pasado y distante en la actualidad, pero ahí está. Lo sigo cada que pueda, me entusiasma cuando llega a entrar a la Liguilla, pero luce difícil que vuelva a ser lo que algún día fue. Hay que ser realistas. También he estado al pendiente del Necaxa femenil, me reconcilia con el futbol ver la liga femenil, es más genuina y me alegra más si ganan las Centellas.
Los títulos futboleros de Villoro
LIBRO |
AÑO |
Los Once de la Tribu |
1995 |
Dios es redondo |
2006 |
La cancha de los deseos |
2010 |
Ida y Vuelta (con Martín Caparrós) |
2012 |
Balón Dividido |
2014 |