América y Tigres: el viejo y el nuevo “grande”
El equipo que defiende los colores de UANL ya está en un proceso de renovación que lo llevará a seguir ganando ligas que lo acercarán al máximo ganador de ellas, el América, con quien precisamente jugará la final de este certamen que agoniza.
En el periodismo que se hace en la capital del país, que, aunque mermado en credibilidad todavía tiene cierto impacto en la formación de la opinión pública referente a temas futbolísticos, se mantiene, casi por unanimidad, la postura de calificar como grandes a los clubes con más seguidores en México.
América, Guadalajara, Cruz Azul y Pumas son, porque así lo indican quienes suelen emitir unas verborreas impresionantes ante los micrófonos de las grandes cadenas de televisión, los únicos equipos con el derecho de asumirse como grandes.
Estos personajes de vasto recorrido por los medios de comunicación, pero seguramente escaso por las aulas y las bibliotecas, que pregonan ser objetivos cuando ni siquiera se dan cuenta de que el periodismo y el comentario, así como la crítica y la argumentación siempre serán subjetivos porque están plagados de sesgos e interpretaciones, no cambian ni cambiarán; ellos siguen pensando que “los cuatro grandes” no admiten a un quinto.
Incluso un reloj descompuesto, con las manecillas inmóviles, acierta dos veces al día al señalar la hora precisa. Bien, estos personajes que defienden a esa cofradía de cuatro colosos, aciertan en mantener al América como uno de ellos. ¿Por qué? Porque las Águilas siempre van por el campeonato. Que lo ganen o que fracasen en el intento es otra cosa, sin embargo, la exigencia de título siempre está ahí.
De los títulos, que también son una métrica subjetiva de grandeza, ahí están adornando las vitrinas del equipo emplumado, que es una de las joyas de la empresa televisiva que lo respalda. De su afición se podrán decir varias cosas, no todas positivas, más en la capital y en provincia, el América juega de local casi siempre.
El América no es un equipo de época; las Águilas no son una moda ni algo efímero, sino algo que se mantiene.
De los otros tres “grandes” bien podría hacer mención de sus triunfos históricos, de su afición y de diversas variables, sin embargo, necesario es recurrir a los hechos: Cruz Azul, Pumas y Chivas no están obligados a ganar cada temporada; a ellos se les exige, pero no tanto como al América; ellos tienen campeonatos, pero no se ve para cuándo puedan ganar otro porque mientras la Máquina y las Chivas mermados están con la ya añeja desidia de sus jugadores, Pumas no tiene la gran cantera que algún día tuvo y tampoco los recursos para poder comprar en el mercado de piernas la calidad que no produce.
Además, lo que no es poca cosa, celestes, universitarios y rojiblancos, hoy, aunque no se resignan, deben comprender que Tigres es, junto al América, el rival a vencer de cada torneo. Tigres lleva tiempo sin ser ese equipo con frecuente riesgo de descenso; cierto es que el conjunto de Nahuel y Gignac está viviendo sus últimos tiempos, pero que no exista duda:
El equipo que defiende los colores de UANL ya está en un proceso de renovación que lo llevará a seguir ganando ligas que lo acercarán al máximo ganador de ellas, el América, con quien precisamente jugará la final de este certamen que agoniza.