Leagues Cup: una oportunidad de oro
A diferencia de México, donde el aficionado es constantemente menospreciado (basta con ver las campañas absurdas de ciertos clubes o, peor tantito, la recién lanzada por la Selección Nacional), las dirigencias del fútbol de Estados Unidos trazaron un camino que comienza a ofrecer grandes resultados.
El alumbramiento de la Leagues Cup –como se ha bautizado a este matrimonio entre la Liga MX y la Major League Soccer (MLS) –se da, como las bellas coincidencias de la vida, con un margen adecuado de antelación a un gran suceso como la próxima Copa del Mundo 2026.
En lo que significará uno de los grandes hitos, no sólo del balompié, sino del deporte en general, dos de las competencias futbolísticas de mejor infraestructura en el continente americano como la de México y Estados Unidos, se unen en un proyecto que, sin lugar a dudas, fortalecerá la operación de la próxima justa de FIFA, en donde ambos países –junto a Canadá (invitado que, sigo creyendo, se bajará de la contienda en el último momento) –buscarán sentar un precedente en la manera de gestionar el espectáculo deportivo más importante del mundo.
Desde el plano futbolístico, por supuesto que existen diversas controversias; por citar un ejemplo, sin ir más lejos, que el fútbol nacional haya pausado totalmente las actividades del Apertura 2023, apenas tres jornadas después de su arranque, para centrar toda su atención en un torneo que, en materia competitiva, arroja bastantes dudas.
Sin embargo, a diferencia de torneos a los cuales se predicó siempre la urgencia de volver a ellos como la Copa Libertadores o la Copa América (a nivel de clubes y selección, respectivamente), el prisma desde el cual debe observarse a esta competición en absoluto pasa por las fichas, la pizarra y el famoso ‘roce’, sino por el parteaguas que significa en el modelo de negocio en la industria del fútbol.
A diferencia de México, donde el aficionado es constantemente menospreciado (basta con ver las campañas absurdas de ciertos clubes o, peor tantito, la recién lanzada por la Selección Nacional), las dirigencias del fútbol de Estados Unidos trazaron un camino que comienza a ofrecer grandes resultados.
Y para muestra, sólo hace falta ver al listado de figuras que hoy, y desde hace varios años ya, la conforman (comenzando, sin lugar a dudas, por la reciente llegada del argentino Lionel Messi).
La Leagues Cup resulta el pretexto perfecto para, al menos, un par de cosas:
En primera, para que el directivo mexicano promedio entienda que la palabra “negocio” no se limita a vanagloriarse a sí mismo, sino a ofrecer experiencias a quien le paga el sueldo y el viático: el aficionado.
Y en segunda, que precisamente el aficionado –a quien sólo ven como un grandísimo e irracional consumidor –dimensione su importancia y de una vez por todas disfrute y exija, como realmente se merece, su papel de protagonista.