Puebla simplemente no ve la luz en el túnel

De no ser por la enferma afición que acompaña a Tigres a cada cancha visitante, por la actualidad tan cruel que atraviesa la Franja, las arcas de la directiva poblana habrían recibido una raquítica cantidad de dinero.

Sin embargo, la taquilla y el ambiente mejoró como resultado de los cientos de fanáticos del equipo de la "U" que se hicieron presentes en un partido que arrancó con opciones, sorpresivamente, para ambas escuadras.

Primero fue Gustavo Ferrareis el encargado de decirle a los Tigres de Siboldi que no tendrían un día de campo.

Sin rebasar los primeros diez minutos de juego, Javier Aquino claramente contactó a Santiago Ormeño en el área, pero ni el silbante central ni el VAR marcó penal.

Rápidamente la visita hizo gala de la calidad en cada una de sus líneas con una descolgada de Diego Lainez y conexión con Juan Brunetta.

Esa pradera derecha, custodiada por Ferrareis y Alberto Herrera, ya daba muestras de que iba a ser una vía de dolor para el club. Tan lo fue que al minuto 14', nuevamente por la avenida derecha Nicolás Ibáñez estrenó el marcador, pero el VAR echó para tras el luminoso.

Cuando nadie lo esperaba, el "Beto" Herrera sacó un conejo de la chistera, con un zurdazo a la carrera desde fuera del área, que se coló por el ángulo.

Tigres buscó reacción inmediata. La tuvo como resultado de posesiones perdidas del Puebla, pero ni Brunetta ni Lainez encontraban la portería con claras opciones. Minutos después, Brunetta encaró por el centro y con velocidad se quitó la marca para entrar solo y nuevamente fallar.

Entre más buscaba la oncena de Nuevo León empatar el marcador, la Franja encontraba cómo hacerle daño a través de atracciones por izquierda para dejar libre el otro costado. Así fue como De Buen apareció y, con poca suerte, impactó el poste derecho de la portería resguardada por Carlos Felipe Rodríguez.

El cuadro camotero se fue al vestidor con una sensación mucho más positiva de lo que cualquier optimista hubiera creído cuarenta y cinco minutos antes.

En cuanto comenzó el segundo tiempo, la Franja comenzó a repartir con el hacha; Ferrareis le dejó un recuerdo a Lainez y el partido se tornó ya de pierna fuerte.

Una chilena de Quiñones avisaba que el empate de Tigres se acercaba, aunque milagrosamente se salvó en una carambola de rebotes y tiró que de la raya sacó Rodríguez.

En el '61, Juan Brunetta capitalizó una escapada de antología de Guido Pizarro, que de paso le enseñó a Luis Quiñones cómo hacer su trabajo.

Con los cambios masivos, Tigres perdió un poco y Puebla logró respirar volviendo a tener posesión y oportunidades. El cargado arbitraje dejarse sentir porque la revisión de otro penal para la Franja al '69 no fue más que un procedimiento.

Sin embargo, nuevamente la pelota parada le costó al club porque en el '72, Diego Reyes le ganó la posición a Efraín Orona para, con un certero cabezazo cruzado, darle la vuelta en un tiro de esquina.

Instantes después, Luis García puso en la horquilla un centro que casi acababa en gol. Lo que sucedió posteriormente fue un reflejo del desastre defensivo que es esta Franja. En una jugada que parecía sin peligro, Sebastián Olmedo salió abanicó un centro para dejar a Córdova a placer, quien con su educada zurda decretó el 3-1.

Con el partido ya abierto, un gran centro de Herrera -para cerrar su gran noche- le dejó a Luis García, recién ingresado, un bombón para ahora sí romper la portería felina.

Se sentía en el aire que la noche se le venía a Tigres. Y así lo decretaba un penal pitado en su contra. Todo parecía que sería un empate hasta que el VAR echó para atrás los sueños del Puebla.

Mucho forcejeo en siete minutos de compensación, pero el marcador ni la mala suerte del Club Puebla cambió para decretar su décima derrota del campeonato.