Cábalas
De forma constante sucede que mientras más hablas de un tema o lo expresas de forma constante, menos se cumple. Los gurús energéticos dicen que todo es porque hay gente que no quiere que sucedan las cosas.
Escribir lo menos posible de mi equipo es, para mí, la cábala que seguiré de ahora en adelante.
La puse a prueba durante gran parte del Apertura 2022. Destino, casualidad –o cábala –pero Pachuca salió campeón del futbol mexicano y no dejo de pensar que, en gran parte, puse de mi parte para que eso se diera.
De forma constante sucede que mientras más hablas de un tema o lo expresas de forma constante, menos se cumple. Los gurús energéticos dicen que todo es porque hay gente que no quiere que sucedan las cosas.
Yo, en cambio, pienso que mientras más lo dice uno, menos enfocas el trabajo en donde se debe.
Lo sé, yo no juego al futbol ni en mis mejores sueños. Soy aficionada de sofá, pero fiel al equipo.
El pasado 4 de junio puse un tuit, de esos que me catapultan como “insportable” (por decirlo de forma decente):
“Antes de que siga el lunes, recuerden que hoy juega el próximo campeón del futbol mexicano, como local. Que sea un gran inicio de torneo”. Ese día, Pachuca venció 2-0 a Querétaro en el Huracán.
Y ahí comenzó la historia, misma que contaba con mis amigos más cercanos, a quienes les decía muy ocasionalmente: “Vamos a ser campeones”. Así, contundente y convencida.
Hace ya varias semanas, Miguel Caballero, director editorial de este periódico, me invitó a escribir “sobre el Pachuca”. Fue el 10 de octubre, para ser precisos, cuando me llegó dicha invitación. Estaba por comenzar la Liguilla para mis Tuzos.
Mi pretexto para no mandar el escrito fue que “necesitaba desentumir los dedos”. En realidad, lo que necesitaba era no echarle la sal a mi equipo.
Tigres, eliminado por Pachuca en Cuartos; Monterrey, fuera en Semis gracias a los Tuzos; Toluca, humillado en marcador por los blanquiazules en la gran final del futbol mexicano, lo que derivó el título para los de la Bella Airosa… y también para mí, aunque no sea oriunda de esa tierra.
Hoy puedo decir, con orgullo, que mis dedos están desentumidos, más que nunca; que celebrar el primer título de Liga en el Hidalgo (para mí) y confiar ciegamente en el equipo que construyó Guillermo Almada son, sin duda alguna, las cosas que mejor me han hecho sentir en lo que va del año.