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Futbol mexicano: una bomba activada

Todo lo mal que se ha hecho en el futbol mexicano está a poco más de un año de quedar expuesto de forma inocultable.

Omar
Omar Rodríguez

Actualizado: 30 MAY 2025 - 5:07

Futbol mexicano: una bomba activada
Arte: GRADA

La estabilidad del futbol mexicano está sujeta por unos alfileres endebles. Al interior de la familia del balompié nacional —donde hay traiciones, venganzas, amenazas veladas y abiertas— se vive un momento único.

La Copa del Mundo de 2026, cuyo programa todavía puede verse alterado por las tensiones diplomáticas entre los gobiernos de México y Estados Unidos, es el pretexto más fuerte para darle un poco más de mecha y tiempo a una bomba casera que, tras la máxima justa de la FIFA, seguramente va a estallar.

Todo lo mal que se ha hecho en el futbol mexicano está a poco más de un año de quedar expuesto de forma inocultable. Desde ya, se anticipa una hecatombe que fracturará los cimientos de una estructura que hace mucho dejó de priorizar lo deportivo.

La multipropiedad sigue siendo uno de los principales carcinomas del sistema. Mientras en otras ligas del mundo está prohibida, aquí es una práctica común. Esta dinámica ha creado redes de intereses cruzados que impiden la competencia justa. El tema de la multipropiedad no se ve por dónde o cuándo pueda acabarse: no hay intensiones de darle conclusión y tampoco grupos empresariales que tengan pensado arriesgar sus millones en un negocio contaminado por múltiples intereses.

Otro problema que sumará a la detonación tiene que ver con los conflictos personales entre dueños de clubes, que por temas deportivos y extra cancha han descompuesto decisiones estructurales que deberían ser tomadas con visión colectiva y no con intereses individuales.

También, por supuesto, está el tema de la cancelación del ascenso y descenso, medida que se justificó como temporal, pero que, al parecer perpetua, no ha hecho más que atrofiar el ecosistema competitivo.

La Liga de Expansión MX vive atrapada en la mediocridad, sin incentivos reales ni posibilidad de soñar con llegar al máximo circuito. Sus dueños, frustrados, han perdido el interés en un torneo que solo consume recursos y devuelve desilusión.

Si las cosas están mal en la cúspide, mal están en los cimientos.

Y es que, en las divisiones inferiores, los rumores de amaño de partidos han dejado de ser rumores. Las denuncias y pruebas han comenzado a salir a la luz, mostrando que incluso en la base del futbol mexicano hay podredumbre.

Tampoco podemos olvidar a la Liga MX femenil, competición que, con lo justo, lucha por subsistir. Su viabilidad económica está en duda y muchos clubes la mantienen más por compromiso institucional que por verdadera convicción. Las jugadoras enfrentan salarios bajos, estructuras débiles y escasa visibilidad, mientras se exige una competitividad que no va acompañada de inversión.

Todo ocurre en medio de un escenario económico cada vez más complejo. Los costos operativos se han elevado al punto de hacer casi insostenible la manutención de un equipo profesional, lo que ha empujado a varios proyectos al borde de la quiebra.

La gran fiesta del Mundial 2026 será solo un espejismo. Una vez que baje la espuma, quedará la resaca: un futbol nacional desfondado, dividido, sin rumbo y con sus costuras podridas. 

La bomba no solo está activada. 

Ya comenzó a arder la mecha.

Sobre el autor

Omar Rodríguez
Omar Rodríguez

Periodista poblano, escritor, conductor de radio y televisión. Ha realizado coberturas de 30 torneos de Liga MX y coberturas internacionales, entre ellas Copa del Mundo FIFA y Copa Confederaciones.