Pobre Puebla: ¿qué han hecho de ti?
La expectativa que generó esa posible inversión fue grandísima entre las personas que siguen a la Franja. No obstante, el sueño se acabó cuando el presidente del equipo, de manera escueta, señaló que había pláticas con un fondo extranjero.

Yo ya estaba al tanto de la labor periodística que hacía John Sutcliffe a partir de 2005 o quizá 2006. Sin embargo, comencé a seguir con más frecuencia su labor alrededor de 2007 o probablemente 2008; en ese periodo descubrí que en ocasiones compartíamos páginas en el Diario Deportivo Estadio. Él escribía sobre temas de carácter nacional y yo, como corresponsal, me enfocaba en el día a día del Puebla.
Mucho tiempo después amplifiqué mi conocimiento respecto a su labor de investigación gracias a la lectura de Reportero de cancha, libro que tiene su firma y en el que, con capítulos amenos, realizó un recuento de su vida ligada al deporte y la comunicación.
Por todo esto y más, cuando hace unos días vi un video en el que John Sutcliffe mencionó que el Club Puebla tendría un vínculo con un fondo de inversión inglés, no dudé de la veracidad de la misma y, por ello, no oculté mi emoción. Seguramente cegado por la información, me permití interpretar que estaba cerca el final de una obscura etapa del Puebla.
Por ello, no vacilé en conversar sobre el tema con dos o tres personas con las que comparto la afición por el equipo. De manera extrañísima, yo, siempre renuente a iniciar una conversación, la inauguré con comentarios positivos respecto a este vínculo.
Todo iba bien hasta que alguien me preguntó:
— ¿Pero es seguro?
—Seguro no es. Pero lo dijo Sutcliffe y él, de eso sí tengo certeza, no suele equivocarse con frecuencia.
Lo que sucedió días después me dejó en claro dos cosas. No hay periodista, por más bueno o experto que sea, que esté exento de equivocarse. Cualquiera puede confiar en una fuente que no te ha fallado y que de repente, por el motivo que sea, te suelta una información muy distante al hecho real.
Sé que esta fuente, que a Sutcliffe le filtró dicha información, ha quedado carbonizada.
Esa fuente no sirve más. Esa fuente mintió en proporciones mayúsculas. A esa fuente, seguramente, Sutcliffe no volverá a tomarle una llamada. De no creerse.
La expectativa que generó esa posible inversión fue grandísima entre las personas que siguen a la Franja. No obstante, el sueño se acabó cuando el presidente del equipo, de manera escueta, señaló que había pláticas con un fondo extranjero, con el cual, si bien no había trato hecho, sí se tenían diálogos encaminados a obtener recursos para mejorar la salud financiera del equipo. Dicho con otras palabras: no había nada concreto y no se tenía pensado en hacer por Puebla algo más que paliar sus finanzas.
Un eufemismo para no decir que el equipo —mas no la empresa dueña— está en quiebra.
Lo que vino después —revelado con rapidez y precisión por GRADA— es el colmo. El fondo de inversión, con experiencia y prestigio internacional, hasta hace unos días no tenía un sitio web. De hecho, el mismo, de reciente hechura, tiene una plantilla muy sencilla. Parece —¿parece? — que fue hecho a la medida para darle verosimilitud a esta narrativa de inversión.
Pobre Puebla. ¿Qué han hecho de ti?
Antes, en cualquier época funesta —que sería muchísimo mejor que ésta—, el equipo podría jugar mal o muy mal, perder o descender, pero incluso en esos momentos había esperanza de un resurgimiento.
Hoy, lo que se ve, es que el equipo parece destinado a sobrevivir hasta que un día sus propietarios opten por darle una muerte más indigna de lo que es su vida.