¿Qué tienen que aprender los otros clubes de la Liga MX a Pachuca?

Antes de comenzar tienes que saber algo: muchas veces lo que leerás en esta columna es poco ‘mediático’ e, incluso, puede ir en contra de lo que crees como fan o el espíritu romántico del juego. 

Tengo casi 20 años de experiencia como periodista y más de 15 especializado en negocios deportivos, mi mirada es distinta a la de un analista deportivo y está totalmente dirigida a cómo se maneja el negocio que –como a estas alturas, ya sabes –es donde se toman las decisiones más relevantes de tu equipo favorito.

Con esta advertencia, comenzamos.

El éxito de Pachuca en 2022 se entiende desde lo que muchos llamarían ‘fracaso’ de torneos anteriores. Y que para mí es la coronación de un trabajo sistemático a lo largo de los años, sin importar el ‘fracaso’ de otros torneos.

Y entrecomillo ‘fracaso’ porque creo firmemente que hoy el éxito está expresamente ligado (casi siempre) a ganar títulos. El resto fallan o al menos esa es la idea que nos han vendido. Pero seamos honestos, sólo en ligas como Escocia o España ganan casi siempre los mismos; en México no es así y tampoco en el resto del mundo.

Pachuca no se coronaba campeón desde 2016. Eso suena lejos, pero no lo es tanto, sobre todo porque el club ha decidido mantener su ADN intacto y el proyecto de trabajo sistemático pese a los resultados.

¿Dónde están las virtudes de Pachuca?

• En trabajos y proyectos de largo plazo. ¿Cuántos técnicos de los Tuzos debieron salir antes por malos resultados? Quizás muchos, pero el club decidió darles continuidad hasta que la cuerda no podía más. Claro, eso tienen sus puntos positivos y negativos como los casos de Martín Palermo y Paulo Pezzolano.
• Una división de negocio en la creación de talento. Tienen más de 60 centros de formación en el país, además de 200 escuelas oficiales. Casi por mera matemática algo bueno tiene que salir de allí de tanto en tanto. Pero la clave no están en esos números; la llave es el sistema de formación que va desde ‘desarrollo espiritual’ (que está estipulado en el club) hasta el desarrollo deportivo.

Entre 2013 y 2022, Pachuca ha vendido más de 90 millones de dólares en jugadores y en ese lapso hubo dos títulos de liga únicamente (aunque a los aficionados es lo que realmente les interesa y está bien).

Para mantener un modelo hay que generar ingresos y los Tuzos han encontrado en la venta de jugadores una oportunidad de mantener proyectos, generar talento, reinvertir en la cantera.

Cada año el club destina entre 8 y 12 millones de dólares en sus fuerzas básicas y equipos juveniles. Y eso no sólo es pagar giras o los sueldos de entrenadores y scouts, también invierten en herramientas de tecnología, capacitación, software médicos; etc.

Cuando tienes un método todo es más sencillo. Lo puedes ‘mover’ (por decirlo de alguna manera) un poco a la derecha, un poco a la izquierda, pero siempre es un camino similar. Sí, pueden fallar, claro, pues el dato que desde 2016 no es campeón está ahí, pero creo que es un poco arcaico pensar en el éxito sólo llega cuando levantas la copa.

La continuidad de largo plazo es fundamental. Quizás lo recordarás. Pero hace varios años Pachuca se coronó campeón de la Copa Sudamericana y hoy pocos tienen en la memoria que ese equipo era un ‘desastre’ con Enrique Meza. Se pidió tanto su cabeza que hasta ese momento era inexplicable por qué la directiva lo mantenía en el cargo. La paciencia y respeto a los procesos dieron resultados.

Lo mismo ocurre con Guillermo Almada. Dos finales, un título y, ¿qué hizo el equipo? Le extendió su contrato al menos hasta el 2025. ¿Eso asegura que será un equipo de época? Claro que no, pero al menos el club también protege sus activos y si alguien lo quiere, tiene que pagar cláusula de rescisión.

Es bueno que un equipo con este modelo como Pachuca se corone campeón. Se ha convertido en un ejemplo de trabajo a mediano plazo, sin pensar si habrá éxito o no, tiene un proceso sistemático y, claro, también demuestra que la venta de jugadores puede ser un buen negocio.