GRADA Opinión

Momentos

A falta del duelo por el tercer lugar y la Final, esos momentos enferma en Puebla, viendo el final de un juego con mi papá, es lo más bonito que me dejó este Mundial.

Ana Paola
Ana Paola López

Actualizado: 16 DIC 2022 - 17:47

Momentos
Arte: GRADA

Ayer me preguntaban: ¿qué te ha dejado este Mundial? A bote pronto, claro que pienso en Marruecos como equipo; en Messi como la esperanza de la coronación de una época; en los japoneses ganándole a Alemania y a España; y quizá la esperada decepción de México. Pero la verdad, lo futbolístico sí queda en un segundo plano.

En realidad, me quedo con momentos. Primero con volver a emocionarme con mi papá viendo un partido de futbol. Con la inmovilidad de ese momento. Sin la cascada de mil y un cosas pasando alrededor en cancha, fuera, y con la necesidad de “cubrirlas”. Que sí estaban pasando. De hecho, mi papá estaba trabajando (home office), y yo estaba con ellos en casa porque tenía pendientes.

En teoría iba sólo a verificar mi coche, porque antes de que falleciera el gobernador Miguel Barbosa, tenían un relajo en verificentros, hasta apenas pude hacer el trámite, y ya llevaba seis meses ‘jugándole a la viva’ en la Ciudad de México. A pesar que nunca me multaron, ya era necesario. Pero después del trámite, me dio un gripón horrible, y terminé quedándome con mis papás.

Entonces nos tocó compartir los Cuartos de final, que empezaron el viernes de la semana pasada. Mi papá es una persona muy reservada. Nosotrxs, a pesar de que jugué profesional, honestamente, no somos una familia futbolera. No acostumbramos a ir a estadios. No hay rituales para ver algún partido de eliminación directa de nadie. No compramos los jerseys de cada año de ningún equipo, aunque tenemos algunos porque nos los regalaron o nos tocó viajar a algún lugar. No es como que nuestros días como familia paren y giren en torno al futbol. Vemos futbol, pero poco en comparación a la mayoría.

Quizá de niña yo era la que se paraba temprano y pescaba algún partido de Premier, y de repente en las comidas familiares o cenas ponía algún juego de México, o de liga. Pero tampoco veía mucho futbol. Me gustaba jugar y hacer deporte, pero nada más. Sin embargo, a través de mi pasión por jugar fue que mi papá y yo compartimos esos momentos. No se levantaba a ver ningún partido de fin de semana, pero cuando pudo, procuraba ir a ver mis juegos de los sábados. El más emocionado en buscar y comprar tacos era él. Ese era nuestro único ritual, por así decirlo.

Y conforme fui jugando a mayor nivel, él fue el que siempre me acompañó. Hasta venía a Cantera desde Puebla, los sábados, ‘volándose’ el trabajo (algo muy difícil para él, porque mi papá es un poco workahólico). Y es curioso, pero quizá yo estaba tan involucrada en primera persona en la femenil, que no los disfrutábamos igual.

Entonces, a pesar que –literal –fueron momentos, el Argentina vs Países Bajos fue muy especial. Él, acabando de trabajar antes para bajar a verlo juntxs. Aunque llegó ya al final del segundo tiempo. Puso en altavoz a su hermano y mis primos. Igual, algo inédito para mí porque el futbol de alto rendimiento y profesional me sacó de la dinámica familiar. Unos despotricando contra los argentinos por “soberbios” y “malos ganadores”. Yo, la verdad con una sonrisa porque creo, y más bien, quizá me gusta creer que los equipos campeones tienen un poco de esa altanería cuando el rival también te provoca. Pero, con una sonrisa de sorpresa ante un momento que tenía años que no volvía a vivir.

Este mundial se me hizo muy incómodo en muchos sentidos, por lo que en sí Qatar es y representa; por lo que el futbol profesional de altos vuelos mediáticos es; por la cobertura; etc. Pero a falta del duelo por el tercer lugar y la Final, esos momentos enferma en Puebla, viendo el final de un juego con mi papá, es lo más bonito que me dejó este Mundial.

Sobre el autor

Ana Paola López
Ana Paola López

Ex jugador profesional de la Liga MX Femenil. CP ITAM y Directora Técnica egresada del ENDIT.