Liga chica, liguilla grande
La Liga está dominada, falta el mini torneo que dará el título si entienden ellos mismos que es más importante aún que las 17 fechas.
Es y ha sido una constante para América que demuestren grandes actuaciones y hasta sobradas contra la mayoría de los equipos de la liga, sin embargo, en el momento de la verdad se aparece un equipo compacto e incómodo que se da el lujo de echar al "mejor del torneo" en un lapso de 180 y a veces en solo 90 minutos.
Le pasó a Solari, gran torneo y se le aparecieron unos Pumas combativos que en 90 minutos dieron más batalla que en todo su torneo.
Suena a cliché pero muchos equipos se juegan su temporada contra los de Coapa. No importa que pase en 16 juegos si el número 17 en el Azteca o haciendo el "día del club" para aprovechar la visita del más grande y cobrar doble todo termina con una victoria para esos equipos.
Luego de Solari y la tendida de cama de los jugadores, liderados por un paraguayo latoso que por su amistad con el "Tano" apoyó la salida desde las entrañas del vestidor del "Indiecito", para darle lugar al flamante entrenador de la sub 20.
Éste limpió la plantilla a su antojo para demostrar que tenía una estrategia de plantel, punto a favor. Y luego los puso a jugar igual que los ponía Solari, no entendemos que más había que hacer. Cepilló a los que Solari ponía como intocables, lamentablemente el "Tano" sentó a Salvador Reyes que venía con un impulso que, a mí parecer, le hubiera servido para asistir a Qatar de la mano de Santiago Solari, pero Ortiz lo guardó bastantes partidos y bloqueó su desarrollo, hasta que él mismo lo volvió a utilizar.
Llega Jardine y parece que este equipo embalado, de la misma base táctica está intratable, y algún romántico dirá "que buen entrenador", pero aceptemos desde los hombres que están que es el mismo accionar de temporada regular que hemos visto desde Santiago.
La Liga se ve muy pequeña cada partido, los partidos difíciles se ganan por goleada y los partidos asequibles se llegan a complicar más por la imagen que dan indicando "no hay prisa, ya lo ganaremos" que por el accionar de los equipos chicos. Alguno como el de Santos que fue un ida y vuelta con muchos goles daba la imagen que al América se le podía vulnerar fácilmente, pero los goles fueron más errores de los azulcremas que aciertos de los de Torreón.
Este plantel vasto indica que si algún equipo no complica de más, el ansiado décimo cuarto título, debe llegar a las instalaciones águila pero como esto es fútbol y no se debe a merecimientos, todavía queda un largo trecho para levantar el trofeo.
El único que puede jugarle en contra a las poderosísimas Águilas del América, son las mismas Águilas. Ese desdén por momentos en su juego a veces pareciera que sobra tiempo y recursos para ganarlo y a veces no dará tiempo, el torneo pasado contra Toluca dejaron todo el partido que pasaran los minutos para acelerar en los últimos minutos y que un fuera de lugar bien marcado impidiera el heroico grito de último minuto.
Este torneo con solo un partido perdido, jornada 1 contra unos Bravos de Juárez que usaron esta victoria para mantener una racha que los tenía como el caballo negro y que algunos juegos más tardes regresaron a su real mortalidad, ha sido el único descalabro azulcrema. Diez victorias contundentes y tres empates han sido la marca que han establecido.
Los atacantes tienen gol, buen pie y la mayoría responde cuando se les solicita. El medio campo con dominio de balón y gran coordinación permiten que el trabajo d e los defensas sea menos complicado que para otras escuadras.
Malagón se ha establecido como un grandísimo arquero qué ha tenido tal vez 4 goles de los 14 recibidos como responsabilidad suya, sin embargo, ha atajado muchos más que permitieron al equipo mantener ventajas o evitar irse abajo en el marcador.
Se han mantenido como un gran equipo que sabe a lo que juega y un vestidor unido que ve el mismo objetivo: la 14.
La Liga está dominada, falta el mini torneo que dará el título si entienden ellos mismos que es más importante aún que las 17 fechas.
Y recuerden, la pelota siempre al 10.