Faitelson: un rol diferente en una empresa diferente
Ahora muchos critican a David Faitelson, mas eso poco importa. Él, como deberían hacer todos, porque así lo ha expresado en diversos espacios, dejó un lugar en el que ya no se sentía tan a gusto y optó por asumir un reto que, claro está, por sus antecedentes discursivos, inicialmente minará su credibilidad.
Un sábado de hace cuatro o cinco meses, tras anotarme en la lista de espera para asignación de mesa en un conocido restaurante de Cholula, me encontré de frente con David Faitelson. Él, como yo, esperaba que una mesa quedara libre para sentarse frente a ella. Él portaba una gorra beisbolera de El Águila de Veracruz y cubría sus ojos con unas gafas redondas, quizá para pasar desapercibido o quizá para protegerse del sol.
No me gustan las aglomeraciones, razón por lo que hacer fila junto a tanta gente desconocida me obligó a salir y esperar en una banca empotrada en la acera. Afuera me volví a encontrar a David y ahí inicié una efímera conversación con él, misma que probablemente tuvo uno o dos minutos de duración.
Yo, amante de los perros, le pregunté por el nombre del suyo, quien se acercó a mí para olisquear mi zapato. David Faitelson me comentó que su amigo peludo se llamaba Baileys y que, ahora que el periodista ya vive en un municipio poblano que presume tener el mejor clima del mundo, los paseos con él se habían vuelto más recurrentes. También conversamos un poco del libro que años atrás escribió, el cual fue publicado por editorial Jalisco y Dreamatch.
Le comenté a David que me resultó muy difícil conseguir un ejemplar y que me pareció enriquecedor, sobre todo, el día a día que describió respecto a su estadía en Alemania para cubrir la Copa del Mundo de 2006. Debo admitir que me sorprendió que él desconociera que el estadio Cuauhtémoc aparecía en la portada de Testimonio de una pasión. Poco después terminamos la conversación y cada quien se fue a su mesa.
Ahora que el nombre de David es tendencia porque recién se hizo oficial su salida de ESPN para dar paso a una etapa nueva en Televisa, empecé a releer su libro y, por supuesto, considero que si a la empresa de Emilio Azcárraga llega un Faitelson más próximo a su época de coberturas y más lejano a los dieciséis o diecisiete años que pasó en el Líder mundial de deportes, los contenidos de TUDN mejorarán de manera considerable.
Ahora muchos critican a David Faitelson, mas eso poco importa. Él, como deberían hacer todos, porque así lo ha expresado en diversos espacios, dejó un lugar en el que ya no se sentía tan a gusto y optó por asumir un reto que, claro está, por sus antecedentes discursivos, inicialmente minará su credibilidad.
Sin embargo, para quienes todavía son adeptos a mirar los contenidos deportivos que se maquilan en la televisión tradicional, ver y escuchar a David Faitelson en Televisa es una gran oportunidad para conocer otra faceta de un hombre que, tras escribir de béisbol en Excélsior, ingresar a Imevisión, migrar a Televisión Azteca, dar el salto a ESPN y firmar columnas en Récord y Reforma, por fin tendrá el rol protagónico en mesas de debate que, seguramente, abordarán temas de forma interesante y con un discurso peculiar.
Al finalizar octubre, una vez que se resuelvan detalles contractuales con ESPN, David Faitelson ingresará de manera oficial a Televisa. Veremos una etapa nueva en el periodismo deportivo mexicano, mismo que, en agonía ante la moda de dar cuadro a conductores, animadores, pregoneros y predicadores que nada tienen que ver con el periodismo, podría refrescarse con comentarios ágiles e incisivos, pero pensantes de un hombre que, hace más de cincuenta años, aficionado al deporte se volvió gracias al Beitar Jerusalén, su equipo predilecto de fútbol.