El “Plan Puebla”
La estructura del Club, los llamados director general y director deportivo tienen nula importancia en este equipo, ya que no terminan de analizar ni traer soluciones para que el equipo esté mejor.
El ciclo de fracaso en el Club Puebla parece que ya se ha patentado y que se tiene más domado. Desde Larcamón y la exigencia sin fundamentos que se le presentó han venido torneo tras torneo cayendo cada vez más abajo.
El modelo económico del equipo es nulo, los dueños así lo han marcado, y la directiva no ha hecho nada en ya varios años. No hay estructura deportiva, no la hay administrativa tampoco; no hay nada que parezca darle algo de camino a este equipo y dicho relajo conjunto ha afectado más aún al fanático.
Si de por sí la realidad de muestra un poco alterada con las formas y maneras que tienen los fanáticos con su club, con el resultado de todo esto que se ha venido viviendo, deja aún más en claro que el club Puebla cuenta con la suerte como guía, siempre bajo la leyenda del “ahí vamos de nuevo”.
Vayamos a la base, hagamos lo sencillo aún más sencillo. Tanto administrativa, económica y futbolísticamente. Hemos reducido ya los problemas a soluciones sencillas paso a paso, desde el piso para poder elaborar una escalera que permita tener un mejor panorama. Hoy demos un vistazo a la parte deportiva.
La estructura del Club, los llamados director general y director deportivo tienen nula importancia en este equipo, ya que no terminan de analizar ni traer soluciones para que el equipo esté mejor. Si analizamos los fichajes de los últimos años, ya ni siquiera es un sudamericano bueno y joven, o una promesa mexicana que busca minutos; los que llegan son los ‘refritos’ y las segundas y terceras partes de una historia muy mal encaminada.
Trajeron a Fraga pero por “respeto” a la Araña (que se ha comido todo lo posible en goles pero él hace lo suyo, tratar de verse bien para la foto) no juega; Silva terriblemente ataviado de uruguayo de esos que la “garra charrúa” garantiza todo entrega y pundonor, es como la versión pirata del DVD que se ve terrible; Olmedo, que parece avenida cada que algún rival encara y todavía tiene el descaro de ponerse a discutir por redes sociales con los que pagan boleto para ir a ver a su equipo y “disfrutar de sus notables actuaciones” para que el pelafustán –diría el Dr. García –se ponga a pedir que cierren la boca; De Buen ya dio el viejazo, ya se ve lento (aún más), sin ideas, y eso poquito que lo hacía destacar, ya lo perdió.
Navarro que puede ser la brújula, lo quitan al 70’ cada partido; Brayan Angulo es un jugador canchero que hace las mismas siempre y que seguramente en muchos años adelante lo veremos desfilar por la talacha maromera de cada domingo; Pablo Aguilar da toda las ventajas posibles en este deporte; Caravajal, a la segunda patada se hace chiquito y se esconde; Ferrareis vive de titular porque en algún momento dio buenos partidos, pero hoy el gas no le rinde más que para 30 minutos; Cavallini, Sansores, Barragán y Ormeño no le meten un gol ni al arcoiris. Y así podemos seguir arrasando con lo que hacen mal los jugadores, el plan revierte todo esto malo.
Vamos desde lo básico para poder entender cuál es la posible solución:
Arqueros: si ya “la Araña” estuvo la mitad del torneo y no fue bueno, toca poner a Fraga un par de juegos o hasta algún juvenil, planear el futuro desde lo que se tiene en la plantilla.
Queda claro que no habrá fichajes rimbombantes ni costosos en ninguna de las líneas.
Defensores: ocupar un parado de 4 atrás firmes que no pierdan el lugar asignado a cada uno y un contención fijo que pueda fungir de armador; aquí puede entrar Navarro, calidad tiene y lectura de juego le sobra. Así evitas el cansancio que puede tener cuando lo ponen de volante.
Medio campo: aunado a la posición de Navarro como 5 y organizador, toca encontrar a dos futbolistas de buen pie para que puedan hacer un triángulo que permita al equipo encontrar posesión y posición.
Delanteros: encontrar quién pueda jugar como centro delantero rematador, que espere las llegadas por las bandas en ataque y que solamente tenga que apuntar a portería y buscar anotar. Dejar de inventar cosas que no lo permiten sus mismas capacidades técnicas y tácticas.
Partir desde lo más simple para que el “Plan Puebla” parezca un plan y no lo que sobra de un maltratado equipo durante años.
Y recuerden, la pelota siempre al 10.