La mala suerte persigue a Cavallini
No creo mucho en la suerte, sin embargo, parece que la mala lleva siendo un tiempo sombra de Lucas.
Era 2019. El verano se aproximaba y el sol, flamígero, elevó la temperatura de una mañana que, de a poco, se fue haciendo tarde. Eran casi las dos y, tras entrenar en la cancha del Complejo Deportivo Los Olivos, los jugadores del Puebla se dirigían a la zona de vestuarios; algunos, apenas se quitaron la playera empapada de sudor y se calzaron unos cómodos tenis, abordaron sus vehículos y pronto se fueron del lugar que, en aquella época, era la sede de las prácticas de la Franja, un equipo que no tiene instalaciones propias y que, por consecuencia, históricamente ha tenido que recurrir a convenios para recibir en préstamo las canchas en las que entrena.
Ese día caluroso, Lucas Cavallini fue el protagonista de un intercambio de preguntas y respuestas con algunos reporteros que cubríamos al equipo. En este intercambio se le cuestionó al canadiense sobre la versión que indicaba que estaba cerca de emigrar al Cruz Azul por una cifra millonaria. El canadiense no afirmó la versión, pero tampoco la desmintió; él habló sobre su compromiso con Puebla y, a la par, comentó que sabía que sus actuaciones podían llamar la atención de otro club.
En esa época, por una serie de relaciones profesionales, tenía acceso a la información del interés de la Máquina por el delantero del Puebla; incluso, me enteré de que el club cementero ya contemplaba pagar una cifra millonaria — superior a la que se manejó en diversos medios — por los servicios del delantero canadiense.
Esa certeza en lo que a información se refiere me dio la confianza para, una vez terminada la conferencia de prensa, soltarle un comentario breve a Lucas: ¡El DF te va a gustar! Él solamente sonrió y me respondió algo así como: “Vamos a ver”.
Tiempo después, Lucas se fue. Pero no a la Ciudad de México y no a Cruz Azul. Las negociaciones se cayeron y Cavallini, un semestre después, se fue para la MLS. Con el equipo de Vancouver Whitecaps tuvo algunas buenas actuaciones, pero la pólvora de Lucas se fue mojando y tras unas temporadas ya no renovó con el equipo. Con la selección de Canadá, tras el último Mundial, perdió su lugar y ahora no es convocado más.
Concluida la estadía en la MLS, Lucas Cavallini regresó a México para jugar con los Xolos, sin embargo, llegó en el peor momento en la historia de Tijuana en Primera División. El equipo de la frontera, con Miguel Herrera como timonel, se acostumbró a no ganar y eso mermó el ya mermado nivel de Lucas.
Este torneo, ya con algunos meses de nuevo en el equipo camotero, pintaba para ser el del triunfal regreso de Lucas Cavallini como asiduo goleador. El canadiense llevaba cuatro goles cuando esta semana, en la víspera del partido con Monterrey, se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, lo cual, en el mejor de los casos, lo alejará de las canchas entre siete y ocho meses. ¡Lucas no tendrá acción sino hasta 2025!
No creo mucho en la suerte, sin embargo, parece que la mala lleva siendo un tiempo sombra de Lucas.
Desde este espacio externo mi deseo por su recuperación, más que por el tema del futbol, por la salud de la persona. ¡Que Lucas regrese más fuerte!