La Franja y su afición, en manos de sinvergüenzas
Si esta columna llega a sus manos, señores Gabriel Saucedo y Manuel Jiménez, les pido, por favor, que por un momento valoren la posibilidad de hacerse a un lado y permitir que gente que le tenga amor y sienta pasión por el equipo, tome las riendas del Puebla.
Estén tranquilos. Estamos trabajando muy duro, con mucho profesionalismo, con mucho empeño, para hacer de este, un gran proyecto: Gabriel Saucedo, director general del Club Puebla; 12 de marzo de 2024
Oficialmente, el Puebla es el peor equipo del torneo. Lo era ya en la forma de jugar y en el grotesco espectáculo que viene ofreciendo, tiene sólo un triunfo que fue producto de un regalo de la defensa del Mazatlán en los últimos minutos del partido y dos empates en casa contra Atlas y Toluca, 31 goles en contra y un 13% de efectividad; sí, 5 puntos de 36 posibles.
Para nadie es un secreto que entre los aficionados hay frustración, tristeza y hartazgo, los comentarios en redes sociales van desde descalificativos hasta las ofensas, “el clamor popular” infiere que el equipo fue abandonado a su suerte, que no hay el mínimo interés por invertir en un proyecto serio, que diferentes directivos se han llenado los bolsillos con la venta indiscriminada de jugadores y otros negocios, que por tanto, se está mancillando la historia del Club.
Hay una severa crisis al seno del Puebla, se nota a leguas, se vibra, se palpa, se siente; en la semana que pasó se supo que Juan Ignacio Palou rechazó la Dirección Deportiva del Club y lo mismo externó Luis Miguel Salvador en su cuenta de X; el mensaje es más que claro, nadie que tenga cierto prestigio en el futbol mexicano vendrá a arriesgar su carrera en un equipo que no tiene ningún interés en invertir en un proyecto serio y rentable.
Y entonces pregunto: ¿qué pasó con ese equipo que hasta hace unos meses ilusionaba a la afición? ¿Qué fue de aquella arenga que buscaba la tercera? ¿Qué sucedió con aquellas noches mágicas?
Son muchas las circunstancias que acabaron con esas ilusiones en tan poco tiempo. La principal, para mí, es que mataron a la “gallina de los huevos de oro”. El mentado “modelo de negocio” se impuso al proyecto serio, a equilibrar la salida y llegada de jugadores, a buscar perfiles competitivos que aportaran al funcionamiento colectivo, en una frase: falló la inteligencia deportiva.
Hoy el equipo está partido, dividido, sin ánimos, sin compromiso; la semanas venideras lucen más que complicadas, el calendario del Puebla no es nada favorable, aún le falta enfrentar a Tigres, Chivas, Cruz Azul, Tijuana y América y lo he venido diciendo, no dude que alguno de estos equipos le hará pasar por una vergüenza descomunal al Puebla ante la nula efectividad mostrada hasta el momento.
En la reciente presentación de Andrés Carevic como director técnico, escuché las declaraciones de Gabriel Saucedo, director general del Puebla; lo hice varias veces y llegué a la conclusión que estamos frente a unos cínicos y desvergonzados.
Debemos estar tranquilos, están trabajando muy duro, con mucho profesionalismo, con mucho empeño, para hacer un gran proyecto. Vaya declaraciones, dignas de estudio y análisis.
¿En verdad están trabajando duro, vendiendo todo aquel jugador que llega a incrementar su valor? ¿Contratando “bultos y petardos”? ¿Implementando campañas publicitarias que confrontan con la afición? ¿Qué no ven los partidos del Puebla?
La respuesta es clara: a estos sinvergüenzas no les interesa para nada el Puebla, su interés es personal, buscan lucrar a costa del equipo, no tienen ni ética ni valores; el equipo y la afición es lo último que les importa. Es lamentable escuchar frases tan huecas y vacías.
Si esta columna llega a sus manos, señores Gabriel Saucedo y Manuel Jiménez, les pido, por favor, que por un momento valoren la posibilidad de hacerse a un lado y permitir que gente que le tenga amor y sienta pasión por el equipo, tome las riendas del Puebla. Dejen de dañar su historia y tradición. Los que lo amamos y queremos, lo vamos a agradecer infinitamente. De verdad, piénsenlo.
Con el gusto de saludarles, nos leemos la próxima semana.