GRADA Opinión

Puebla femenil, un proyecto demorado

Puebla comenzó su participación de manera consistente e interesante pero como se ha visto en el equipo varonil, el negocio y las decisiones viscerales van antes que el desarrollo deportivo.

Antonio
Antonio Palomino

Actualizado: 10 ABR 2025 - 11:05

Puebla femenil, un proyecto demorado
Arte: GRADA

Hablar de fútbol femenil y el avance que ha tenido en México se ha hecho un tema principalmente de recursos.  Los equipos que mejor han evolucionado y se han mantenido como mandamás en la liga son los que tienen recursos económicos al servicio del club completo.

Puebla comenzó su participación de manera consistente e interesante pero como se ha visto en el equipo varonil, el negocio y las decisiones viscerales van antes que el desarrollo deportivo.

En la primera temporada de participación, el equipo tuvo un muy buen sexto lugar que permitió entrar a la liguilla para ser eliminadas por Tigres, que se ha convertido en multicampeón y estandarte de la liga femenil MX.  Las dirigidas por Rogelio Martínez hicieron lo que por mucho ha sido el mejor torneo y por causas “desconocidas” tuvo que ser destituido el entrenador con mejores números en los 13 torneos de existencia del club de los moños.

Solamente dos entrenadores en la historia del club han tenido números positivos y curiosamente fueron los dos primeros torneos también.  Rogelio Martínez con 8 triunfos, 7 empates y 3 derrotas, y su sucesor Jorge Gómez (en su primera temporada solamente) con 8 ganados, 4 empates y 6 derrotas.

Históricamente ha sido un club con números rojos, en el historial hasta antes de la temporada guiada por Carlos Morales de los 215 juegos, se tienen solamente 53 victorias por 112 derrotas, siendo 50 el número de empates que entran en la visión del vaso medio vacío o medio lleno, pero para la realidad del equipo entendemos que entran en el lado negativo.

Sabemos que el equipo varonil no tiene el apoyo de los dueños y mucho menos el equipo femenil, va contra corriente y el actual promedio de efectividad de sus entrenadores es de menos del 35%.  Esto significa directamente que es un equipo del lugar 14 al 18 de la tabla.

La dirección deportiva ha dejado olvidada la planificación de la escuadra siempre permitiendo que lleguen jugadoras dentro de un presupuesto limitado y obligando a una baja y mala estructura de fuerzas básicas para ser fuente de refuerzos para el primer equipo. 

Esta base de equipos juveniles inmediato para el primer equipo lleva talento seguramente en una edad de 15 a 20 años como margen, dicha situación a menos de ser dotadas totales no permite que el refuerzo cumpla su función, sino que se convierten en jugadoras más que se acumulan en la lista de futbolistas activos. 

El talento está y existe en el primer equipo y la estructura, pero la manera de usarlas dentro del campo para conseguir los resultados favorables no está siendo la mejor.

La identidad del equipo sufre desde el inicio porque no existe, al no tener una idea de la cual partir, el equipo se debe acoplar a las distintas ideas que los múltiples entrenadores que han transitado por el banquillo tratan de implementar.

En otras columnas hemos hablado de la importancia de saber quien es el entrenador y su idea futbolística, de esta manera se hace una planificación de trabajo y contrataciones adecuadas a la estrategia.

Un ejemplo sencillo, un entrenador que juega siempre con un solo delantero, es ridículo tener más de 3 o contratar extremos o segundos delanteros.

La elección de entrenadores en Puebla femenil ha sido por comodidad para los directivos más que por la selección adecuada.  

En estos casos se han dado solo pocos casos de éxito a futuro mediato pero que no se permitieron porque la propuesta del club no es crecimiento constante, es reacción al momento.

Quien tenía “ADN Puebla” era María José López y no supieron cuidar ese proyecto, tanto así que Chivas llegó y se la llevó porque era un talento aprovechable para el desarrollo del futbol femenil.

De la misma manera que el equipo varonil, la situación mediata no pinta bien, no se ve que haya un futuro prometedor salvo que la posible venta del club, muy sonada en los últimos días, incluya también un proyecto real y considerado para el futbol femenil.

Esta temporada bajo la dirección de Carlos Morales apunta a ser de las más bajas entre las anteriores y tampoco es culpa de un entrenador que busca un espacio de atención para escalar en el plano profesional.  

Simplemente hay que saber cómo eficientar los activos del equipo.

Y recuerden, la pelota siempre al 10.

Sobre el autor