“Club Puebla es mi casa y haré lo posible para que siga creciendo”
En GRADA charlamos con María José López López, excapitana y jugada histórica del Club Puebla femenil, quien apenas en mayo pasado se retiró del futbol profesional para dar paso a su faceta como directora técnica. Hoy, al mando de la categoría sub18 de las enfranjadas, desde el banquillo, “Majo” pone su experiencia, su carisma y su sensibilidad al servicio de las nuevas generaciones del futbol femenil poblano.
La idea era platicar con María José en el césped del majestuoso estadio Cuauhtémoc con un sol radiante de fondo. Sin embargo –como bien dice la histórica futbolista del Puebla femenil –la vida te cambia los planes sin previo aviso y un diluvio atronador hizo acto de presencia. Afortunadamente, la sonrisa de “Majo” siguió ahí y nos acompañó durante la charla realizada en la sala de prensa del club y la sesión de fotografías hecha en el famoso túnel con el escudo de la Franja –su casa –de fondo. La historia de la excapitana poblana es de esas que deben contarse, pues servirán a las nuevas generaciones –como las enfranjadas sub18 que ahora lidera desde el banquillo –para convertir sus sueños en realidad.
¿Cómo fue tu llegada en el Puebla femenil?
Fue en el 2018. Me gradué de la universidad en diciembre de 2017, fui a unas visorías a Tigres; Miguel Mejía Barón estaba allá, tenía buena relación con él y me dio la oportunidad. Fue una evaluación para saber si estaba preparada para estar en la Liga (MX Femenil), que tenía un semestre de haber iniciado. De ahí me paso a un equipo que hacía visorías compartidas, fui a Necaxa y también Pachuca. Hubo acercamientos, pero no completamente. Una parte que me impedía ser un elemento atractivo era la parte física. Me comunico con el profesor Julio Cevada (Lobos BUAP femenil), que es el con quien fui a visorías en agosto del mismo año. Me dijo que me quedara, pero le respondí que necesitaba terminar la universidad y de ahí pensar en el futbol profesional. Lo vuelvo a contactar en enero, le pregunto si hay oportunidad y me dice que sí. Al mismo tiempo me puse en contacto con Rafael Amador (qepd), que en ese momento era el entrenador del Tec (de Monterrey campus Puebla) del equipo de prepa. Me di cuenta que físicamente necesitaba estar mejor, jugar más rápido, necesitaba el apoyo de “Rafita”. Entonces, lo que hacía era entrenar en las mañanas con él, de ahí trabajaba en lo que estudié (Publicidad y Comunicación de Mercados en el Tec) y de ahí me iba a entrenar con Lobos. Estuve seis meses, pero hubo un corte donde me dijeron que ya no podía ir a entrenar, que no había oportunidad para mí porque sólo admitían a dos mayores y ya estaban las que ocupaban ese lugar. Voy a unas visorías con Puebla, pero no había una estructura como con Lobos. Vuelvo a Lobos a pedir chance para entrenar y estar preparada, y me dan la oportunidad. En eso, abren una visoría en Pumas. Una compañera que estaba ahí, Ana Paola López Yrigoyen, le pregunté si había oportunidad, me dijo que sí. Hablo con el profesor Julio y me da chance. Fui dos veces a Pumas y hubo un acercamiento, no con tanta formalidad, pero sí de interés. Coincidentemente, teníamos un partido con Lobos el siguiente fin de semana. Ileana (Dávila) me dijo que me iban a ver el fin de semana, pero no pasó nada. Y yo pensé, “nada, pues a seguirle”. Se viene el tiempo en que Lobos ya iba a participar y también el Puebla. Me preguntan qué número voy a querer, porque ya me voy a quedar en las cuatro mayores. Nunca firmé nada. Y a las dos semanas de pretemporada, me mandan llamar, fue muy extraño. El profesor Julio habla conmigo y me dice que no voy a estar. En teoría ya habían encontrado un elemento nuevo que iba a cubrir mi posición y me dieron las gracias. Todavía había visorías en Puebla y recuerdo que mi mamá me dijo “Ve. O como quieras”, y ese “como quieras” fue como un “Ve” (risas). Me encontré a mi amiga Mirelle Arciniega. Habíamos jugado juntas y nos conocíamos. Fui a las visorías, justo un mes antes de que fuera a empezar la participación del club. Físicamente tenía que trabajar mucho, pero futbolísticamente me iba acercando más a lo que iba a demandar la Liga. Iba a entrenar, se empezaba a reducir el grupo, pero había un grupo de niñas que ya estaban más captadas que las que veníamos de visoría al inicio. También el profesor Julio me había contactado, me dijo que “perdón” por lo que había pasado y que me había conseguido a Monarcas, para una visoría de un día. Pensé que sí iba a ir y al final lo cancelo. Lo hice porque estaba desesperada. Empiezan las visorías finales ya con un grupo más compacto. Y el día de la lista final no me dicen y no me dicen (risas); Mirelle y yo fuimos de las últimas que nombraron. Y ahí empieza mi carrera en el club, ya más formal.
Mi debut fue el 15 de julio de 2018. La verdad es que fui afortunada porque el tema de las mayores era una de las cosas que nos limitaba a las cuatro que estábamos como opción. Yo empecé como contención, en el Puebla me probé como contención, pero una de mis compañeras se lastima, sale de la convocatoria y en un amistoso contra Lobos, justo, empiezo a ser central, que también lo había hecho en el Tec. Y pues el profesor me dijo que le gustaba más de central que de contención. Y ya es cuando tengo la oportunidad. Y bueno, a pesar de que en Lobos era complicado ser una jugadora de inicio, acá me vuelvo una jugadora de inicio y termino jugando mi primer partido completo, jugando los 90 minutos. Yo no sabía que existía el “XI ideal”, y aparecemos tres de nosotras ahí.
Y después de eso, no sólo terminas siendo titular y formando parte del “XI ideal”, sino convertida en una jugadora histórica del Puebla femenil. ¿Qué sientes al escuchar que se refieren a ti de esa manera?
Es emoción. La verdad es que nunca fue mi finalidad. Siempre he sido yo. Las circunstancias me llevaron a tomar responsabilidades que en lo personal me gustan, siempre me he caracterizado y así lo digo, porque en el Tec también fui capitana, pero son cosas circunstanciales, no porque yo lo pedía o porque era mi objetivo. Siempre voy a estar agradecida con el profesor Jorge (Gómez), quien fue el que me dio el gafete. Simplemente yo fui como soy, con mi esencia, con mi personalidad y hoy en día que se refieran a ti como una “histórica”, una “referente”, es emocionante; pero es también una gran responsabilidad para ser una gran persona dentro y fuera de la cancha.
No es casualidad que te dieran el gafete en el Tec, como tampoco lo fue que llevaras la capitanía en la Franja; había un “algo” ahí. ¿Qué crees que fue? Y después, ¿cómo ejercías ese liderazgo?
Creo que soy una persona muy neutral, muy tranquila, que trataba de llevarse con todas las compañeras, de preguntar si estaban bien, de ocuparse con situaciones que, a lo mejor, en su momento no estaban completamente cubiertas totalmente por el club, porque obviamente estábamos en un proyecto de iniciación y faltaban ciertas cosas. Creo que fue más el “ser yo”, el compartir con mis compañeras la experiencia, el tener la posibilidad de haber estado en una universidad que me brindó valores de ser y pensar siempre en las personas, en el “nosotros”, y eso es lo que trataba. Y cuando me dan el gafete, pues con mayor razón. Y es algo que le agradezco al club.
Cuando me despedí, les dije que les agradecía todo lo que me permitieron hacer porque, al final de cuentas, es algo que no pensé que se pudiera hacer en el futbol profesional: los listones, las pláticas, el hacer un círculo en una cancha y tener a todas viéndote y esperando a que dijeras algo; muchas cosas que se lograron y que logré, quizás un poco, impactar en mis compañeras y que lo veía reflejado. A veces yo leía la frase de un libro y tiempo después veía que tenían el libro, y para mí era como decir “estoy dejando algo”, no me importa si es dentro de la cancha. Pero me importaba más si era fuera de la cancha.
¿Qué significa el Club Puebla para ti?
Es mi casa. Es algo que me ha dado grandes alegrías, que me ha brindado miles de sentimientos. Recuerdo que cuando llegué, pues fue una satisfacción muy grande porque mi papá (Mauricio López Figueras) trabajó también aquí. Y el haberle dicho “Pá, voy a pertenecer al Club Puebla”, pues lo tenía todo el tiempo como pavo real (risas), feliz, contento de que su hija pudiera haber logrado, quizás, el sueño que él hubiera querido de estar en la cancha, de vivir esta parte como profesional, que él no tuvo el apoyo como yo de él, de mi familia, que siempre han estado al pie del cañón. Mi familia ha sido muy importante en el aspecto de seguir mi carrera. El Club Puebla es mi segunda casa, la respeto muchísimo. Sé que me esperan muchos años con ellos y espero hacer lo posible para que este club siga creciendo.
Ahora viene un reto como directora técnica. ¿Qué te motivó a ello y cuál es tu filosofía en este nuevo rol?
¿Qué me llevó a estudiar? La pandemia. Sabíamos las mayores que el siguiente paso podría ser eso, seguir la carrera ya ahora compartiendo nuestras vivencias, pero ahora desde un banquillo. Necesitaba estudiar, hacer otras cosas, poner a trabajar mi mente y decidí estudiar el ENDIT.
Y lo que me orilló, la verdad es algo que necesito darlo a conocer; sobre todo en lo personal, para que sepan qué pasó y por qué estoy aquí. Es algo que aún me reservo, pero seguramente lo hablaré porque, para mí, es algo muy emocional. Ahora trato de responsabilizarme de la oportunidad que me da el club, porque es una gran oportunidad que, creo, pocos tienen y pocas jugadoras seguramente tendrán, el haber jugado e inmediatamente decir “Majo, hazte cargo de unas niñas que tienen la misma ilusión que tú, o que actualmente tienen más oportunidades de las que tú tuviste. Al final, tú eres pionera del club, de la liga, y hoy tienes que dejarles algo mejor”.
Mi filosofía es siempre pensar en la parte humana del jugador. Saber que, así como yo tengo problemas en casa, ellas también los van a tener. Saber en qué momento me tengo que acercar; saber cuándo les tengo que hablar; saber cómo puedo sacar lo mejor de ellas, que es algo que he ido aprendiendo, porque es difícil darle una respuesta negativa a la persona. Al final yo también soy súper sensible, pero con base en mi experiencia, trato de decirles, “como jugadora tenía estos lineamientos, tenía estos objetivos” y tratar de llevarlas a una parte profesional y que no sólo lo ejecuten en la cancha, sino también fuera de ella. No es que el futbol se acabe pero, al final de cuentas, algún día nos toca salir de la cancha y nos toca tomar la vida como profesionistas. Entonces, el dejarles valores y hábitos es una de las cosas que quiero que se reflejen en mis jugadoras; esa disciplina que en lo personal me llevó a tocar puertas y me ha dejado abiertas muchas. Ser humana con las jugadoras y también el explotar su talento.
¿Qué es el deporte para ti?
Híjole. El futbol lo he llevado desde chiquita, ya no lo practico, pero desde los cuatro o cinco años, empecé a jugar. Mi papá jugaba futbol rápido, era portero, y yo ahí me ponía a correr con la pelota (risas). Desde ahí se armó mi vínculo. El deporte me ha abierto puertas, no sólo a nivel estatal; a nivel universitario, me dejó estudiar una gran universidad; me dejó conocer personas como Miguel Mejía Barón, que es un referente del futbol y que para mí, siempre lo he dicho, es “el sabio”. Estoy agradecida por la gente que he podido toparme, y sobre todo saber lo referentes que son, como Carlos Poblete, Roberto Ruiz Esparza; gente importante en el medio del futbol, que a lo mejor, para mí, al inicio, cuando era más joven, pues yo decía “bueno, son personas”. Pero hoy en día los veo y son representativos del club y a nivel nacional. El deporte no solamente es una oportunidad de disfrutar, sino que te abre puertas para ser profesionista. Cualquier deporte, sea individual o en equipo, te puede abrir puertas personales y también en el medio.
¿Cómo lograr que existan mayores deportistas en Puebla y que esos talentos poblanos puedan mostrarse?
Creo que teniendo mayor difusión, que los medios le den mayor difusión al deporte; sobre todo a deportes que no son tan sonados, a veces nos olvidamos de los individuales y nos vamos más por los de equipo. Y creo que eso hará llegar a otras puertas, abrir otras puertas para aquellas generaciones que se sienten olvidadas o se sienten apartadas y que no son tan valoradas. Hoy, los medios nos pueden ayudar muchísimo a hacer crecer esa difusión. Creo que la difusión y el apoyo económico, porque eso va a ayudar a que la infraestructura crezca y ayudará a los deportistas en general a que sean más vistos.
Por último, dedícale un mensaje a los lectores de GRADA.
Disfruten la vida. Hoy me quedo con una frase de Imanol Ibarrondo que me gusta: “Creer en la vida”. A veces quieres estar en donde tú sueñas, pero la vida te pone nuevos caminos que son los correctos, pero tienes que averiguarlos.