GRADA Entrevista

Roberto Montoya y la receta de un Cobán Imperial ‘a la mexicana’

En exclusiva para GRADA, el director mexicano Roberto Montoya habló sobre la estrategia utilizada en el Cobán Imperial de Guatemala, para convertirlo en campeón tras una "maldición" de 18 años, así como de su intención de seguir posicionando a los "Príncipes Azules" como referentes de su liga, basados en una metodología “méxicoeuropea”.

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Redacción GRADA

Actualizado: 25 ENE 2023 - 0:34

Roberto Montoya y la receta de un Cobán Imperial ‘a la mexicana’
Arte: GRADA

Cuando se habla de trascender en el ecosistema futbolístico, ya sea como jugador, director técnico o, incluso, en el papel directivo, lo habitual es colocar la mirada en Europa; sin embargo, el “éxito” habita en un sinfín de latitudes, contextos, culturas, objetivos y competencias.

En exclusiva para GRADA, el director mexicano Roberto Montoya habló sobre la estrategia utilizada en el Cobán Imperial de Guatemala, para convertirlo en campeón tras una "maldición" de 18 años, así como de su intención de seguir posicionando a los "Príncipes Azules" como referentes de su liga, basados en una metodología “méxicoeuropea”.

GRADA: Estamos frente al campeón de la Liga de Guatemala con Cobán Imperial. 18 años (sin título), llegó usted y se acabó la maldición.

Roberto Montoya: Sí, llego a este proyecto, Cobán, y me dan la oportunidad de liderarlo; llegamos en un momento complicado y frustrante para la directiva y jugadores, porque habían tenido cuatro oportunidades de pasar a la final y no lo habían logrado. El torneo pasado llegan a cuartos de final y pierden, no avanzan por la posición de la tabla. Al llegar a este proyecto lo primero que hice es rodearme del cuerpo técnico, que es una de las características que siempre he solicitado, porque uno no puede solo; entonces, llego e invito a Carlos Mendizábal como auxiliar técnico, a Hugo Joya como preparador físico y a Ricardo Martínez como entrenador de porteros. 

A partir de ese momento empezamos a planificar y a implementar una metodología de entrenamiento distinta a la que estaban acostumbrados ellos y, sobre todo, convencerlos que este modelo de juego era lo que nos iba a dar; primero, para cumplir metas que nos trazamos a corto plazo, y después a mediano plazo.

G: Está frustración que se vivía… Había incluso dudas por parte de los dueños, de la afición; los tenían a todos incrédulos y eso les dificultó el camino, ¿o cómo fue?

RM: Sí, de hecho Cobán estaba etiquetado. Los medios de comunicación decían: "Cobán cae empezando la segunda vuelta"; "Cobán cae empezando la liguilla"; "Cobán se queda en la semifinal". Había muchos fantasmas, teníamos que romper ese paradigma. Para empezar, teníamos que convencer al jugador que realmente tiene la capacidad y la calidad como para dar un paso adelante; para eso también la afición, los primeros partidos, de repente nos empezó a abuchear. Tuvimos que intervenir mediante los medios y solicitarles que apoyen al equipo, no que lo abucheen, porque esa era la historia de Cobán: el abucheo de su misma afición, la incertidumbre, la desconfianza que existía en todo el entorno, en la interna y, sobre todo, que no creían que este equipo fuera campeón.

G: Usted trabajó con Javier Aguirre, fue dos veces mundialista, ¡no muchos pueden decir eso! ¿Qué tiene impregnado de la filosofía de Javier que haya usted puesto en marcha también allá en Cobán?

RM: Tuve esa fortuna porque, si algo distingue a Javier, es que el trabajo y la forma de dirigirse a los jugadores es muy importante. Si algo le aprendí a él es que no es fácil. Creo que en eso se tiene un don y Javier lo tiene muy bien; el manejo y control del grupo también es importante, cómo maneja los medios, cómo maneja las directivas, creo que en esa parte me di cuenta que cuando tú eres frontal con el jugador y le haces ver en qué están bien, en qué están mal y qué queremos de ellos de forma individual, el jugador se convence; y fue lo que hicimos, empezamos a analizar jugador por jugador y a detectar cuáles eran sus virtudes y defectos.

Ya sobre la marcha, fuimos detectando cuándo esos defectos ocurrían, hacíamos análisis de video individual, y a veces grupal, para que ellos se dieran cuenta de qué estaban haciendo, además de expresar lo qué esperábamos de ellos. Creo que ese manejo y control del grupo que yo percibí durante muchos años en lo que ha hecho Javier Aguirre ha sido importante, y sobre todo el orden de sus equipos, que siempre ha sido algo que lo ha caracterizado; creo que lo más importante ha sido eso.

G: Además del manejo de grupo… El orden, tácticamente, en cuestión de sistemas, ¿es más o menos lo mismo que trabajó con Javier o tiene usted ya definido el suyo? ¿Cómo trabaja Cobán Imperial?

RM: En un principio sí tenía ciertos conceptos que él manejaba, pero ya posteriormente uno va tratando de documentarse, de prepararse y adaptando otro tipo de metodologías distintas a la clásica, que fue la que yo aprendí, no de Javier, sino de otros entrenadores. Obviamente, a estas alturas ya Javier está más actualizado también en esa parte, ¿no?, pero en mi caso siempre trato de voltear hacia Europa y ver las metodologías, sobre todo la española que está dando muchos frutos y resultados importantes. 

Y no adoptamos, sino que nos preparamos y nos informamos de manera importante para empezar a trabajar con la periodización táctica, que es algo que nosotros manejamos, sobre todo junto con el cuerpo técnico; específicamente con el preparador físico, que él también entienda cómo era ese tipo de metodología. Entonces, platicamos, lo integramos y al final el trabajo que hicimos fue integral y nos convencimos, primero, que esa es la etapa importante que tenemos que realizar. Y bueno, aquí lo que cambia de lo que yo había entrenado, de lo que yo había aprendido, es la forma cómo entrenas en el día a día.

Nosotros buscamos calidad, intensidad y sobre todo que el jugador no regale nada, que no deje algo para mañana, sino que siempre dé lo máximo porque siempre hemos seguido algo que hemos escuchado: "Así como se entrena, se juega". Nosotros creemos que si queremos jugar distinto a los demás equipos de la lga de Guatemala, tenemos que entrenar distinto. Nos convencimos de eso, hicimos ver al jugador que esta forma es la que podemos manejar para poder competir, sobre todo la competencia interna también, es algo importante que estimulamos y fortalecimos, y el convencer en el día a día al jugador de que puede dar más, de que puede lograr cosas, de que esas metas a corto plazo hay que cumplirlas, de que constantemente compita; y eso, a la larga, lo que se daba en el entrenamiento, se reflejaba en los partidos.

G: Esto que dice de la periodización táctica y los entrenamientos ‘a la europea’, decía Hans Westerhof que no muchos equipos en México lo tienen. Incluso, usted ya lo está implementando en Guatemala porque allá está la oportunidad, pero en México ni siquiera tienen esa periodización varios equipos; hablamos de Pachuca, Chivas, probablemente el Atlas (lo tenía con Cocca) y ya. Entonces, usted es un entrenador mexicano que se fue a Guatemala a poner estos conceptos y está dando resultados que en México no se está haciendo, a pesar de la infraestructura que hay. ¿Cómo se siente con eso?

RM: Qué bueno que mencionas a Hans Westerhof. Cuando yo trabajé en Pachuca, estuve trabajando ahí cuatro años, él era el director deportivo, el encargado de esa metodología; fue algo que me abrió los ojos, porque decía "esto me hacía falta". En teoría, yo creí que lo sabía todo y me di cuenta que no era así. Cuando yo trabajo con la metodología de Hans Westerhof que implementó en el Club Pachuca… Hoy vemos los resultados, no nada más en categorías menores, los chicos que han surgido de Pachuca que se han ido a Europa… Fue el primer punto que me obligó a ser más inquieto y a documentarme más de ese tipo de periodización táctica, que también está el entrenamiento estructurado que maneja el Barcelona, Pep Guardiola, el mismo Hans; entonces, a veces hacemos un ‘mix’ de la periodización táctica con el entrenamiento estructurado, porque para nosotros también es importante la estructura, el hablarle al jugador, estimular la toma de decisión, la parte cognitiva, la parte condicional ¡por supuesto que es importante!, pero también buscamos que el jugador se estrese en ciertos momentos del entrenamiento, de la sesión, para ver su conducta, porque al final hay estrés en el partido, hay momentos que tienen que tomar decisiones y hay situaciones adversas que se dan en el partido.

Eso, afortunadamente, lo ensayamos, lo provocamos en los entrenamientos y tuvimos muchas adversidades durante el torneo, tan es así que en varios momentos jugamos con 10 hombres. En la final de ida metemos un chico con poca experiencia y al minuto y medio lo expulsan; entonces, fueron 15 minutos de estar trabajando ante la adversidad en una final. Creo que eso fue lo que nos dio para poder provocar ese tipo de trabajos en espacios reducidos, en juegos menores, en rondos, en juegos posicionales, en trabajos de transiciones donde buscábamos, sobre todo, esos cambios de ritmo, esa velocidad y, sobre todo, el posicionamiento del equipo que ante la pérdida de la pelota, se tenía que posicionar inmediatamente.

Hicimos un equipo reactivo, un equipo que en cierto momento recuperara la pelota en cierta zona de la cancha y sabía qué hacer; si perdía la pelota, era el primero que tenía que ir a presionar para, si no recuperarla, incomodar al rival, y si no sucedía eso, inmediatamente el equipo se posicionaba en cierta zona de la cancha para ser compactos, perder el orden y recuperar la pelota en ciertos momentos. Y sobre todo que en ataque siempre buscamos el ataque combinado, intentamos pocas veces el ataque directo, pero a veces también entrenamos esa faceta, sobre todo de visita, que el rival te agobia y no puedes jugar como tú pretendes y buscamos esa descarga del ‘9’ para que la descargue con los interiores y buscar el trabajo por las bandas. De hecho, en este equipo trabajamos dos sistemas, el 3-5-2 y el 4-3-3, que fueron los sistemas que iniciamos con el 3-5-2 la mayor parte del torneo y cerramos el torneo con el 4-3-3, y así terminamos jugando la fase final, la liguilla y la final.

G: ¿Es un Cobán ‘a la europea’?

RM: Pues yo le diría un Cobán a la mexicana, porque al final uno es mexicano, uno intenta hacer cosas. Yo no soy el descubridor de esa metodología ni mucho menos, pero sí, yo lo adapto a una metodología que nosotros los mexicanos hemos adoptado, hemos hecho una función, un ‘mix’ se podría decir, un híbrido de ese tipo de cosas y, sobre todo, con base en las características del jugador guatemalteco, porque eso es importante.

Podemos voltear a México que hay otro tipo de dinámica, allá quisiéramos jugar igual como en la Liga MX, pero a veces por las canchas, por el tipo de clima, por los horarios no se puede; entonces, esta metodología que implementamos con la base de la periodización táctica, del entrenamiento estructurado, la llevamos a Guatemala y afortunadamente nos ha dado resultado y hoy nos da este título que buscamos y que lo intentamos. Como decimos, "la tercera fue la vencida" en mi caso y logramos este título.

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