GRADA Opinión

Un duelo especial

Por primera vez, tendré la posibilidad de ver un Puebla–Chivas en el Cuauhtémoc y, más allá de lo especial que será para mí vivirlo, hay razones suficientes para estar ilusionados con un nuevo triunfo de la Franja.

Hugo
Hugo Rodríguez

Actualizado: 7 OCT 2022 - 1:37

Un duelo especial
Arte: GRADA

Ver al Puebla jugar contra el Guadalajara en una fase final siempre traerá buenos recuerdos para los que somos aficionados a la Franja. Es inevitable esbozar una sonrisa al pensar en todas las satisfacciones que nos ha dado la Franja cuando le ha tocado enfrentar a los rojiblancos en duelos a todo o nada, ya sea que nos haya tocado vivirlos o no…y aquí es precisamente donde se vuelve especial la forma en que me ha tocado vivir los duelos en los que a Puebla le toca ser local ante las Chivas.

En la temporada 82-83, cuando la Franja conquistó su primer título de liga, yo aún no había nacido, pero guardo con mucho cariño el recuerdo de mi papá contándome emocionado la historia de cómo él y mi mamá viajaron 16 horas desde Ciudad del Carmen, Campeche exclusivamente para llegar a ver el partido de vuelta en el Cuauhtémoc. Esa historia era como un cuento de hadas para mí y, como todo cuento de hadas, me maravillaba al recrear con mi imaginación aquel final feliz donde un héroe con una franja en el pecho atravesaba corriendo el campo con los brazos en alto después de haber derrotado al villano rojiblanco.

Mi primer recuerdo vívido de un Puebla vs. Chivas en liguilla es de la temporada 91-92. En aquel entonces, mi familia y yo vivíamos en Cárdenas, Tabasco y, por más que me moría de ganas de estar en el Cuauhtémoc para ver en vivo y a todo color a mis ídolos, tuve que conformarme con seguir el partido de ida por televisión. Entonces hice lo que cualquier niño en su sano juicio haría: me puse a gritarle a la tele junto con mi papá, echándole porras a Larios, Zico, Poblete, Gaúcho y demás jugadores poblanos, pensando que, si mis gritos eran lo suficientemente fuertes, tal vez ellos me escucharían, aunque sea muy quedito.

De ahí, tenemos que saltar más de 20 años para que se volviera a dar un enfrentamiento entre poblanos y tapatíos y fue, nuevamente, en el marco de una gran final. La edición Clausura 2015 de la Copa MX volvía a darme la oportunidad de ver a mi amada Franja frente al Guadalajara, esta vez en el estadio de Ciudad Universitaria de la BUAP. Sin embargo, en ese momento me encontraba estudiando fuera de Puebla y justamente al día siguiente tenía yo una presentación muy importante. Mi papá siempre me inculcó, desde muy pequeño, que primero estaba la obligación y luego la devoción, así que, con todo el dolor de mi corazón, me resigné a simplemente ver el partido de reojo en la pequeña tele de mi cuarto mientras el PowerPoint iba agarrando forma en mi computadora.

Finalmente, hace un año, camoteros y rojiblancos volvieron a verse las caras, precisamente en un duelo de reclasificación, como el de este fin de semana. Lamentablemente, por esas fechas mi mamá tuvo problemas de salud y estuvo internada varios días en el hospital.

Evidentemente, el futbol pasó a segunda instancia en esos momentos y ni mi papá ni yo teníamos los ánimos para siquiera pensar en ir al estadio.

Ahora, por primera vez, tendré la posibilidad de ver un Puebla–Chivas en el Cuauhtémoc y, más allá de lo especial que será para mí vivirlo, hay razones suficientes para estar ilusionados con un nuevo triunfo de la Franja: no sólo porque se ha vuelto una bonita costumbre que sea uno de los invitados habituales a la fase final del campeonato, sino porque se ha convertido también en un experto en este nuevo formato de repechaje a un partido, pues las tres veces que disputado este partido se las ha arreglado para salir avante.

De hecho, la escuadra poblana puede presumir de ser uno de los tres equipos, junto con Atlas y Pachuca (1 y 2 repechajes jugados, respectivamente), que no ha sido eliminado en esta instancia. A esto, habría que sumar que los camoteros también saben lo que es lidiar con los nervios de decidir el pase a la siguiente ronda a través de los penales, pues las tres victorias poblanas en reclasificación han llegado precisamente por esta vía luego de que, curiosamente, los tres partidos terminaran con un dramático empate a 2 en los últimos minutos del tiempo regular:

Primero, en el Apertura 2020, el equipo camotero dio la campanada al derrotar a domicilio al poderoso Monterrey, incluso a pesar de que todas las apuestas estaban en su contra, pues llegaban como el decimosegundo clasificado. Después, en el Apertura 2021 y en el Clausura 2022, los “Larcaboys” dieron cuenta precisamente de Guadalajara y Mazatlán, respectivamente, en un par de emotivos encuentros donde el común denominador fue la heroica actuación de Antony Silva.

Antes de despedirme, los dejo con un último dato no menos relevante: desde que se instauró en 2020 este nuevo formato de la Liga MX con la fase de reclasificación, sólo 6 equipos han disputado todas las fases finales del torneo: Puebla, América, Cruz Azul,

Monterrey, Tigres y Guadalajara. Pero, lo aún más destacado es que si la Franja logra superar el repechaje una vez más, será, junto con el América, apenas el segundo equipo que disputa los cuartos de final en todos y cada uno de estos últimos 5 torneos.

Sobre el autor

Hugo Rodríguez
Hugo Rodríguez

Lingüista. Egresado de la BUAP y el Colegio de México. Docente en la UDLAP y Universidad Autónoma de Tlaxcala.