GRADA Opinión

Gracias por tu esfuerzo

Sé consciente de los probables resultados antes de embarcarte y comprometerte con un desafío. Una vez reconocida y aceptada esta realidad, “tírate a matar”, sostenido de tu capacidad para dominar todas las variables que dependen de ti.

Isidro
Isidro Sánchez

Actualizado: 7 NOV 2022 - 8:02

Gracias por tu esfuerzo
Arte: GRADA

“Gracias por tu esfuerzo”, una frase que puede tener dos emisores al término de cualquier actividad.

1) Como una autogratificación, tras el orgullo producido por haberte entregado, puesto todos tus recursos, con el fin de obtener un objetivo.

2) Como si la actividad misma te lo dijera, generalmente acompañada por un “…pero no alcanzó, no fue suficiente”.

Ambas nos premian la actitud, la nobleza para encarar el desafío, pero únicamente la segunda, dependiendo cómo se maneje, puede producir resultados totalmente contrarios: la deserción/ “tirar la toalla”/ “clavar el pico”/ darte por vencido/retirarte o “picarte el orgullo” y redoblar el compromiso.

El deporte, una vez más, como el gran maestro que es, nos muestra que la no consecución del objetivo no siempre es fracaso.

He escrito en anteriores ocasiones sobre el valor del deporte como medio para mostrarnos que las cosas realmente valiosas llevan tiempo. Hoy más que nunca, cuando todo es inmediato, el deporte nos recuerda que no hay atajos ni caminos cortos cuando de objetivos ambiciosos se trata.

Es importante comprender y aceptar esta realidad, para poder comprender el segundo desafío que viene “junto con pegado”: el deporte educa para mostrarnos que las cosas llevan tiempo y, que a pesar que pongamos toda nuestra dedicación y esfuerzo, podemos ser superados y no alcanzar los objetivos planteados.

Tener paciencia, ser consistente, comprometerte al 100%, no garantiza el éxito, solamente –que para nada es cosa menor –aumenta las probabilidades de que suceda. 

“Improbable ganar si no asumimos la posibilidad de perder”, recuerdo mostraba, con mucha razón, una playera de Juan Carlos Osorio hace algún tiempo.

Ocúpate de lo que esté en tus manos y confía que esto es suficiente para competir, pero antes que pite el árbitro debes estar consciente que existen, al menos en el futbol, tres posibilidades: ganar, perder o empatar. 

Cuánta decepción y qué difícil es “levantar” a un atleta que tiene la falsa creencia de que el triunfo en el marcador está asegurado si el deportista y sus compañeros se esfuerzan/comprometen al máximo. Lo único que está asegurado tras haberse brindado en “la batalla” es la satisfacción interna; ese “gracias” que tu yo interior te dice al apagar la luz y meterte a la cama por la noche.

Por otro lado, he reconocido últimamente en aprendices –todo aquel que está en un proceso de formación –una costumbre negativa que me preocupa cuando la veo y me ocupa cuando puedo intervenir: el aprendiz, al sentirse vulnerable –cuando asume la posibilidad de perder/fracasar/no lograr el objetivo –decide, consciente o inconscientemente, no ir por todas, regularse, protegiéndose. 

“No  estoy seguro si lo lograré, por eso no mostraré/involucraré mi 100%”. Bastante cobarde e inmaduro me parece. Fracasar, para mí, está más relacionado con esta lamentable actitud que con una derrota o no cumplir las expectativas.

Sé consciente de los probables resultados antes de embarcarte y comprometerte con un desafío. Una vez reconocida y aceptada esta realidad, “tírate a matar”, sostenido de tu capacidad para dominar todas las variables que dependen de ti. El marcador final nunca deberá ser el determinante.

“Gracias por tu esfuerzo, pero no alcanzó, no fue suficiente” no es motivo de abandono; es únicamente un mapa, información necesaria como punto de partida para el siguiente reto.

Cuando se planea, se suele cometer el error de únicamente imaginar que al final del camino estará la recompensa. Sopesar la probable derrota o no consecución del objetivo es característica de un competidor poderoso. 

Disfrutar el proceso, enorgullecerse del esfuerzo diario, ese es el éxito.

Sobre el autor

Isidro Sánchez
Isidro Sánchez

Director Técnico con licencia UEFA A. Maestro en Psicología del Deporte.