Un Tri Femenil sin conexión
Sí, fue muy bonito ver a la afición hacerse presente. Disfrutar del ambiente familiar. Ver a niñas emocionadas por ver a esas jugadoras que quizá ven en televisión o en TikTok.

En un país tan grande, a veces se complica llegar a todos lados. Por eso que importancia tiene que ciertos eventos sean llevados a diferentes ciudades de la república. Este viernes fue la primera vez que la Selección Femenil se hizo presente en Puebla. Un partido que se anunció semanas atrás frente a Uruguay.
Quisiera decir que había mucha expectativa sobre esto. Pero no era el caso. Cuando traía a colación el tema sobre alguna mesa, la emoción por tener a una selección nacional femenil en la ciudad no era la misma como si fuera la selección masculina. Y está bien: pensaba que es cuestión de tiempo que la gente se familiarice y se sienta identificada con la femenil.
Aún así, yo sí estaba muy emocionada por ir al estadio. En mi país, rara vez podía ir al estadio a ver algo por mi propio gusto y no por trabajo. Y todavía más difícil, poder ver a mi Selección Femenina. Así que si, yo, como extranjera, estaba muy emocionada por vivir mi primer partido de selección mexicana femenil en su propio terreno. No importaba que no fuera el Cuahtemoc y que fuera en el Estadio Olímpico de la BUAP. Esto también lo entendí, el aforo es menor y sería más fácil que se llenara. Aún más, si las entradas eran gratis.
Pero días antes del partido entendí el por qué de la carencia de conexión con el público. Fue imposible generar un contacto de alguna de las protagonistas de la selección. Como si de un partido a vida o muerte por clasificarse a una final de mundial se tratase, no hubo apertura para alguna entrevista por parte del área de comunicación de la selección femenil. Muy mal cuando, lo que personas como yo quieren, es acercar el fútbol femenil a su propia afición. Está bien que los tiempos no fueran los adecuados, pero al menos una respuesta es lo que se espera de un área encargada de comunicar.
Luego, en el partido también entendí la carencia de emoción.
Sí, fue muy bonito ver a la afición hacerse presente. Disfrutar del ambiente familiar. Ver a niñas emocionadas por ver a esas jugadoras que quizá ven en televisión o en TikTok.
Pero en el juego entendí por qué no hay emoción. Nunca logré entender un estilo de juego de la Selección Mexicana Femenil. Si al día de hoy se me pregunta a qué juega el cuadro dirigido por Pedro López, no podría dar una respuesta concreta. Sería irresponsable de mi parte y poco profesional dar un estilo claro.
Lo rescatable y que hace que la gente llegue fue al final. Cuando al terminar el juego las jugadoras se acercaron a la tribuna a firmar objetos o tomarse fotos. Muy buen gesto de ellas. Saben que se deben al público y dan gracias por asistir.
Por lo demás, incluso el marcador, dejó mucho que desear.