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Rey del repechaje; rey del drama: así es la Franja

“Chivander se va a esperar hasta que empate Chivas. Vas a ver”, decía uno de los tantos aficionados a la Franja que ya lucían despeinados y acalorados a unos minutos del final del encuentro.

Gustavo
Gustavo Mirón

Actualizado: 10 OCT 2022 - 1:34

Rey del repechaje; rey del drama: así es la Franja
Arte: GRADA

Fue un domingo complicado para ser aficionado al Puebla de la Franja. Llegar al estadio, un suplicio. Entrar al inmueble, un calvario. Conseguir una cerveza, misión imposible. Sin embargo, el ánimo nunca se vino abajo ni en los peores momentos del juego.

“Somos pocos, pero somos ruidosos”, dice un padre de familia a su hijo al ver la mayoría abrumadora de afición del Guadalajara. Muchos de estos fans de Chivas fueron cambiando de playera conforme pasaban los minutos, pues el “villamelonismo” es constante en la tribuna del Cuauhtémoc cada que se juega contra Chivas.

La violencia, mal difícil de erradicar, se deja ver fuera del estadio, mientras familias con las dos playeras caminan a resguardarse para evitar ser daños colaterales. La intención de la mayoría es entrar al Dos Veces Mundialista y comenzar una catarsis llena de sufrimiento llamada ‘futbol’.

Y sí, fue una tarde complicada para ser aficionado al Puebla. Eran enemigos en su propia casa y los gritos ahogados de las primeras llegadas de Chivas rebasaban en decibeles a los festejos poblanos con las intervenciones de Antony Silva y la salvada providencial de Araújo, que en dos ocasiones evitó el gol del Rebaño Sagrado.

Los aficionados franjiazules pasaban de la tensión al gozo y al coraje en pocos minutos. Todos en el estadio fueron testigos de un penal clarísimo que Santander no se dignó a marcar a favor de la Franja. Una cuarta parte del estadio ardía en coraje. Más de la mitad de los presentes se hacían los ciegos ante lo evidente.

Pero contrario a lo que se esperaría, el ánimo era cada vez mayor para todos esos que portaban una franja orgullosos. Incluso, llegaba el momento en que parecía que el estadio comenzaba a pintarse de azul y blanco. Más cuando Barragán hacía explotar a la grada con un gol que ponía a la Franja en la Liguilla.

“Chivander se va a esperar hasta que empate Chivas. Vas a ver”, decía uno de los tantos aficionados a la Franja que ya lucían despeinados y acalorados a unos minutos del final del encuentro. Los fantasmas, como es costumbre, comenzaron a aparecer hasta que Cisneros puso el empate en el último suspiro del encuentro.

Sí, otra vez el drama. Otra vez la zozobra. Otra vez las esperanzas en Antony Silva. La misma portería de hace un año era la sede de una nueva serie dramática de penales que tenía al borde de la butaca a más de un aficionado que ya no sabía qué goles festejar.

“Antony los va a parar”, decía muy seguro un joven a su amigo “chivahermano”, mientras él esbozaba una sonrisa tímida recordando lo sucedido hace un año. Y no, Antony no atajó ninguno, pero “portero sin suerte no es portero”, suerte que se trabaja y que genera confianza, que se expresa en un penal a lo ‘Panenka’ por una de las ‘joyas’ despreciadas por Gerardo Martino.

El cobro de Amaury Escoto fue eterno, parecían pasar otros 90 minutos acompañados por un: “ese wey lo va a fallar” que se escuchaba a lo lejos. No, Amaury no falló, como no falló esta Franja que tiene algo que cada seis meses ilusiona, pues el rey del drama, el rey del repechaje, está nuevamente en Liguilla y todo, todo puede pasar.

Sobre el autor

Gustavo Mirón
Gustavo Mirón

Reportero poblano multimedia y generador de contenido.