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Hay que saber cuándo decir adiós

Tras la salida de Larcamón, nadie se muere, el Puebla seguirá siendo el Puebla, el aficionado franjiazul va a seguir alentando desde el sillón de su casa hasta el estadio. “Nico” comprendió que su ciclo en el Club Puebla terminó.

Alfredo
Alfredo González

Actualizado: 10 NOV 2022 - 1:58

Hay que saber cuándo decir adiós
Arte: GRADA

«Siempre he pensado que de los sitios te tienes que ir arriba, cuando la gente te respeta y te echaría de menos si te fueras. Hay que saber cuándo decir adiós. Siempre intento irme en el momento justo». Xabi Alonso.

En 2014, cuando Real Madrid por fin había conseguido la tan ansiada ‘Décima’ después de 12 años, la noticia de la salida de Xabi Alonso quebró a los hinchas merengues. Titular indiscutible, baluarte de la media cancha y con una extensión de dos años de contrato firmada en enero de 2014, Xabi sorprendió con su adiós. Se quiso retirar de la entidad blanca en todo lo alto, con el título de la Copa de Europa, cuando era aún ídolo, cuando al hincha le dolió su partida. Hay que saber cuándo decir adiós.

Pues en Puebla se ha hecho un Xabi Alonso. Y es que en prácticamente 23 meses, Nicolás Larcamón reconquistó a la afición del Club Puebla, se ganó el respeto de toda una liga, le dio una identidad a la Franja llena de laburo, potenció individualidades, regresó al equipo a la Liguilla, lo metió a semifinales, hizo vibrar al Cuauhtémoc como hace mucho. El “Pueblota” vivirá en el recuerdo del enfranjado de corazón y en el de toda una liga, pero hay que saber cuándo decir adiós.

Se construyó un ambicioso proyecto deportivo, se llegó a semifinales en el primer torneo, se quedó en cuartos en los siguientes tres y al menos en los anteriores, parecía que existía una asignatura pendiente, quedó ese resquicio de esperanza, esa corazonada que el siguiente semestre sería diferente, pero hay que saber cuándo decir adiós.

El golpe de 11-2 de la pasada Liguilla ante América iba a ser muy difícil de superar y “Nico” entendió que hay que saber cuándo decir adiós. 

Larcamón se va como en algún momento lo hizo Manuel Lapuente, como cuando se retiró Carlos Poblete, como las mil y un veces que se ha despedido “Chelís”. Aquí nadie se muere, el Puebla seguirá siendo el Puebla, el aficionado franjiazul va a seguir alentando desde el sillón de su casa hasta el estadio. Algún día tenía que suceder que el mejor técnico de la Franja en los últimos 30 años se iba a ir. Se le agradece la entrega, la identidad, el profesionalismo y que supo cuándo decir adiós.

En el futbol como en la vida nada es eterno. Al Puebla se le va por los colores, por la historia, por la Franja. Jugadores y técnicos van y vienen y el equipo sigue. Se van los de moda y llegan otros a forjar su propia historia, pero cuando se deja una huella como la que estableció Nicolás Larcamón en la Angelópolis, por más que quieras estirar la liga y forzar tu estadía, hay que saber cuándo decir adiós.

Afortunadamente la goleada no definirá el proyecto de “Nico” al frente del Puebla. Su trabajo va más allá que un desafortunado global en contra. Se va por la puerta grande, como el mejor estratega de la última época de la Franja, con la bandera del larcamonismo –aunque no le guste el término. 

“Nico” comprendió que su ciclo en el Club Puebla ha terminado y a pesar que tenía un año más de contrato, hay que saber cuándo decir adiós.

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