GRADA Opinión

Claridad, Coherencia y Consistencia

A pesar del cambio constante de jugadores torneo tras torneo, Larcamón ha podido darle continuidad al proceso, adaptando las piezas/recursos (jugadores) al propósito principal.

Isidro
Isidro Sánchez

Actualizado: 12 OCT 2022 - 1:28

Claridad, Coherencia y Consistencia
Arte: GRADA

Cuando me pregunta mi opinión –siempre limitada por lo incompleta de la información a la que tengo acceso –sobre las causas del éxito en la gestión de Nicolás Larcamón al frente del Club Puebla, mi respuesta es siempre la misma: claridad, coherencia y consistencia. Tres adjetivos que describen el éxito, pero que se vuelven relevantes al convertirse en adverbios y describir las acciones del día a día en la gestión.

Parecería evidente que este escrito será relacionado 100% con el Club Puebla, pero mi objetivo es demostrar que estos tres conceptos no son útiles para cualquier proyecto que emprendamos.

La belleza de lo simple, la inteligencia para distinguir lo realmente importante y el conocimiento para encontrarle a cada uno su rol según sus cualidades; para todo esto se necesita claridad.

Cuánto nos han tratado de convencer que lo complicado y lo elaborado (en arte, comida, comunicación, etc.) tiene mayor mérito; que quien toma el camino largo debería de recibir mayor ovación, distrayendo nuestra atención que los fundamentos, los cimientos de cada proyecto, deben de mantenerse lo más sencillo posible.

Lo sencillo, comprensible, digerible, siempre tiene como consecuencia la claridad y, a su vez, la claridad, por ser eficiencia, genera confianza y compromiso.

Una vez que en tu cabeza o en un papel tienes la claro cuál va a ser el camino a seguir, sustentado en un análisis de la causas y motivos previamente sopesadas, se requiere llevar estas ideas y convicciones al plano operativo; llevar a cabo lo que quieres (o dices querer), sostener con hechos tu filosofía, y para esto es vital la coherencia.

“La palabra convence, pero el ejemplo arrastra”, se dice en cuanto a educación se refiere, y para liderar es una máxima también. Una relación directa en lo que quieres, lo que pides, cómo lo comunicas y de qué forma asumes las consecuencias, fortalecerán la credibilidad en la propuesta y entre los integrantes del grupo.

El líder tendrá la certeza que debido a que ha analizado minuciosamente lo que es más conveniente para TODOS (claridad), sabrá a la perfección a qué decir que sí y qué desechar sin temor a que esto le genere dudas y complicaciones (coherencia). No hay mejor frase para unir los dos conceptos mencionados que la siguiente: “Cuando tengo claros mis valores, las decisiones se vuelven sencillas”.

Por último, resistir y persistir, a ‘paso de elefante’: lento pero seguro. Aquél que sabe a dónde, tiene un camino trazado y respuestas para las posibles eventualidades, la prisa y urgencia por llegar no existe. Será la consistencia en sus actos la que tarde o temprano le traiga como consecuencia la consecución del objetivo.

La constante improvisación (ausencia de claridad) genera desgaste, sostener una mentira (incoherencia) es embrolloso; por esta razón, buscar la consistencia sin claridad y coherencia es imposible.

Nicolás Larcamón, desde mi punto de vista, con base en un equipo compacto en el que se trabaja/compite a partir de funciones, no posiciones, en todas las fases de juego, encontró la claridad. Son las constantes ayudas, solidaridad y reparto de responsabilidades las que hacen del actual Club Puebla un equipo que potencia sus recursos y así aumenta la probabilidad de conseguir los triunfos.

Las decisiones del entrenador, únicamente teniendo como parámetro lo que observo en los partidos, han seguido siempre la misma línea: quien está dispuesto a cumplir la función y deja de lado la individualidad anteponiendo al equipo, puede jugar. 

Por esta razón, a pesar del cambio constante de jugadores torneo tras torneo, Larcamón ha podido darle continuidad al proceso, adaptando las piezas/recursos (jugadores) al propósito principal. La coherencia entre lo que pide, hace y decide siempre ha existido, o al menos ha tenido relación. 

Para finalizar, la consistencia. Es verdad que ser consistente en las conductas ante el éxito se vuelve relativamente sencillo; para qué arreglar algo que funciona, pero para conseguir este momentum se requiere ser valiente y confiar en las convicciones.

No tengo idea de cuál pueda ser el resultado contra América, lo que estoy seguro es que el Puebla va a competir. Pero más importante, estoy completamente convencido que ante cualquier proyecto, individual o de conjunto/equipo, la claridad, coherencia y consistencia son precursores del éxito.

Sobre el autor

Isidro Sánchez
Isidro Sánchez

Director Técnico con licencia UEFA A. Maestro en Psicología del Deporte.