Mucho “Checo” para tan poco Verstappen
Max tiene un grave problema en el consejo egoísta que siempre recibe de su padre, que hierve en coraje cada que “Checo” supera a su hijo en la pista, algo que era cotidiano cuando Pérez formaba parte de Racing Point y tenía que medirse a Verstappen.
El compañerismo en el deporte camina en una delgada línea entre el respaldo y la competitividad tóxica. Esa que se puede tomar como egoísmo, como ataque e incluso como insulto al minimizar el esfuerzo del compañero de equipo.
Ejemplos tenemos muchos, pero en la Fórmula 1 está muy presente año con año. Rivalidades entre compañeros de equipo son muchas, derivando en conflictos que terminan en momentos muy tensos que afectan directamente al desempeño de la escudería.
Y podemos recordar el pleito sin cuartel entre Nico Rosberg y Lewis Hamilton con Mercedes, que tuvo hasta una coalición mientras ambos pilotos peleaban por la primera posición o, ¿qué decir de la lucha que vivieron Fernando Alonso y el mismo Hamilton en McLaren, que terminó con la salida del español de esta escudería?
Aunque no se ha llegado esos niveles extremos, lo que vimos este fin de semana en el Gran Premio de Brasil entre el mexicano Sergio “Checo” Pérez y Max Verstappen puede ser el inicio de un conflicto que, en 2023, puede poner en muchos aprietos a Red Bull y a un Christian Horner que tendría que lidiar con dos pilotos competitivos.
Regresando a lo sucedido en el Gran Premio de Brasil, queda de manifiesto que en Red Bull hay mucho “Checo” para muy poco Verstappen, en el sentido del compañerismo, pues lo que hizo el holandés con el mexicano simplemente no es de buenos compañeros.
Sí, muchos dirán que “Checo” estaba lejos de Verstappen para que le cediera la posición, pero 4 segundos no son comparados a los 8 que Pérez le hizo perder a Hamilton en el Gran Premio de Abu Dhabi del año pasado, lo que fue fundamental para que el holandés lograra el título del mundo.
Esos 4 segundos no son nada a las milésimas a las que se puso Pérez de Charles Leclerc en el Gran Premio de Japón de este año, provocando el error del piloto de Red Bull y confirmando con esto el segundo título del mundo para Max Verstappen.
Dice la prensa holandesa que “Checo” chocó a propósito en la clasificación del Gran Premio de Mónaco y con esto evitó que Verstappen lograra completar su vuelta para quedarse con la pole position.
Aunque esto fuera cierto, una pole position no es nada, absolutamente nada, comparado con los títulos mundiales que “Checo” ha ayudado a ganar a Max Verstappen. De ser verdad que el holandés le cobró esa situación a Pérez en Brasil, entonces la mentalidad de Verstappen es lo que sigue de mezquina.
Max tiene un grave problema en el consejo egoísta que siempre recibe de su padre, que hierve en coraje cada que “Checo” supera a su hijo en la pista, algo que era cotidiano cuando Pérez formaba parte de Racing Point y tenía que medirse a Verstappen.
No, amigos, yo no le creo a Verstappen eso de que “ayudará” a “Checo” a ganar los puntos necesarios en Abu Dhabi para quedarse con el subcampeonato de pilotos. Max no es un buen compañero, es un tipo de memoria corta y un egoísta que siempre se pondrá por encima de los intereses de su coequipero y de Red Bull.
Por eso, en 2023, “Checo” tendrá que ser el coequipero perfecto para demostrar en pista que tiene bastantes argumentos para que tanto Verstappen como el mismo Red Bull lo respeten, pues hay momentos en que se debe dar un golpe sobre la mesa; y ese tiempo ha llegado para Pérez.