GRADA Opinión

Futbolistas de poca fe

Como líder, si el que duden de ti, te debatan una idea o te pidan razones lo ves como desafío o falta de respeto, no estás capacitado para guiar a deportistas de alto rendimiento. Hoy el futbolista ya no es un seguidor más, sabe sus derechos.

Isidro
Isidro Sánchez

Actualizado: 14 NOV 2022 - 23:40

Futbolistas de poca fe
Arte: GRADA

Futbolistas de poca fe, adaptación del pasaje bíblico Mateo 14:31 “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?”, es lo que se me viene a la cabeza cuando escucho a gente decir que el futbol ha cambiado. 

El futbol –detalles más, detalles menos –desde 1863, año en que se instauró la regla del fuera de juego, no ha sufrido cambios relevantes en la dinámica global del juego. Número de sustituciones, criterios de desempate, sanciones con tarjetas y el VAR son algunas de las últimas modificaciones en el reglamento, pero, insisto, ni una de estas últimas ha impactado “el juego”. Concluyo entonces que desde 1862 el futbol no ha cambiado, lo único que sí ha cambiado (evolucionado), sin lugar a duda, son sus protagonistas, los futbolistas.

Más resistentes, rápidos, mejores dietas, se recuperan a mayor velocidad, son capaces de jugar dos o tres partidos por semana; etc.; sí, pero el principal cambio/evolución del futbolista es que hoy cuestiona. 

Cambio cultural, no solamente propio del deporte; “porque te lo digo yo” es una herramienta obsoleta, sin poder, por la ausencia de sentido, fondo. La fe, las creencias ciegas, son costumbres ya poco practicadas cuando el compromiso, esfuerzo y sacrificio serán invertidos. Pruebas, demostraciones, argumentos, fundamentos, testimonios, justificaciones, demandan los futbolistas como moneda de cambio, en ausencia de estas no hay trato; están en su derecho, como es obligación del maestro/entrenador prepararse y educarse para cumplir dichas expectativas.

Como líder, si el que duden de ti, te debatan una idea o te pidan razones lo ves como desafío o falta de respeto, no estás capacitado para guiar a deportistas de alto rendimiento. Hoy el futbolista ya no es un seguidor más, sabe sus derechos y está consciente que su compromiso total es dependiente de las posibles ganancias que obtenga. Jugadores de poca fe, confían, sí, siempre y cuando les demuestres con argumentos.

“Tu esfuerzo en la presión alta está siendo insuficiente”, recuerdo le comenté a un jugador hace pocos meses, a lo cual me respondió: “¿Tienes cómo demostrármelo?” Obviamente mi primera reacción fue de rechazo, sentí una provocación; que no estemos acostumbrados a este tipo de cuestionamientos no descarta que sea la tendencia. Este jugador, como muchos otros, necesitaba información objetiva para tener perfectamente claro cómo poder colaborar y cumplir su responsabilidad, jamás su objetivo fue confrontante.

“Demuéstrame el camino, no solamente me lo indiques”, inconscientemente, puedo asegurar, es la necesidad del futbolista (y realmente de cualquier ser humano en proceso de crecimiento); luego existen varias formas. Si es cuestión de valores, sin lugar a duda el ejemplo es el de mayor impacto: disciplina, honestidad, confianza o cualquier otro que demandes, el grupo los incorpora siempre y cuando tú los encarnes. Cuando de conceptos se refiere, el conocimiento teórico (el que viene en los libros) y la experiencia práctica (el que se gana en la cancha) acompañado de todas las herramientas necesarias (video, ejercicios, estadísticas, modelado), son elementos para aligerar el peso a la fe.

Dentro de mi filosofía de liderazgo, esquematizada con una pirámide, el segundo de los tres peldaños existentes habla de convencer. Al final de cuentas, como líderes, a lo que aspiramos es a convencer sobre una idea; misma idea de la cual tenemos la evidencia que hará que aumenten las probabilidades de conseguir el objetivo. Tener un plan útil es el primer paso, pero contar con los recursos necesarios para demostrar las causas, por qué es el adecuado, requiere conocimientos e inteligencia; el primero para sustentarlo y lo segundo para verterlos; encontrar el “mejor empaque posible” y transmitirlo.

Jugadores de poca fe, gracias por existir. Gracias porque hoy son la mayoría. Gracias porque, por ustedes, nos hemos superado, nos tenemos que capacitar continuamente y nos recuerdan que son ustedes, únicamente ustedes, los verdaderos protagonistas del juego.

Sobre el autor

Isidro Sánchez
Isidro Sánchez

Director Técnico con licencia UEFA A. Maestro en Psicología del Deporte.