GRADA Opinión

Luis Enrique y el periodismo sin intermediarios

La postura que ha adoptado Luis Enrique frente al periodismo de titulares rotundos me recuerda muchísimo a la del realizador mexicano Carlos Reygadas, quien se ha confrontado con no pocos colegas que le siguen recriminando hacer películas excesivamente intelectuales.

Ricardo
Ricardo López Si

Actualizado: 16 NOV 2022 - 2:57

Luis Enrique y el periodismo sin intermediarios
Arte: GRADA

La cruzada que ha abanderado Luis Enrique frente al periodismo sensacionalista me parece el acto de heroísmo más conmovedor en lo que va del año.

Hace un par días, después de meses de continuas fricciones en ruedas de prensa, el seleccionador español anunció en su cuenta de Twitter que debutará como streamer durante el Mundial de Qatar para poder establecer una relación más directa y espontánea con la gente, sin filtros ni intermediarios. Esto, para ponerlo en perspectiva, es el equivalente a lo que ocurre cuando alguien decide leer un libro por su cuenta en lugar de recurrir a reseñas sintetizadoras.

Podría suponer una contradicción que yo, desde mi faceta de periodista sin ganas, me alegre de que exista una batalla abierta entre el gremio y un entrenador de futbol, pero no puedo ocultarlo: cada día quiero más a Luis Enrique.

En realidad siempre le he guardado reverencia a la gente valiente que dignifica su profesión y se embarca en fantasías revolucionarias. No necesitamos más tótems para ser admirados, sino faros de activismo a los cuales aferrarnos para revertir la catástrofe en la que estamos inmersos. Y como intuyo que la rebelión no surgirá desde las entrañas del periodismo, no tengo ningún problema en adherirme a causas ajenas.

La postura que ha adoptado Luis Enrique frente al periodismo de titulares rotundos me recuerda muchísimo a la del realizador mexicano Carlos Reygadas, quien se ha confrontado con no pocos colegas que le siguen recriminando hacer películas excesivamente intelectuales, sin guiños para los espectadores.

Tras el reproche de un crítico de cine frente a la estructura narrativa de Post Tenebrax Lux, una de sus obras más recientes, Reygadas soltó lo siguiente en una entrevista mano a mano: “Mucha gente queda insatisfecha porque su ego no ha sido satisfecho. No les doy lo que ellos esperaban o lo que ellos creen que deberían ser el cine. […] No me gusta explicar mis películas. Siento respeto absoluto por los espectadores, por la película misma. Y sé que hay espectadores que agradecen que no lo esté llevando de la mano, diciéndoles qué tienen que pensar y qué tienen que sentir”.

En el cine, como en el futbol, estamos cada vez más programados para consumir y reaccionar de maneras muy concretas, y todo lo que se salga de ese marco preestablecido nos parece sospechoso. Si se levanta en armas un loco y nos propone una película sin códigos hoollywoodenses o un entrenador de fútbol habla de intenciones tácticas en ruedas de prensa, en automático nos invade el desconcierto y tendemos a la descalificación por el simple hecho de que nuestro ego no ha sido satisfecho.

No podemos dejar que el juicio parcial de los prescriptores tradicionales ejerza una influencia tan decisiva en nuestra percepción de lo que está bien y lo que está mal. Y, peor aún, que establezcan qué nos debe escandalizar, emocionar o conmover.

En lo que a mí respecta, prefiero contrastar las reflexiones del propio Luis Enrique directamente con lo que percibo en la cancha para sacar mis propias conclusiones. Lo siento por los intermediarios del periodismo, pero siempre me han interesado más los libros que las reseñas por encargo.

Sobre el autor

Ricardo López Si
Ricardo López Si

Autor de El viaje romántico. Editor en Revista Purgante y Mundo NFL. Columnista en Literal Magazine y Revista Panenka.