Búsqueda de héroes
En nuestro país, todavía se pueden apreciar en estilos puros, luchas a ras de lona, en el aire y/o extremas, tanto en la Lucha Libre AAA como en el Consejo Mundial, las dos principales empresas promotoras de estrellas de los encordados.
La Lucha Libre Mexicana mantiene el debate entre conservar su estilo tradicional o someterse a nuevas tendencias del storyline.
La identidad luchística del país se ha visto influenciada (y un tanto absorbida) por las plataformas digitales, la popularización de ídolos foráneos, el estilo extremo y la cuesta arriba que supuso el cierre de inmuebles por más de año y medio debido a la pandemia de Covid-19.
En suma, aquella generación de Octagón, La Parka, Máscara Sagrada, Hijo del Santo, Perro Aguayo, Konan, Cibernético, Fuerza Guerrera, Atlantis, Doctor Wagner, los Villanos, los Hermanos Dinamita y tantos más, poco a poco se esfuma. Los juniors llenan arenas, pero no terminan de encender la pasión que clama el respetable.
Mientras tanto, el público de las luchas que es exigente y conocedor, no se conforma con poco. Abuchea o se enciende, y de un tiempo a la fecha, anda en búsqueda de nuevos héroes. Quienes asisten a las arenas buscan un show que los divierta y los aleje de una realidad compleja. Piden lances espectaculares junto a rivalidades que trasciendan el ring, que los luchadores sean respaldados por más trabajo físico y con personalidades que provoquen o que infundan respeto.
Sectores buscan también un poco de sangre, dolor y algo de sufrimiento en el drama del encordado, mientras se decantan por los fuegos artificiales y elementos de castigo arriba del ring como mesas, cadenas, palos, tachuelas y un largo etc.
En nuestro país, todavía se pueden apreciar en estilos puros, luchas a ras de lona, en el aire y/o extremas, tanto en la Lucha Libre AAA como en el Consejo Mundial, las dos principales empresas promotoras de estrellas de los encordados.
Las Catedrales luchísticas de la capital del país como la Arena Coliseo o la Arena México, las arenas en Puebla y en Guadalajara, son dominadas por el CMLL, mientras que la Triple AAA ha consagrado su caravana estelar con grandes entradas por todo el territorio nacional y cada año desarrolla su evento estrella Triplemanía, en escenarios de mayor volumen. Este año, este evento se dividió en 3 capítulos el último de ellos desarrollado en la espectacular Arena Ciudad de México. En su edición número 30, tuvo tres trepidantes luchas estelares.
La primera fue Pagano vs Cibernético, en donde el Noa Noa Style se llevó la cabellera de un renuente Main Man, en un combate al más puro estilo de lucha extrema.
La segunda, una contienda por el Megacampeonato de AAA en la que El Hijo del Vikingo mantuvo su reinado frente a Fénix, ambos luchadores 100% consagrados por la caravana, amos del aire y equilibristas del encordado.
Y la estelar, en donde el legendario Villano IV, el último de la dinastía de los hermanos Mendoza, entregó su valiosísima máscara frente a Pentagón Jr., en un cotejo que combinó el llaveo en lona, con la sangre y un final de caballeros. Esta escena de la entrega de la máscara, retrata bien el final de una época que llega y lo imperioso de que se abran espacios a nuevas leyendas.
Mientras tanto, Pagano, El Hijo del Vikingo y Pentagón Jr, están claramente llamados a ocupar un lugar en el estrellato del pancracio nacional, solo la consistencia y el cariño del público dirá si lo merecen.