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Club Puebla: replantear la estrategia y los recursos

La Franja no está para competir un título, necesita urgentemente un par de refuerzos puntuales que les den ese plus para luchar de tú a tú en una Liguilla. Las llegadas y salidas, junto con la recuperación de jugadores lesionados, serán las que marquen el alcance de los “Larcaboys” el siguiente torneo.

Antonio
Antonio Palomino

Actualizado: 20 OCT 2022 - 2:00

Club Puebla: replantear la estrategia y los recursos
Arte: GRADA

Cuando la temporada termina es lógico pensar en cambios y refuerzos; sin embargo, es menester de quien toma las decisiones analizar todo el entorno desde el punto de vista más objetivo posible.

Si bien, la temporada estuvo llena de sinsabores provocados por el exceso de puntos perdidos debido a tantos empates, hubo puntos altos en el rendimiento de los futbolistas que deben valorarse para mantener o buscar un crecimiento.

Puebla cierra la participación con una demostración corta de “laburo” y de actitud; es cierto que el rival es el principal candidato a ser campeón, situación que no perdona, pero argumenta el resultado en un porcentaje menor.

Tras un apabullante y alarmante 11-2 global, se piensa desde la calentura del resultado que “el equipo no está para competir”, que “los jugadores no pudieron lograr el objetivo”, que “otra vez lo mismo” y tantas voces críticas del entorno, pero subjetivas y hasta cierto punto fuera de la realidad.

La Franja no está para competir un título, necesita urgentemente un par de refuerzos puntuales que les den ese plus para luchar de tú a tú en una Liguilla. Las llegadas y salidas, junto con la recuperación de jugadores lesionados, serán las que marquen el alcance de los “Larcaboys” el siguiente torneo.

En la portería no queda duda que tienen un gran arquero que solventará las fallas y que siempre y cuando “no le apedreen el rancho”, podrá ayudar desde su seguridad al club.

Revisando la zaga, entendemos que tienen un par de posiciones flojas. La actuación de Gastón Silva que costó por lo menos 8 goles en la temporada, deja mucho que desear como reemplazo de Segovia; sin embargo se vio bien cuando salía por banda ajustando su posición de tercer central a casi lateral izquierdo. La salida (anunciada) de Israel Reyes dejará un hueco grande que cubrir al ser un jugador polivalente que tanto podía jugar de central como de contención, dejando esta tarea dividida a otros dos que tal vez no podrían cubrir los espacios como el jalisciense. Diego de Buen constante en su actuar significa que tiene unos años por delante para afianzarse más aún en la capital poblana. Se espera con mucha ansia la recuperación total de Emmanuel Gularte, quien le dará seguridad a la defensa junto con Lucas Maia. Otra recuperación urgente es la de Ferrareis, quien cubre la banda de maneras ofensiva y defensiva con grandes creces.

El medio campo tiene principalmente la ausencia de un medio de contención que haga el trabajo sucio de recuperar y pasar el balón a los que pueden modificar el juego, siendo Mancuello un volante creativo que amarrado a la posición de ‘5’, se le resta como ofensor y se le exhibe como defensor, no tiene el fuelle para hacer esa doble función y deja por esto mismo a Cortizo solo para generar el ataque. Fernández es totalmente vertical, pero si tuviera esa conexión con Jordi, podrían tener un doble pivote ofensivo que ayude a ‘las espaldas’ del centro delantero.

Por las bandas, Ferrareis y Araujo parecen ser las opciones de juego; sin embargo, Maximiliano necesita detener unos días y pensar en las opciones y sus puntos fuertes en el ataque, a veces se ve ‘pasado de revoluciones’ y eso no ayuda ni a su juego ni al equipo. La irrupción con buenos tintes de Emilio Martínez permite que Ferrareis pueda ir más adelante evitando el desgaste que implica el volver a la marca.

Puntual y urgente es la necesidad de un centro delantero goleador constante, Aristeguieta es comparsa, apoya a quien llega pero no tiene el gol necesario; la temporada de Barragán fue la mejor en su carrera, pero es poco para un club que quiere competir; para un club que se quiera conformar con calificar y ser eliminado puede ser una opción. El centro delantero debe anotar y generar segundas jugadas a los compañeros, es la opción para que puedan sacarle mucho provecho al puesto.

En la parte de la dirección técnica, sabiendo que el discurso del “laburo” está bien aprendido, ahora tocan las variantes, qué hacer cuando los equipos se cierran atrás como en varias ocasiones lo hicieron y lograron empates que no estaban ni deben ser presupuestados. Cambiar del inicial 1-5-4-1 a un posible 1-4-3-3 o hasta un posible 1-4-2-3-1, que en momentos de necesidad anotadora pueda proveer al aficionado de ilusión argumentada para buscar el marco rival.

Puntos endebles encontrados en la temporada que seguramente Nicolás Larcamón podrá analizar y ajustar de cara al siguiente torneo.

Y recuerden, la pelota siempre al 10.

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