El legado de Luka y Lionel
Dicen que los futboleros tenemos como parámetro de medición de nuestro tiempo el rango mundialista.
Dicen que los futboleros tenemos como parámetro de medición de nuestro tiempo el rango mundialista; es decir, nos ubicamos cada cuatro años, como si disputáramos las Copas del Mundo y probablemente sea cierto.
Desde este martes, por ejemplo, estamos en un reinicio, a tres años y medio de una edición diferente, que tocará a México, Canadá y Estados Unidos, pero también algo más.
No podemos pensar en el 2026, sin dejar de lado lo que fue Qatar 2022, un Mundial de reivindicación y gloria para jugadores fetiche y con los que hemos crecido (envejecido). En su quinto y cuarto turno en Copas del Mundo, respectivamente, este maravilloso deporte, el contexto y hasta la fortuna premiaron a dos figuras que pasarán a la eternidad: Lionel Messi y Luka Modric.
Sus historias son paralelas en el máximo certamen de selecciones, ambos comenzaron en el 2006, en cinco y cuatro posibilidades, obtuvieron un subcampeonato, con la amargura de una derrota inesperada; también, hay que decirlo, cerraron su ciclo en Mundiales con una medalla sobre el pecho que les dio paz, que amortigua las críticas y se van, al menos eso creemos y vimos, con una sonrisa.
Messi y Modric, cual videojuego, tuvieron que utilizar todas sus vidas, en modalidad expertos, para alcanzar la gloria y pasar de nivel. Héroes, emblemas y mitos, que representan un futbol diferente, quizás mejor que actual y del que ellos son de los últimos vestigios, como Cristiano Ronaldo o Zlatan Ibrahimovic, aunque la diferencia es que Lionel y Luka siguen en plenitud.
¿Qué hacías el 16 de junio del 2006? Hace más de seis mil días, cuando Messi brindó asistencia y gol ante Serbia y Montenegro en el Mundial de Alemania, su primera gran aparición; ¿qué hacías el 18 de junio del 2006?, cuando Luka tuvo sus primeros doce minutos de Copa del Mundo ante Japón; Lionel estaba a punto de cumplir 20 años y Modric tenía 21; yo cursaba la preparatoria y tenía 17.
Qatar 2022 también fue una recompensa para ambos, quedando lejos los recuerdos de la eliminación de Argentina en Sudáfrica, la frustración del fracaso, o bien, el adiós anticipado de Croacia en el 2014. Otra coincidencia, en 2010, la Albiceleste se midió en el camino a México e igualmente, a Modric en la Copa del Mundo de Brasil. Vidas paralelas, claroscuros parecidos y talentos similares.
La Copa del Mundo tiene una magia especial, en muchas ocasiones condecoró y recompensó a nombres propios como Ronaldo Nazario, Zidane, Pelé, Maradona, Cannavaro, Iniesta; a futbolistas que tuvieron que, como dice Bielsa, “tragar veneno” y después seguir, no claudicar, como cualquiera en esta vida, para después dejar un legado. Y para Messi y Modric, Qatar 2022 siempre hablará del suyo.