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El proyecto Arce

El “proyecto Arce” no solamente afectará o influenciará al club, también puede ser un parteaguas en la liga.

Antonio
Antonio Palomino

Actualizado: 20 DIC 2022 - 0:04

El proyecto Arce
Arte: GRADA

La apuesta que pone el Puebla con el nombre de Eduardo Arce es muy arriesgada, sobre todo ante la poca experiencia que ha tenido el entrenador del primer equipo en el puesto que ahora ocupa. Sin embargo, la preparación que ha tenido permite intentar poner buenas expectativas en el progreso a mediano plazo para cambiar desde el primer equipo, la forma de trabajar en las fuerzas básicas y divisiones más jóvenes.

La afición exige resultados a un equipo limitado y que, por lo visto en estas semanas, seguirá así. Es menester del cuerpo técnico y administradores del equipo hacer entender al público que Puebla no será un equipo competitivo por inversión de lo ingresado en ventas; será un equipo que deba hacerse competitivo por lo que sus mismos jugadores puedan ofrecer de ellos mismos, para poder ponerse un valor alto y tener el chance de ir a otros clubes y que eso mismo genere ganancia al club que no será ocupado como inversión. Debemos entender como aficionados al futbol que Puebla dependerá directamente de la estrategia de Arce y lo que pueda explotar en cuanto a fortalezas de cada uno de los miembros de la plantilla.

Hoy se nombran como “refuerzos” a jugadores recuperados de lesiones; siendo estrictamente apegados al concepto, sí son refuerzos porque no estaban la temporada pasada. Estamos acostumbrados a que “refuerzo” significa el que viene de fuera, tenemos esa necedad de exigir nuevos. Los que se quedaron deben funcionar como Eduardo lo pida, como su futbol les permita y alcanzar el nivel que su fanaticada exija.

Es tiempo pertinente para convertir el equipo en un proyecto sustentable para jóvenes y extranjeros de media línea, las bases que Arce trabajó en inferiores como paso intermedio el alcance final de las aspiraciones del club como equipo que proyecta nuevos valores y que potencia los extranjeros que reciben la oportunidad.

Es y será importantísimo que los que no rindan lo que el equipo necesita, sean dados de baja o liberados a cesiones o ventas. Al final de cuentas, no necesitas un cambio gastado en un jugador que no te va a aportar una oportunidad de ganar el juego.  Necesitas efectivos que hagan lo que el esquema y la táctica pide para generar importantes resultados en casa y competencia por un lugar en la –ya muy noble e inocente –Liguilla.

La plantilla de Puebla será de entre 23 y 25 futbolistas, de los cuales se usarán unos 16 aproximadamente, salvo algún portento que rompa el esquema y se haga necesario en cualquier formación que establezca “Lalo”.

El crecimiento del estratega de 33 años será todo táctico, será lo que pueda aportar a un grupo que conoce al haber sido el segundo al mando con Larcamón y a quien el partido contra León marcará un juego especial con la vieja y confiable “el maestro contra el alumno”, pero no es tanto así; a Eduardo le ha enseñado su preparación y el trabajo con jóvenes. 

Es buen momento para demostrar en México –y después de los resultados de la Copa del Mundo; que salgan nuevos y buenos jóvenes que demuestren en la liga que con un proyecto serio puede ser, cualquier equipo, quien produzca y promueva valores sustentables con experiencia, tanto como futbolistas como técnicos.

El “proyecto Arce” no solamente afectará o influenciará al club, también puede ser un parteaguas en la liga. Entendemos que pocos lo han visto así, pero si vamos a la parte romántica e idílica, este escenario puede generar muchas oportunidades de crecimiento a entrenadores jóvenes. En su momento, Jaime Lozano dio un ‘golpe en la mesa’ y todos voltearon a ver su trabajo con los jóvenes, que fue mal acoplado a un equipo de Primera División y bajó la emoción del momento.

Hoy, Eduardo Arce tiene el chance de, con su trabajo, cambiar el presente y futuro de muchos jóvenes con gran futuro en el país. El “proyecto Arce” va más allá de la Franja.

Y recuerden, la pelota siempre al 10.

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