La calma antes de la tormenta
El entrenador tiene claro su sistema de juego, aunque en este tema a veces entra la paradoja del “huevo y la gallina”: ¿el entrenador debe ajustar su sistema a los jugadores o debe ajustar a los jugadores a su sistema? Usted, estimado lector, tendrá la respuesta correcta siempre.
La Selección Mexicana comienza la última parte del proceso de preparación para disputar la Copa del Mundo en Catar, podrían decir muchos que entre mas dudas que certezas, pero el periodo que tendrán en el Centro de Capacitación y luego en Girona le dará al equipo y al entrenador la calma (urgentemente necesaria) para preparar el torneo, lejos de la tormenta que se genera cuando están aquí, cerca del fanático ambicioso de triunfos y la prensa crítica y a veces cruel con el sujeto en cuestión.
Entre la lista de 26 (31), los descartes, los que no irán, los que irán y no debieran, se ha formado un entorno tóxico para el futbolista y para el entrenador, porque como sabemos, todos tenemos razón desde las trincheras de cada cual.
Hay muchos millones de entrenadores que con la experiencia que da ver innumerables partidos de fútbol creen saber lo mejor para un equipo. Casarse con la idea de llevar a los mejores muchas veces es el principal problema para entender a los entrenadores y sus solicitudes explícitas de puestos y futbolistas; ellos deben llevar al mejor en el puesto que ellos necesitan.
Hay jugadores indispensables en cualquier esquema y otros que puedan funcionar mejor en uno que en otro, de estos casos hay en todo el mundo, no solo aquí.
Y, por supuesto, también habrá tipos que no quepan en ningún parado táctico pero que por gusto del entrenador seguirán yendo (si usted está pensando en el lateral zurdo rayado, estamos en lo mismo.
Contamos con una amplia cartera de futbolistas de primer nivel dignos de representar a México en el certamen de fin de año de al menos 50 futbolistas, entre locales y extranjeros, podríamos armar un equipo que compita el grupo, pase a octavos y con esfuerzo llegue a cuartos, los tan ansiados cuartos que pedimos como tope de alcance.
A mi entender, deberíamos proyectar el séptimo partido y trabajar uno a uno para alcanzarlo, no importa contra quién se compita. Dice el dicho, “para ser campeón hay que ganarle a todos”; evito decir a “los mejores”, porque el futbol es caprichoso y algunas veces nos da sorpresas.
El entrenador tiene claro su sistema de juego, aunque en este tema a veces entra la paradoja del “huevo y la gallina”: ¿el entrenador debe ajustar su sistema a los jugadores o debe ajustar a los jugadores a su sistema? Usted, estimado lector, tendrá la respuesta correcta siempre.
Al día de hoy, tenemos 30 y algunos días para el debut ansiado contra polacos que determinará gran parte del panorama mundialista. El ideal para nosotros hubiera sido empezar con los árabes esperando que los argentinos derrotaran a los europeos y los dejaran lo suficientemente tocados para que el juego contra ellos diera una ventaja emocional para los aztecas y luego, cerrar contra los gauchos buscando el empate y asegurar la calificación. La segunda opción menos ideal sería que sudamericanos y poloneses empatasen, pero probablemente eso daría motivación contra los mexicanos que no necesitaríamos, así que no, mejor no.
El esquema de Gerardo Martino es claro y ha cambiado jugadores sobre el mismo esquema, entendiendo que prepara 3 partidos totalmente distintos.
Contra Polonia, a competir con balón en posesión buscando que el juego de conjunto permita tener opciones de gol y atrás detener los delanteros polacos que hoy andan en forma y serán un gran dolor de cabeza; contra Arabia se buscará la puerta y ganar por varios goles para enfrentar a una Argentina que tentativamente llegue con 6 puntos ganados y que asegurar un empate contra nosotros, no les complique su paso.
Los planteamientos que el “Tata” ofrecerá, de acuerdo a la plantilla, deberían tener muchas variantes que permitan que las variables del juego den opciones de triunfo. El esquema seguramente no cambiará tanto de su inicial 1-4-3-3 pero sí en nombres, la necesidad de explosión de limitantes del equipo rival, considerando los 3 primeros juegos, mandará en los 11 titulares y los probables cambios en cada encuentro.
Hoy tenemos y tienen (seleccionados y entrenador) la calma antes de la tormenta que se avecina, puesto que muchos ya están pensando en el fracaso total debido a lo visto y analizado en la gestión deportiva del argentino.
Con confianza en la Selección y sobre todo en un entrenador preparado, de mucha experiencia y que seguramente le cambiará el ceño a muchos que hoy no ven la ventaja de tener a un tipo con este bagaje laboral.
Y recuerden, la pelota siempre al 10.