Con la información que tengo
El entrenador, idealmente con su cuerpo técnico, son los únicos entes que cuentan con la totalidad de la información para elegir, tomar una decisión; por ello, su opinión es la única que se debe de respetar.
Juan Manuel Lillo, entrenador español, en rueda de prensa mientras dirigía al Club Atlético Nacional en Colombia, mencionó una frase que hoy, a pocas horas de que la selección mexicana haga su debut en el mundial, cobra relevancia: “Es respetable el derecho a opinar, pero no todas las opiniones son respetables”.
El deporte profesional al ser una actividad pública y dependiente en su totalidad de los aficionados, está abierta, necesita de la opinión o punto de vista de quien quiera expresarse; esto es “el derecho de opinar” al que se refiere Lillo. Luego, al analizar el contenido de dicho dictamen, se puede observar claramente que es carente de solidez y veracidad, ya que el autor (aficionado, periodista u otro profesional no protagonista) no cuenta con la totalidad de información para que su opinión sea respetada.
El entrenador de un equipo, hablemos en este caso específicamente de la selección mexicana, es el máximo responsable de la actuación del equipo, elige las formas, la idea de juego, la estrategia, metodologías y los jugadores más adecuados para cumplir esta misión, entre otras cosas. Importante resaltar que el entrenador, como empleados que somos, nunca escogemos el objetivo; este es responsabilidad de los directivos. Para cumplir “x”, el entrenador debe de evaluar y es (debería) ser libre de elegir entre infinidad de opciones, generalmente las que mayor comunión tengan con sus valores y creencias.
Qué aburrido sería un futbol, sobre todo un Mundial, sin las opiniones y pronósticos de los aficionados. Qué poco seductor un partido sin opiniones. Exhorto a que todos sigamos compartiendo nuestro sentir y pensar, sin tener en cuenta cuánto se sabe o la experiencia en el tema, opinar porque se puede, opinar porque se debe, pero sobre todo opinar con la conciencia de que mis argumentos, la información con la que cuento, es limitada.
El entrenador, idealmente con su cuerpo técnico, son los únicos entes que cuentan con la totalidad de la información (tienen claro el objetivo, tienen un plan diseñado con base a la evaluación de sus recursos y han visto la evolución, el día a día, de cómo se relacionan estos recursos entre sí) para elegir, tomar una decisión; por ello, su opinión (decisión, porque es la única que se lleva a la acción) es la única que se debe de respetar.
Créanme, no hay nadie, en cualquier competición que me digan, más interesado en ganar que el entrenador.
Compartir nuestra opinión (aficionados, periodistas o colegas), pero siempre añadir “con la información que tengo”. Que, si te gusta más Henry que Funes Mori, si piensas que haber dejado fuera a Santiago es una injusticia, o si crees que Raúl no está en condiciones de competir, tu derecho a opinar se respeta, pero debes de aceptar que, al no contar con toda la información, tu opinión no es respetada.
Siguiendo con ese mismo ejemplo, el entrenador elegirá a quien, según lo mostrado y los criterios evaluados, más probabilidades de éxito tenga de cumplir la función para que el triunfo esté más cercano.
Caso parecido con Héctor Herrera, al cual la mayoría evalúa como incompetente para poder cumplir la función, ya que “ni siquiera es titular en la MLS”. Es verdad, el no haber acabado como titular en su actual equipo es parte de su realidad, pero al valorar las razones para ser elegido e iniciar contra Polonia, me queda claro que el “Tata” Martino toma otros factores en consideración: jerarquía y experiencia en Mundiales, claridad que aporta con balón ante un equipo que, parecería, realizará bloque bajo, constelaciones (relación con sus cercanos) en medio campo, compromiso y entendimiento de la idea de juego, entre algunas otras.
Lo limitado de nuestros recursos a evaluar tiene como consecuencia que las conclusiones a las que lleguemos tengan un gran sesgo, inclinación a reafirmar nuestra hipótesis. “El mundo unido por un balón”. Todos, todos tenemos el derecho a opinar, es lo más bonito del mundial, tanta gente involucrada, todos habilitados para emitir un juicio.
Mi invitación es a que sigamos compartiendo nuestro sentir y pensar, pero con la humildad de saber que nuestra información tiene un límite.