Inglaterra e Irán: más que partido mundialista
El Mundial es un evento que se celebra cada cuatro años, en los que se dan cita diferentes países con diferentes ideas y situaciones que se reúnen para pelear por ser campeones del mundo.
Ha iniciado la vigésimo segunda Copa del Mundo y está edición es, probablemente, una de las más polémicas en los últimos tiempos. Y sí, claro que es por los lujosos estadios con gran tecnología, el estilo de vida económico de algunos de los habitantes, el clima extremo del país de Medio Oriente o el cambio de fecha que se realizó para disputar este torneo.
Pero lo realmente polémico han sido los derechos humanos; este país tiene prohibiciones con las mujeres, la comunidad LGBTIQ y el consumo de alcohol, por mencionar algunas de ellas.
Catar, a pesar de ser uno de los países más estrictos, le ha abierto las puertas a todo el mundo para ser visible durante un mes en la máxima competencia de futbol profesional y, por ende, ha recibido a los extrovertidos mexicanos, pasionales argentinos, fuertes brasileños y todo tipo de aficionados que desean disfrutar de este Mundial.
Pero el mantener las puertas abiertas para todo el mundo, también trae consecuencias que se salen de control de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) y del gobierno catarí, que son los principales organizadores de la justa mundialista; ejemplo de ello son las protestas.
El pasado 21 de noviembre, Inglaterra e Irán debutaron en esta Copa, los dos pertenecen al Grupo B, en el que también se encuentran las selecciones de Estados Unidos y Gales. Como primer partido de su grupo, el encuentro fue digno con un 6-2, en el que Inglaterra arrasó en el marcador.
Pero hoy no hablaremos del juego, ni del estilo de jugar al futbol de los inventores de este deporte o de Irán, quienes a pesar de todas las dificultades que presentaron desde los primeros 20 minutos con su cambio de portero, lograron anotar en dos ocasiones.
Hoy hablaremos del primer encuentro en el que hubo protestas, de este primer encuentro dejando de lado la emoción de la inauguración y del 0-2 de Qatar versus Ecuador.
Inglaterra es un país que defiende los derechos humanos, sobre todo a la Comunidad LGBTIQ+; legalmente, la discriminación es sancionada y se caracterizan por respetar la diversidad sexual. Por está razón, al acudir a Catar y percatarse de las reglas, pensamiento, trato a las mujeres y homosexuales, decidieron protestar.
La primera opción de manifestarse era a través del gafete de capitán con diseño de arcoíris que portaría Harry Kane (delantero del Tottenham). Sin embargo, la FIFA amenazó al conjunto dirigido por Gareth Southgate de sancionarlos con tarjeta amarilla, castigo que en lo deportivo les terminaría afectando.
Por esta razón, los ingleses y su cuerpo técnico decidieron colocar una rodilla en el terreno de juego minutos antes de iniciar el partido. Esto, con base en la protesta de la Premier League, que consiste en que los jugadores se arrodillan cuando quieren manifestarse ante un tema de “No racismo”.
Y así fue, los ingleses respetaron la protesta, todos participaron y se unieron en causa de los derechos humanos ante los ojos del mundo antes de debutar en este Mundial.
Del otro lado, Irán decidió protestar y su causa fueron las mujeres, los derechos de la mujer, la opresión y discriminación que existe para el sexo femenino y su descontento con esta situación.
La manera en la que lo expresaron ante el mundo fue no cantar su himno nacional, previo al inicio del encuentro. Todo el plantel se encontraba callado, sin realizar ningún tipo de expresión. Firmes y seguros, apoyando a las mujeres.
Actualmente, Irán atraviesa problemas sociales fuertes en cuanto a las mujeres. Una joven de 22 años de origen iraní fue asesinada a manos de la policía moral Gasht-e Ershad (policía religiosa islámica) por no portar el hiyab (velo tradicional). Esto desató una ola de protestas en todo el mundo, diferentes sectores…y el futbol no fue la excepción. En la tribuna, durante la protesta de los de Irán, una mujer que portaba hiyab soltó en lágrimas al percatarse del acto de los jugadores.
Este partido fue a favor de los derechos humanos, un encuentro en el que ambos países, con diferentes causas pero con las mismas ganas de expresarse, se enfrentaron durante 90 minutos con una pelota.
Es aquí donde el futbol nos demuestra que es más que un deporte y que los Mundiales son más que cerveza y diversión. Es un evento que se celebra cada cuatro años, en los que se dan cita diferentes países con diferentes ideas y situaciones que se reúnen para pelear por ser campeones del mundo.