De colmenas y abejas
La táctica en el futbol es acción y reacción. Sucede algo y los futbolistas deben responder. Se dice que un equipo “juega bien” cuando la mayoría de los futbolistas, preferentemente todos (“jugar con 11”), reaccionan igual, siguiendo los mismos patrones, ante lo que está sucediendo.
Una de las reglas escritas dentro del fútbol es que se juega 11 contra 11. Una de las reglas no escritas de vivir en sociedad es que debemos colaborar con nuestros semejantes.
¿Realmente los equipos juegan con 11 continuamente? ¿Realmente todos los integrantes de tu comunidad están buscando continuamente beneficios para sus semejantes?
Tácticamente, en el futbol encuentro un gran desafío en lograr, como entrenador, conjuntar un equipo que durante largos periodos de tiempo los 11 futbolistas estén “jugando” totalmente involucrados en la actividad, claros en cuanto a sus funciones y responsabilidades; conscientes de la relevancia de sus acciones y orgullosos del papel que en el momento presente desempeñan.
Como ciudadano obviamente el reto es mayor, en relevancia y ambición; poner mi “granito de arena”, mediante acciones, para recordar que el “nosotros” siempre va antes que “yo”.
Del futbol se dice que es un deporte complejo; complejo NO por lo difícil o enredoso, complejo por la cantidad de elementos que están continuamente relacionándose: compañeros, balón, adversario, decisiones arbitrales.
Cada equipo al estar integrado por 11 personas, lo lógico sería que todos tuvieran responsabilidades (y de preferencia, las cumplieran) en cada fase y momento del juego. Para lograr esto, como menciona Bielsa, “hay que estar listos y dispuestos”.
“Listos” se refiere a tener claro qué debo hacer, cuál es mi responsabilidad, qué debería de priorizar en cada momento; todo esto es responsabilidad del entrenador; asignar a cada integrante una labor para que la suma de estas nos acerque o aumente las probabilidades de conseguir el objetivo mayor, grupal, cualquiera que sea.
“Dispuestos” parecería algo más personal; concepto relacionado con el convencimiento, puedo tener la información, pero si no me siento atraído o seducido por el resultado, seguramente no lo haré. De convencer, hacer que tengan disposición los integrantes de un grupo, el líder tiene también obligación.
Para ciudadanos, al igual que futbolistas, egoístas (esos que siempre buscan excusas, el síndrome del “esqueísmo”) les es muy fácil culpar a la autoridad de sus acciones, como si la falta de ejemplo o dirección fueran causa suficiente para cegar al sentido común, la empatía y el respeto.
Estoy de acuerdo que un líder facilita la convivencia, pero la ausencia de éste no debería de ser sinónimo de caos. En la vida como en el fútbol, la cantidad de variables que continuamente se relacionan provocan infinidad de sucesos, muchos de ellos no planeados/entrenados, pero ante los cuales tenemos la obligación de responder guiándonos por los principios básicos de la vida en sociedad.
“Lo que le hace bien a la colmena, le hace bien a la abeja”, como lo escribió Marco Aurelio.
La táctica en el futbol es acción y reacción. Sucede algo y los futbolistas deben responder. Se dice que un equipo “juega bien” cuando la mayoría de los futbolistas, preferentemente todos (“jugar con 11”), reaccionan igual, siguiendo los mismos patrones, ante lo que está sucediendo. Reconozco, en algunas ciudades o comunidades el mismo principio; las personas tienen la información de lo que a la mayoría conviene y además están convencidos, cada uno de ellos, que su colaboración es vital para el crecimiento global. Es un orgullo, nunca un sacrificio, el esfuerzo. El pertenecer a un equipo/sociedad, en primer lugar, acarrea compromisos y luego, solamente después, vienen los beneficios.
Alguna vez escuché, desconozco el autor, que el futbol “no jugamos contra el oponente, jugamos con el oponente”, haciendo referencia –entiendo –a que las decisiones y acciones de aquellos que están a mi alrededor van marcando, dando señas, de mis posibles respuestas.
Tratando de concluir, en la vida sucede exactamente lo mismo: la felicidad/bienestar no debe de ser a causa del fracaso/insatisfacción de alguien más, así como el equipo ideal es aquel donde “juegan 11”, la sociedad a la que debemos aspirar es a la que cada quien, con sus acciones, contribuya a un bien mayor.