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El sueño y la pesadilla

Lo que parecía una pesadilla roja, aguantar hasta el último sacando agua de un barco que se hundía rápidamente se hizo sueño e ilusión nuevamente cuando el árbitro pitó la confirmación del fuera de lugar que anuló el tanto de Henry.

Antonio
Antonio Palomino

Actualizado: 25 OCT 2022 - 3:43

El sueño y la pesadilla
Arte: GRADA

Las semifinales tenían en vilo la Final: la mitad de México esperaba vestido de amarillo una remontada y la otra mitad se había disfrazado de rojo y rogaba porque no se diera; mientras que los Tuzos habían sentenciado el destino de unos Rayados limitados y vapuleados en la ida.

Como siempre y sin faltar a esta extraña y absurda tradición donde el torneo regular y su consistencia solamente sirve para colocarse en local y visitante para los juegos de “Fiesta Grande”, sin duda 3 de los 4 partidos de semifinales fueron grandísimos encuentros, mucha alegría, pasión, emociones, estrategia de por medio y hasta cierto ‘amontonamiento’ para defender la ventaja vimos.

Partimos desde la ida de Toluca y su ventaja, que si bien no era mucha, parecía suficiente para los rojos y sus aspiraciones, así como para los amarillos y su meta. Ni Toluca parecía demasiado confiado ni América demasiado preocupado.

Lo que fue una planteamiento estratégico maravilloso por parte de Ambriz en los primeros 65 minutos del juego en “La Bombonera”, conforme avanzaron los minutos en el Coloso de Santa Úrsula, el planteamiento de los diablos se limitó a sacar cuanto balón hubiera por el área y lo que llegara a pasar sería tema de Volpi (quien, por cierto, lució bastante ante el asedio de las Águilas).

El ya marcado modo de jugar de los equipos de “Nacho” se mostró una vez más cuando el equipo de Coapa se apretaba contra el marco y los Choriceros solo podían buscar la manera de escupir todo lo que les llegaba. Una jugada a pocos minutos del final le partió el corazón a los antis y le devolvió la vida a los americanistas; sin embargo, una buena aplicación del VAR permitió que los rojos recuperasen el aliento y que ese golpe final que no lo dio nunca el Toluca, lo recibiera el América y que desgastó el ánimo para los últimos cinco minutos.

El sueño de los americanistas se hizo pesadilla cuando el tiempo no alcanzó para anotar un gol más. Parece que los goles se habían acabado en los 51 tantos de la temporada.

Lo que parecía una pesadilla roja, aguantar hasta el último sacando agua de un barco que se hundía rápidamente se hizo sueño e ilusión nuevamente cuando el árbitro pitó la confirmación del fuera de lugar que anuló el tanto de Henry. Esta sanción, además de hacer felices a rojos, hizo felices a todo el resto que vive de apoyar a su equipo pero primordialmente de festejar las derrotas azulcremas.

En la Sultana del Norte, se veía no complicado, sino imposible e improbable, (¡sí, así de fuerte!), después que el “flamante” delantero de la Selección Mexicana demostró por enésima vez las razones para que no viaje a Catar, fallando un penal que le daría el empate momentáneo y sin embargo, desató la furia hidalguense y los llevó a cerrar el juego con 3 goles de diferencia que no serían jamás resueltos por un equipo corto de ideas.  Lo que genera y ataca Berterame, lo echa a perder Funes Mori.  Así, sin más.

La vuelta en el “Gigante de Acero” parecía partido de trámite de jornada 6; sin embargo, Monterrey amontonó cuanto pudo para buscar el gol pero con tanto desorden era complicado organizar una buena jugada de gol. El trabajo de la zaga hidalguense se hizo muy sencilla, Murillo todo lo que llegaba lo mandaba a la luna y Ustari, seguro de manos en casi todas, menos en dos que pusieron nervios leves, pero no miedo. 

Monterrey atacaba y topaba con pared ante la eficiencia de la defensa tuza y compartía la pena con la ineficiencia de los atacantes para encontrar los espacios que necesitaban para comenzar a anotar para meter presión a un equipo bien conformado en todas sus líneas.

La final está lista, destruyendo sueños y creando pesadillas, teniendo a Pachuca como favorito y al Toluca como el que llegó y solo puede ganar, ya no hay nada que perder. Entre el 4 y el 6, (existe un mito sobre el sexto lugar que no ha podido salir campeón) hay mucha historia en torneos cortos; si hubo un espacio de tiempo donde ambas instituciones sacaron mucho provecho, fueron los torneos cortos que les dieron estrellas a ambos escudos.

Usted, estimado lector, seguro tendrá su equipo favorito y la final la verá porque es la final pero son equipos tan marcadamente locales que el resto de México disfrutará de la definición del título ‘de rebote’.

El sueño de ambos es colgarse la medalla, ganar el trofeo y pasar a la historia, de pesadillas en esta final, no habrá. Final inédita, atractiva desde el punto de vista estratégico y saber si se suma la décimo primera para los Diablos o la séptima para los Tuzos.

Y recuerden, la pelota siempre al ‘10’.

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